No se coman lo robado
En Hamburgo (Alemania), unos ladrones se llevaron 660 libras (unos 300 kilos) de avellanas. Nada más saberse, la policía ha lanzado una advertencia: la carga es venenosa.
Los frutos están cubiertos de fosfato de hidrógeno, que se usa para prolongar la vida de las cáscaras. Antes de ser aptas para el consumo, las avellanas tienen que ser tratadas de nuevo para evitar intoxicaciones.
“Estamos buscando a los autores del robo porque podrían poner en serio peligro su salud si consumen esa mercancía. El gas puede ser mortal incluso sólo por inhalación”, ha dicho un portavoz de las fuerzas del orden.
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