“Si los padres no educan en el respeto y dan ejemplo es imposible revertir esta situación”
El árbitro pitó el final del partido. Noventa minutos luchando por una victoria que sabía a gloria ya que el Valle del Ebro se impuso a la SD Logroñés 3 a 1. En juego, la fase de ascenso a juvenil nacional. Conseguida la victoria, el presidente del Valle del Ebro, Borja Jiménez se fue a los vestuarios para esperar allí a los chavales y analizar la victoria. Sin embargo, la alegría pronto se convirtió en rabia y decepción.
“Cuando estábamos en el vestuario, nos llamaron para avisarnos de que fuera había pelea”. Fue así como Jiménez se enteró de que el partido contra la SD Logroñés había acabado en una batalla campal. Dos días después, confiesa a Rioja2 que sigue destrozado por lo ocurrido el pasado sábado. “No son gente de este club, son personas que se dedican a ir al fútbol a sacar lo peor de ellos mismos”.
Y es que, “lamentablemente”, el presidente del Valle del Ebro asegura que “espectáculos de este tipo cada vez son más habituales en los partidos de fútbol, cada fin de semana veo más de 5 partidos y es raro no ver espectáculos de este tipo”. De hecho, esta pelea no ha sido la única que se ha producido en tierras riojanas ya que en un partido de fútbol sala se volvieron a repetir este tipo de actitudes tan reprochables.
“Llevo dándole vueltas a lo ocurrido todos estos días”, confiesa. Y para él, la culpa la tienen los padres. “El problema está en los padres que acuden a ver y entienden los partidos como una competición pura y dura olvidándose de los valores que tiene este deporte como son el respeto y la comprensión”. Unos padres, asevera, “que en vez de disfrutar viendo jugar a sus hijos se dedican a crispar el ambiente, y en el peor de los pasos llegar hasta estos extremos”.
Por esta razón, sentencia, “si los padres no ayudan y comienzan a educar en el respeto y a dar ejemplo, es imposible revertir esta situación”. Una situación cuyos máximos perjudicados son los propios chavales. “Los jugadores no sabían qué hacer, se sentían confundidos pero sobre todo disgustados porque después de hacer un verdadero esfuerzo durante los 90 minutos del partido se encontraron con esta situación tan desagradable”.
Pero además, lamenta Jiménez, “se ha dañado la imagen de este Club, del Valle del Ebro, un club de fundé a los 19 años y que, con la ayuda de muchas personas he conseguido que tenga a unos 300 jugadores. Un Club que aboga por el respeto y la comprensión y que rechaza firmemente lo ocurrido este sábado”.
Un rechazo que también ha llegado de distintos clubes y de un buen número de personas a través de llamadas y redes sociales aunque como bien dice Jiménez, “todo el mundo rechaza la violencia en el fútbol pero, a la hora de la verdad, me vi solo, nadie me ayudó a calmar la situación”.
Confiesa que le encanta la educación y trabajar con niños. “De hecho eso es precisamente lo que he estudiado, Magisterio de Educación Primaria, una vocación que he intentado conjugar con mi afición, con el fútbol”. Aunque reconoce y lamenta a la vez que “este tipo de conductas y de situaciones me afectan, estoy cansado y todo esto me produce un fuerte rechazo”.
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