Por trabajos dignos, consumos responsables

La ONG SETEM afirma que el grupo Inditex adquirió con ellos una serie de compromisos a los que están faltando, con respecto a la situación de los derechos laborales de sus trabajadores, en los países más desfavorecidos del planeta. La ONG anuncia que no se presentará a la próxima reunión de accionistas de la empresa, tal y como estaba previsto.

SETEM denuncia un aumento de hasta un 75% de los proveedores de los países más pobres del mundo para Inditex, como puede ser Bangladesh, así como la muerte de 8 trabajadores de la compañía por accidentes dada la falta de medidas de seguridad laboral. También explican que si los salarios de los trabajadores se doblasen, el precio final del producto solo se encarecería en un euro y medio.

Aunque la Campaña “Ropa Limpia” de la ONG ha valorado positivamente iniciativas puntuales de la multinacional ante situaciones de violación de los derechos laborales [como es la indemnización a las víctimas del derrumbamiento de la fábrica Spectrum en Bangladesh o la restitución del trabajo a las obreras y obreros de Camboya] ha constatado también que la empresa sólo responde a casos concretos si existe la posibilidad de que éstos lleguen a la luz pública.

“La realidad es que todos los años surgen en las fábricas casos de acoso, de despido, de abusos laborales, en los que Inditex, en mayor o menor medida, es una de las marcas involucradas”, explican responsables de la campaña Ropa Limpia de SETEM. “Esto significa que no ha habido una modificación sustancial en su modelo de negocio que ayude a mejorar las condiciones laborales en su cadena de producción y, concretamente, en sus proveedores de los países empobrecidos”, explican.

Según la memoria de la compañía, SETEM destaca que se aprecia un aumento de un 10% los casos de graves violaciones de derechos laborales, principalmente en Asia en el último año. Lo que significa que de casi 300 fábricas, en 152 se constatan incumplimientos de los derechos laborales.

SETEM indica que Inditex, y otras multinacionales, se adscriben a un modelo de reducción de costes que pasa por no mejorar las condiciones salariales, ni promover la asociación sindical o la negociación colectiva. En palabras de la ONG, los beneficios de éstas empresas son “inmorales”, cuando los salarios son “una miseria”. En Bangladesh ya se han producido movilizaciones por unos sueldos que, sin llegar a los 25 euros mensuales, se han reducido en un 10%.

Por otra parte, la ONG también destaca el papel del consumidor, “lo más aconsejable sería que la multinacional interiorizará el coste de los salarios dignos, especialmente cuando obtiene beneficios millonarios, pero la ciudadanía también debe exigir que la ropa que compre se haya producido en condiciones justas”.