El pasado martes, varias familias del colegio Pi i Margall, un pequeño centro publico situado en el corazón de Malasaña, decidieron hacer algo para expresar su solidaridad con el pueblo palestino ante la invasión que están sufriendo por parte de Israel. Con cinta de carrocero marcaron el contorno de la bandera de este país de Oriente Medio y luego la rellenaron con sprays de tiza rojo, negro, blanco y verde. “Pintemos por los niños de Gaza”, llamaron a la iniciativa.
En el acto participaron decenas de alumnos del propio colegio y otros que acudieron de centros educativos cercanos. “Surgió de forma espontánea, queríamos hacer algo y se nos ocurrió esto”, comenta a este periódico uno de los padres que participó en la acción. La idea era sumarse con ella a los Martes por Palestina, un llamamiento a que la comunidad educativa manifieste su solidaridad con los palestinos ante el genocidio que están sufriendo.
Además de pintar el suelo con tiza, los niños dibujaron carteles que colgaron en las puertas de su colegio y subieron uno más grande, también con las banderas, para completar un letrero antiguo que prohibía jugar a la pelota y cambiar su significado, pidiendo no jugar con la vida de los palestinos.
Pero el Ayuntamiento de Madrid consideró que este dibujo con tiza tenía que ser borrado cuanto antes. Por ello, este miércoles por la mañana, cuando los alumnos estaban en clase, mandó a su Servicio de Limpieza Urgente (Selur) a que eliminara cualquier rastro de la gran bandera situada en la plaza del Dos de Mayo. El Selur es un dispositivo municipal pensado para “situaciones de carácter excepcional”, según el propio Ayuntamiento de Madrid, que acude a los lugares donde se producen grandes acumulaciones de basura.
“Ya podían venir a limpiar tan rápido otras zonas del barrio”, se quejaban las familias por la tarde, al comentar la desaparición en menos de 24 horas de esta acción simbólica. Lo decían con sorna, ya que Malasaña es uno de los barrios con más visitantes de otras partes de Madrid y uno de los que más desperdicios acumula durante las noches de fiesta. En el mismo sentido iba una publicación en redes sociales de la Asociación Vecinal Maravillas: “Nos gustaría que el Ayuntamiento de Madrid fuera igual de eficaz ante la terrible situación que estamos viviendo, con la consecuente tasa de basuras, en un barrio con un altísimo porcentaje de pisos turísticos ilegales que no pagan impuestos y nos toca soportarlo a nosotr@s”.
Es habitual en muchos puntos de Malasaña que los desperdicios tarden bastante más en ser limpiados que lo que duró la bandera Palestina. Incluido el parque infantil situado frente al colegio, que muchos lunes amanece con restos de botellón e incluso con algún rezagado del fin de semana durmiendo en su caseta de juegos infantiles.
El borrado de la bandera no ha amilanado a las familias de este colegio, que ya planean otras formas de protesta para la semana que viene. Al igual que sucederá en decenas de colegios en todo Madrid, una movilización que se inició con el encierro con el que arrancó el curso en el Círculo de Bellas Artes, a cargo de la organización Marea Palestina: la educación contra el genocidio, y que se ha incrementado a raíz del citado veto de Ayuso de prohibir la denuncia del genocidio palestino en las aulas.
Maroto denuncia el uso de recursos públicos “contra el derecho de la infancia”
“Ayuso prohíbe dentro y Almeida borra fuera”, resumía este jueves por la mañana la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto, desde el lugar donde la bandera fue borrada, para mostrar su apoyo a las acciones que la comunidad educativa está llevando a cabo por la causa palestina.
“El Selur es un servicio que debería estar en los barrios limpiando las calles de Madrid que están sucias, no borrando un manifiesto libre de niños y niñas por la paz”, aseguraba en declaraciones a Somos Malasaña, mientras denunciaba lo que consideraba “un uso de recursos públicos contra la ciudadanía madrileña, contra el derecho de la infancia a expresarse con libertad sobre algo que nos concita a todos: denunciar el genocidio en Gaza y la defensa de la paz y los derechos humanos”.
Maroto abundaba en que este servicio debería emplearse en labores más urgentes en el distrito Centro: “Creo que el Selur tiene muchísimo trabajo, basta con que se dé una vuelta para ver la basura acumulada, cómo están los contenedores sucios. Si [Almeida] quiere utilizar los recursos públicos para limpiar la ciudad, tiene mejores sitios que el borrado de una bandera”.
Maroto estuvo acompañada en la visita por la portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Mar Espinar, quien criticó que “en la tierra de libertad de Ayuso una bandera de Palestina dura menos que un caramelo en la puerta de un colegio”. Y añadía: “Me pregunto qué hubiera pasado si en este suelo se hubiera pintado la bandera de Ucrania, seguramente hubiera venido la propia Ayuso a hacerse aquí la foto”, ironizó.
Este jueves también el portavoz en funciones de Más Madrid en el Ayuntamiento, Eduardo Rubiño, ha cargado en redes sociales contra Almeida por tardar “menos de 24 horas en enviar a un equipo de limpieza para quitar inmediatamente esa bandera Palestina”. “Evidentemente en el reino de la libertad no se puede permitir que haya familias, que haya niños que quieran tener un gesto de solidaridad por la paz, que quieran tener un gesto pidiendo que se pare de matar niños o bombardear escuelas”, ha criticado.
El Ayuntamiento de Madrid ha explicado después de la visita del PSOE a este lugar que el borrado se produjo “a petición de un vecino”, indicó su portavoz, Inmaculada Sanz, en la rueda de prensa después de Junta de Gobierno. Lo hizo para “dar cumplimiento a la ordenanza municipal, como hace en todas las ocasiones”, aseguró la vicealcaldesa, refiriéndose a que la pintura de tizas tuvo lugar “sobre el espacio público”. En respuesta a otra pregunta sobre los mismos hechos luego afirmó que la actuación era la normal después de una denuncia por parte de “una serie de vecinos”.