Cacerolada vecinal de respuesta a la Ordenanza de Terrazas presentada por el Ayuntamiento de Madrid

Diego Casado

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Los gritos de “Villacís dimisión” volvieron a sonar este jueves con fuerza en una protesta. Esta vez se producían en un lugar insospechado para ello: el inicio de la calle Ponzano. Unos 200 vecinos se habían dado allí cita en una concentración convocada esta misma semana para exigir el fin de las terrazas Covid.

Numerosas sartenes, cazuelas, paelleras y cualquier objeto metálico que hiciera ruido eran utilizados para reclamar el final de los permisos especiales de terraza para la hostelería concedidos durante la pandemia. “Queremos dormir” o “Villacís y Almeida regalan nuestro suelo” eran algunos de los lemas que se leían en las pancartas.

El sonoro estruendo con el que los concentrados reclamaban menos ruido debajo de sus casas se inició a las 19.30 y se extendió más allá de las 20.00. Solo se detuvo unos instantes para pedir la dimisión de la vicealcaldesa, Begoña Villacís, la responsable del área que ha permitido que el Ayuntamiento concediera más de 5.700 nuevas mesas de terraza en la ciudad en los últimos meses. Después de algo más de media hora de concentración en el cruce con Santa Engracia, los vecinos continuaron su cacerolada a lo largo de Ponzano, la calle de Chamberí que mayor número de bares reúne.

En la concentración participaron asociaciones vecinales como El Organillo, SOS Retiro e incluso venidos de Orcasitas. También acompañaron la protesta varios concejales del PSOE y su portavoz municipal, Mar Espinar. El acto tenía lugar en una zona donde la hostelería se había significado previamente con los partidos de gobierno municipal y tomó partido por Ayuso en las últimas elecciones regionales.

La protesta tenía lugar unas horas después de que el Ayuntamiento de Madrid presentara su propuesta de Ordenanza de Terrazas, que -a falta de conocer los detalles de su articulado- los vecinos creen que consolida parte de las ventajas obtenidas por la hostelería durante los últimos meses.

Villacis ha propuesto en esta nueva normativa alargar dos años los permisos de terrazas sobre zonas de aparcamiento y hacer permanentes las mesas altas colocadas en las calles más estrechas. No obstante, se tendrán que eliminar de amplias zonas de Chamberí, Salamanca, Chamartín y Vicálvaro, donde existe desde los años noventa la declaración de Zonas Ambientalmente Protegidas (ZAP), que se utilizarán en la ordenanza. Además, el Ayuntamiento de Madrid permitirá la circulación de foodtrucks, que podrán aparcar siguiendo la normativa y abrir sus propias terrazas móviles.

La nueva ordenanza, que ahora se tiene que debatir entre partidos políticos y a la que pueden hacer alegaciones los vecinos, incluye también la figura de la zona tensionada, espacios en los que se producirán algunas limitaciones a la norma general. El Ayuntamiento no ha detallado todavía qué barrios o distritos serán declarados de este modo.