Stéphane Hessel llama a la “insurrección pacífica”
Al grito de “Indignaos”, Stéphane Hessel, un veterano de la resistencia antinazi de 93 años, presenta en España su pequeño best seller -en Francia se han vendido 1.600.000- donde denuncia la pasividad y la indiferencia de la sociedad y reclama una “insurrección pacífica” contra el poder económico y financiero.
En tan solo sesenta páginas, Hessel hace un llamamiento a “comprometerse” e “indignarse”, e invita a los jóvenes españoles para que luchen contra una Europa “al servicio de una financiarización del mundo”.
En esta mima línea, Hessel asegura que asistimos a una “fuerza excesiva de las potencias económicas y financieras” que impiden incluso que los dirigentes puedan luchar contra “lacras” como el paro, en el caso de España, y asegura que la solución es un “mayor compromiso de los ciudadanos” y “que se movilicen para que sus dirigentes muestren más coraje”.
El escritor José Luis Sampredo, autor del prólogo del libro, acompañó a Stephane Hessel y en la misma línea, ha insistido en la necesidad de propagar el “pensamiento crítico” y de rebelarse contra el poder financiero y económico que gobierna el mundo.
“El Dios de esta civilización es el dinero”, ha destacado Sampedro y ha recordado que los bancos “culpables” de la crisis económica, no sólo han salido inmunes de la crisis, sino que además siguen existiendo y se mantienen los “paraísos fiscales”. “Dependemos de unos cuantos técnicos que deciden quién es solvente y quién no”, ha agregado.
Para Stephane Hessel, alemán de nacimiento y el único redactor aún vivo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos del 1948, la peor de las actitudes es la “indiferencia” y por ello pide a los jóvenes que construyan una “auténtica democracia social o socialista” en unión con los verdes. “Juntos podemos construir una Europa mejor”, subraya.
En este sentido, espera que en la próximas elecciones presidenciales en Francia se dé un giro hacia la izquierda, y que esa tendencia se proclame también en Europa. “Me escandaliza el grado de abstención en las elecciones cantonales” y señala que le “entristece ”el récord“, obtenido en las urnas por los nacionalistas.
Preguntado también por el conflicto con Libia y el papel de la ONU, Hessel prioriza la “defensa de la población civil” apoyada por una resolución de la ONU y aboga por una solución no violenta, y espera que, en este caso, “la intervención sea para proteger”.
No obstante, asegura que la ONU necesita algunas “reformas” como un “mayor grado de autoridad” y una preocupación mediombiental en sus estatus porque “cuando redactamos la declaración universal de los Derechos Humanos no sabíamos hasta qué punto la tierra estaba en peligro”, indica.
También hace un llamamiento a mejorar los medios de comunicación porque “las fuerzas financieras copan cada vez más espacio en ellos”. “La privatización de empresas no es una buena señal. El núcleo de los cambios es la independencia de los medios de comunicación”, alega.
Este superviviente de los campos de concentración se consagró después de la guerra a la carrera política y diplomática. Fue uno de los doce redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada por la ONU en 1948. Hoy es copresidente del Collegium Internacional ético, político y científico.
El texto de Stéphane Hessel, editado en España por Destino, ya va por la cuarta edición, en un mes, con 100.000 publicado.
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