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Antonio Saura: “El éxito no consiste en llenar un teatro todas las noches”

Antonio Saura, montado en su Honda

José Antonio Fuentes

Murcia —

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Alquibla es una de las compañías de teatro de la Región de Murcia con más años a sus espaldas, 35 años de oficio. Con tan solo 19 años, Esperanza Clares y Antonio Saura, que ya entonces eran pareja sentimental, fundaron Alquibla en 1984. Desde entonces han montado decenas de espectáculos y han creado una de las escuelas de formación teatral no reglada más importantes de la Región de Murcia.

Antonio Saura, 54 años, es director artístico de Alquibla y presidente de DEmurcia (Asociación de Directores de Escena Profesionales de la Región de Murcia). Pertenece a la primera promoción de la ESAD (Escuela Superior de Arte Dramático) de Murcia en el itinerario de dirección escénica. Saura es motero, padre, con un gran sentido del humor y un fuerte compromiso social y político. En el antebrazo izquierdo luce un tatuaje en el que puede leerse `Alquibla´. Quizás a modo de destino, de horizonte, de lugar al que no se acaba de llegar por esa continua necesidad de reinventarse en un oficio que, a pesar de los pesares, engancha.

Tengo entendido que tu padre no quería que estudiaras teatro. Visto lo visto, parece que lo tenías claro

No tuve ningún respaldo familiar en el inicio de mi carrera artística. En mi familia no había tradición teatral a pesar de nacer en Algezares, un pueblo con gran afición al teatro. A mi padre no le gustó la idea de que me dedicara al arte y siempre lo entendió como una evasión de responsabilidades profesionales más importantes. La casa de mis padres estaba justo al lado del teatro Sanbar (que hoy sigue existiendo aunque está cerrado) donde jugaba y pasaba mucho tiempo. Siempre quise subir al escenario y ser el protagonista de esas comedias que tanto disfruté de niño.

Cosas del destino, tu hija Alba Saura está muy vinculada al teatro, habéis creado tradición

Alba nace en una familia que recorría España de punta a punta de gira con Alquibla. Mi hija es muy independiente porque en algunas etapas de su vida no hemos podido estar todo lo pendientes de ella que nos hubiese gustado. Todos los padres tenemos dudas sobre si actuamos correctamente en la educación de nuestros hijos. Sin embargo, tenemos una relación muy cercana y buena con ella. Cuando era niña, al llegar a los teatros, tocaba la butaca para comprobar si era cómoda. Sabía que se quedaría allí hasta que terminara la función y recogiésemos todo. Le apasiona el teatro y ha descubierto en el mundo de la investigación teatral una nueva pasión. Recién doctorada, está muy feliz.

¿Qué es el teatro hoy día para Antonio Saura?

Ha sido y es una forma apasionada y apasionante de entender el mundo y mi propia vida. El teatro no deja de ser una manera, algo utópica, de intentar cambiar el mundo y, al mismo tiempo, de posicionarme en él como ser político y social.

Después de todo este tiempo dirigiendo actores y actrices, ¿dirías que existe algo parecido al `duende´ en el mundo de la interpretación?

En el actor participa un talento innato, es una cuestión genética. Todos los niños juegan a interpretar otros roles y a ser otros. Algunos de forma innata acceden a la verdad con un nivel de verosimilitud asombroso, desde muy pequeñitos. Pero un actor con mucho talento sin una técnica trabajada no llega a desarrollar todo su potencial expresivo.

Hay actores que han pasado sin pena ni gloria por varios montajes y de pronto se encuentran con un personaje especial o un equipo de trabajo muy bueno y aparece el `duende´. Puede aparecer incluso de forma puntual en una representación y ya no lo vuelves a ver. El `duende´ es gamberro, juguetón y no es fiable porque nunca sabes a ciencia cierta por qué aparece y desaparece. El consejo es trabaja mucho que cuando tenga que aparecer, aparecerá.

¿Alguna vez has pensado dedicarte a otra cosa?, ¿alguna crisis vocacional o no que se pueda contar?

La pasión por el teatro ha mantenido estas décadas mi vocación intacta. Lo que sí hemos tenido son dos o tres crisis fuertes a nivel empresarial. En 2010 estuvimos a punto de cerrar. Compramos el cartel de “se vende” para colocarlo en la puerta de nuestra nave. La compañía estaba de gira, pero no teníamos dinero para pagar ni la gasolina del camión, nos quedamos sin efectivo. Los bancos no concedían préstamos, las líneas de crédito y ayudas desaparecieron, incluso algunos teatros cerraron. Empezamos a ir a taquilla a los teatros y fue muy duro porque la iniciativa no nació de una buena gestión cultural, sino de una falta de presupuesto. En 2011, por fortuna, realizamos el montaje de `La casa de Bernada Alba´, una experiencia muy importante para todo el equipo que nos permitió recuperarnos. Pusimos a prueba, una vez más, nuestra resiliencia, esa capacidad de levantarse cuando ya no puedes más.

Tengo la sensación de que en teatro los temas son recurrentes y es el componente estético lo que marca la diferencia. ¿Está el riesgo estético asociado al riesgo económico?

Sí, totalmente. Cuando en 2016 estrenamos `Macbeth´, un montaje de corte contemporáneo, sabía que no actuaríamos en una serie de teatros porque no tienen público para acoger un espectáculo así. Hay una gran deficiencia en captación de públicos y creación de demanda. Es una labor importante porque es una de las principales causas de la grave crisis que sufre la creación escénica contemporánea. Es necesario que el público demande determinados espectáculos para justificar su programación.

