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Prueba del Peugeot 3008 Hybrid4, uno de los híbridos enchufables más redondos

Peugeot 3008 Hybrid4.

Pedro Urteaga

Como parte de la renovación acelerada de su gama, proceso que discurre en paralelo al de su electrificación, Peugeot ha puesto a la venta uno de los modelos más redondos entre los que utilizan lo que se conoce como energías alternativas: el 3008 Hybrid4; eso sí, a un precio elevado que, en la versión GT que hemos podido probar en los últimos días, se sitúa en 47.200 euros sin aplicar descuentos de la marca ni ayudas estatales.

Salvo por ese aspecto capital, este híbrido enchufable (PHEV) lo tiene todo para triunfar: una línea atractiva que ha merecido numerosos premios desde el inicio mismo de su comercialización, un interior amplio y sumamente moderno en cuestión de diseño e instrumentación y, en esta versión concreta, una mecánica híbrida de nada menos que 300 caballos y 59 kilómetros de autonomía eléctrica con los que, teóricamente, el usuario podrá realizar la mayoría de sus desplazamientos cotidianos en modo cero emisiones, esto es, sin hacer uso del motor de gasolina 1.6, que entrega por sí solo 200 CV.

Como todos los modelos PHEV que está sacando al mercado el Grupo PSA, este cuenta con un piloto bajo el retrovisor interior que se ilumina cuando el vehículo está funcionando efectivamente como un eléctrico, cosa que no sucede cuando quien lo utiliza no se molesta en enchufarlo al llegar a casa o al trabajo. Esta sencilla tecnología puede ser muy práctica en el caso de que las autoridades de una localidad determinada decidan permitir el paso a ciertas zonas de la ciudad solo a los coches que no emiten gases contaminantes, con independencia de que exhiban -como es el caso- o no la etiqueta 0 de la DGT en el parabrisas.

El 3008 Hybrid4 dispone de cuatro modos de conducción: 100% eléctrico, con el que se enciende ese testigo azul visible desde el exterior; Hybrid, en el que el motor de combustión complementa a los dos motores eléctricos aquí presentes, uno en cada eje; Sport, donde es el eléctrico el que ayuda al de combustión, que se torna protagonista para favorecer mejores prestaciones; y 4WD, con el que se reparte la fuerza del motor entre los dos ejes. Los modelos de PSA similares a este que rinden 225 CV, identificados con el logo Hybrid a secas (sin el 4 final), tienen un único motor eléctrico y, por tanto, solo tracción delantera en lugar de total.

Es únicamente al circular en modo híbrido y con suavidad cuando vemos en el vistoso cuadro de instrumentos, el más moderno y atractivo -además de completo- de los que produce el consorcio francés, cifras de consumo cercanas a las de homologación, de 1,3 litros/100 km, que dejarán de aparecer en cuanto la batería de 13,2 kWh se consuma. Para conservar una parte de su capacidad (para 10 o 20 kilómetros o un máximo que el sistema híbrido se encarga de determinar) puede recurrirse a la función e-save; así el remanente guardado nos servirá, por ejemplo, para acceder más tarde a un área de bajas emisiones como las que mencionábamos más arriba.

Una vez agotada la batería o cuando el conductor elige el modo Sport, el consumo pasa a ser el de un vehículo de gasolina normal, que en los 200 kilómetros que hemos recorrido con el 3008 ha quedado a mitad de camino entre 7,5 y 8 litros/100 km, según el ritmo más o menos vivo que impusiéramos. Para tratarse de un SUV relativamente grande y pesado debido a las baterías, se nos antoja un gasto de combustible razonable. Al término de la prueba, el cuadro de mandos indicaba que el 44% de la ruta se había realizado sin emisiones de CO2.

Una de las mayores virtudes del 3008 en general es, a nuestro parecer, la amplitud interior y la capacidad de carga de un modelo que no llega siquiera a los 4,5 metros de longitud (mide exactamente 4,447 mm). Sin embargo, en el caso del Hybrid4, el maletero pierde algo de volumen: en vez de los 520 litros de sus hermanos de gama, aquí nos quedamos en 395, aunque la única diferencia que notaremos -además de que cabrán menos cosas- es que el plano de carga se halla ligeramente más alto, algo que por otra parte puede resultar más cómodo a la hora de introducir o sacar el equipaje.

En la última actualización del 3008, el conocido Peugeot i-Cockpit ha recibido mejoras como la instrumentación digital de 12,3“ totalmente configurable, que ya hemos ensalzado, y una nueva pantalla táctil central que crece hasta las 10” y comprende siete elegantes teclas tipo piano como botones de acceso directo a las principales funciones de confort. Las versiones Hybrid y Hybrid4 añaden una tecla que abre un menú específico dedicado al sistema de propulsión electrificado.

La recarga de la batería se completa en 7 horas en una toma de 2,3 kW, en 4 horas en una reforzada de 3,3 kW y en 1 hora y 45 minutos si tenemos instalado o podemos utilizar un wallbox de 7,4 kWh.

Sobre el comportamiento del coche, es sabido que estamos ante uno de los SUV que más se parece en sus reacciones a un (buen) turismo, un rasgo que tal vez acentúa aquí la presencia de un pack de baterías bastante pesado en la parte baja del vehículo. El cambio automático EAT8 hace buenas migas con el conjunto de los tres motores disponibles merced a transiciones suaves y rápidas entre marchas, y se complementa con levas en el volante para cambiar manualmente de velocidad, así como con la habitual función B que sirve para forzar la regeneración de energía para la batería al tiempo que opera como freno motor.

Este híbrido enchufable realmente bien conseguido luce una estampa aún más seductora gracias a los aditamentos deportivos aparejados al acabado GT de la unidad de pruebas. Para redondearlo, recomendaríamos añadir un elemento opcional (450 euros) como el portón trasero de apertura automática y manos libres, aunque eso suponga incrementar una factura ya de por sí abultada.

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