HABLA TETUÁN

La verdad es que queremos todo, viviendas y morera

Casa Vecinal de Tetuán

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Carta abierta a la Concejala Presidenta del distrito de Tetuán, doña Paula Gómez-Angulo Amorós:

Pareciera que el motivo de disputa es tan sólo un árbol. Un árbol en una tierra con tantos modificados, planes urbanísticos, vecinos que esperaban sus realojos, nuevos trazados y variedad de árboles que habitaban sus casas o crecían allí donde una fértil semilla dio lugar a su crecimiento. Dos olivos se salvaron. Fueron trasplantados al parque Rodríguez Sahagún.

Ahora queda una abuela. Una centenaria morera, cuyas raíces se asientan en el terreno donde irán proyectadas unas viviendas de protección pública para jóvenes. Todo vestigio de lo que fue aquel territorio queda guardado en la memoria de la antigua morera, en sus recuerdos. Nos cuentan algunos vecinos del lugar, que era común ir a por hojas de la morera para criar gusanos de seda. Había más moreras. ¿Un árbol puede poner en jaque unas viviendas de protección pública? No lo creemos. Quizás la memoria sí o eso es lo que algunos teman. No lo sabemos. Sí sabemos que ha habido tanto tiempo para salvarla, protegerla, y ofrecer alternativas que tan solo podemos dar crédito a su propia vida, para que permanezca donde está. Nos la imaginamos como parte de un patio, donde cada día recibamos sus saludos o en el exterior y podamos contemplar su transformación y en el verano recoger las moras, donde otros niños y niñas recojan hojas para la cría de gusanos, repitiendo así los rituales que ella misma da generosamente. La memoria vuelve y vuelve. Es una espiral de sueños cargados de realidad que se resisten a no morir. El árbol no es la amenaza del territorio, es la generosidad para los que vengan. Son los abrazos abiertos a futuras generaciones. Es la alegría del viento entrecruzando sus ramas y llevando cada primavera, una vida renovada. Son los pájaros que viven y vivirán en ella.

Todavía no ha llegado el tiempo de la despedida. Esto vendrá con su propio ciclo biológico. Cuando ella misma nos diga adiós. Pero no la hemos escuchado despedirse. Quiere vivir allí donde es su casa. La calle Alberdi.

La verdad es que queremos todo, viviendas y morera. Háganlo posible.