En Murcia no hay muchas de Escuelas de Teatro en las que se imparta formación no reglada como la Escuela de Alquibla. ¿Cuál ha sido vuestra experiencia en todos estos años?

En 2010, fundamos la escuela de teatro de Alquibla. Llegamos a un acuerdo con el ayuntamiento de Alcantarilla para la cesión de un centro cultural y comenzamos a dar clases a niños, jóvenes y adultos. En mi primera clase sólo tuve cuatro alumnos y, hoy en día, estamos en torno a los 200.

Las escuelas de formación no reglada participan en el sano ejercicio de la creación de público. Un porcentaje alto de los alumnos no quiere dedicarse profesionalmente al teatro, pero le gusta la interpretación y las dinámicas de los procesos de aprendizaje que desarrollamos. Es muy bonito verlos crecer. Algunos han estudiado incluso la carrera de arte dramático, niñas que conocimos con 14 años y hoy son actrices profesionales.

Durante 4 años has dirigido teatro Circo Apolo de el Algar. ¿Tenemos gestores culturales y directores de teatros en la Región que entiendan y apuesten por la diversidad y riqueza del hecho teatral contemporáneo?

No. Los responsables de programación de los espacios teatrales de la Región, excepto casos excepcionales, son fundamentalmente funcionarios con una presión política brutal. Dependen de un concejal o alcalde preocupado exclusivamente por el porcentaje de ocupación y pendiente de hacerse una foto con un actor famoso.

Falta independencia en el ámbito de la gestión cultural. Es necesaria una gran inversión económica y educacional para entender que el éxito de una programación no lo puede marcar el porcentaje de ocupación en sala. El éxito no consiste en llenar el teatro todas las noches. El éxito reside en qué programación has elaborado para que el teatro esté lleno y a qué diversidad de públicos has atendido. Hay personas que desconocen que en el teatro pueden encontrar un espacio de libertad, de empatía, de sensaciones y emociones muy próximas al mundo en el que se mueven.

Qué le dirías a una persona joven que acaba de finalizar los estudios y quiere formar una compañía de teatro en 2018, en Murcia.

Que vaya a muerte. Que defienda su proyecto artístico y su necesidad creativa. Su necesidad de expresarse y comunicarse con el mundo. Que pelee por defender su espacio.

Parece fácil

Nunca fue fácil. En 1984, cuando nació Alquibla, no había ni centros culturales. Actuábamos en escenarios de fiestas de pueblo porque las casas y centros culturales se empezaron a construir a principios de los años 90. No existían los teatros, estaban cerrados. Siempre fue difícil crear y mantener una compañía de teatro en España. Arrancar es una cuestión de cojones o de ovarios y mantenerse está en función de los resultados. Si a la vuelta de 3 o 4 años no levantas cabeza posiblemente no encuentres un hueco y debas reinventarte.

Qué obra de teatro recomendarías al actual presidente de la Región de Murcia.

`Un enemigo del pueblo´ de Ibsen. Para aprender del protagonista, el Doctor Stockmann, cómo resistir las presiones del poder político, económico y mediático. Cómo ser valiente para afrontar los desafíos que la sociedad plantea y no agachar la cabeza. No parece el caso de Fernando López Miras.

Murcia y cultura ¿son como agua y aceite?

Hay un indicador muy significativo del estado de la cultura en nuestra Región, los presupuestos. Murcia está a la cola en inversión cultural con respecto al resto de comunidades autónomas en España.

Tenemos un grave problema desde 2014, momento en que llegó Pedro Antonio Sánchez a la consejería de Cultura. Transformó Murcia Cultural en el actual ICA (Instituto de las Industrias Culturales y las Artes). Una estructura que no funciona y tiene al frente una persona, Marta López Briones, que no está cualificada para poner a la Región de Murcia en el lugar que culturalmente merece. Es un problema para la cultura. Me encantaría que otros sectores afirmasen lo contrario. Pero lo cierto es que cuando hablo con profesionales de otros sectores opinan lo mismo.

Murcia necesita un gran pacto por la cultura. Los partidos políticos deben ponerse de acuerdo. Está en juego el modelo de Región. No puede ser que en Murcia no exista una red de teatros y las compañías no tengan ayudas para competir en igualdad de oportunidades con las de otras regiones.

¿Cuáles son los nuevos retos de Alquibla?

Esencialmente, poder mantener la estructura empresarial que sustenta la actividad artística. Además necesitamos reinventarnos y ser más competitivos. En los últimos años hemos perdido mucha competitividad a nivel nacional.

Nos gustaría potenciar la actividad de la Escuela de Formación de Alquibla. Tenemos un espacio propio en Santiago y Zaraiche y queremos ampliarlo para disponer de una pequeña sala de exhibición donde mostrar los trabajos de la escuela y otras propuestas.

Y para finalizar, ¿qué se siente conduciendo una motocicleta custom?

Siempre he tenido motos. Mi primera motocicleta custom fue una Honda Rebel de 250 cc. Ahora estoy absolutamente enamorado de mi Honda VTX 1300. Es un espacio de evasión, nada intelectual. De vez en cuando necesito salir del entorno de los libros, de la música, del arte. Rodar te permite estabilizarte. Es una gran sensación de libertad. Cuando haces un viaje largo, de pronto, las preocupaciones se relativizan. Es el único hobby que tengo y es muy terapéutico.

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