Demoleer, el primer festival de literatura feminista de Murcia: “Dar a conocer a más autoras es una cuestión de justicia”

Declaración de intenciones: “romper con todo” poniendo el foco en la literatura como herramienta de cambio social. Con esa determinación se presenta Demoleer, el primer festival de literatura feminista de la Región de Murcia, que se celebrará el próximo sábado 18 de mayo en la Biblioteca Regional (BRMU). Se trata de un evento que ha salido adelante, entre otras cosas, gracias al apoyo social y económico que ha recibido por parte de pequeñas empresas y la propia ciudadanía. Nada de instituciones.

En su primera edición, el festival cuenta con la participación de autoras como Luna Miguel o Cristina Morano y pretende convertirse en un referente cultural de la literatura feminista en España. Toda clase de autoras emergentes y consagradas de dentro y fuera de la Región tendrán la oportunidad de compartir espacio, obra e ideas en un festival literario abierto a todo el público.

Entrevistamos a dos de sus fundadoras, Ana Andújar y Amor Costa, para conocer cómo se fraguó un proyecto tan ambicioso, las dificultades que han tenido que sortear y qué esperan tras “romper con todo”.

¿Quiénes conformáis Demoleer?

Demoleer somos un colectivo de once mujeres constituido como asociación. Conformamos un grupo bastante caótico, pero estamos muy unidas por el amor a la literatura. Hemos organizado este festival de literatura feminista como si organizáramos una fiesta de amigas, como un regalo que nos hacemos a nosotras mismas, y estamos encantadísimas de que la fiesta se nos haya ido de las manos y que tanta gente quiera participar.

Murcia es una ciudad muy activa culturalmente, con todo lo que se hace, ¿por qué no ha habido un evento literario así antes?

¿A qué os referís con que es un festival ‘feminista’?

Es un festival feminista en tanto que todos los temas que vamos a tratar -literatura desde la identidad, las influencias y la edición o autoedición- se tratarán desde la perspectiva de género y con sentido reivindicativo. Las miradas desde las que tratamos estos temas partirán de autoras, de editoras, de lectoras. No nos interesa una mesa redonda de escritores, que es lo que siempre hemos visto. Ahora nos interesa esta mirada.

¿En qué momento sentisteis la necesidad de crear un festival de literatura feminista en la Región de Murcia?

La idea tiene su germen en un club de lectura feminista al que pertenecemos desde hace unos diez años. Acudíamos a todo tipo de eventos culturales y literarios que se celebraban en la Región, pero la verdad es que en ninguno nos sentíamos totalmente representadas. Veíamos que en otras ciudades del país se hacían cosas muy chulas mientras que aquí nos parecía que todo tenía un corte más tradicional. Murcia es una ciudad muy activa culturalmente, con todo lo que se hace, ¿por qué no ha habido un evento literario así antes? Básicamente, estamos haciendo lo que nos gustaría ver a nosotras, y queremos ver a autoras ocupando su espacio, mostrar otra visión de la literatura en un evento participativo.

¿Cuál es el objetivo principal del festival? ¿Qué esperáis conseguir con Demoleer?

Demoleer va más allá del 'voy, me siento y escucho una charla'. Planteamos el festival como una jornada más larga y festiva, donde se mezclan autoras de distintas generaciones y con distintos grados de popularidad. Muchas de las autoras con las que hemos contactado son locales, mujeres que quizá no cuentan todavía con un público mayoritario, pero que son muy importantes para el tejido cultural murciano. Queremos poner a las autoras como referentes en este tejido cultural.

Queremos tomar las instituciones para que no sean los de siempre quienes las ocupan. El dinero y el espacio público es de todos y todos tenemos derecho a sentirnos representados con lo que vemos en nuestra ciudad

Si funciona, si la respuesta es mayoritaria, el objetivo es llamar la atención de las instituciones públicas. Queremos tomar las instituciones para que no sean los de siempre quienes las ocupan. El dinero y el espacio público es de todos y todos tenemos derecho a sentirnos representados con lo que vemos en nuestra ciudad.

¿Qué desafíos os habéis encontrado al organizar este festival?

Lo que más nos ha costado es implicar a las instituciones. Demoleer empezó a fraguarse en 2022, de hecho hubo una primera vez anterior a esta donde ya teníamos la fecha fijada: lo íbamos a celebrar en octubre de 2023. Nos reunimos en todos los despachos habidos y por haber y, tras un silencio administrativo por parte de las instituciones, nos cancelaron. Se fue todo al garete. Menos mal que no llegamos a publicar nada, pero ya teníamos autoras confirmadas. Fue un palo bastante grande para todas.

No hemos recibido dinero ni cesión de espacio público, ni por parte de la Región ni por parte del Ayuntamiento de Murcia

Después de eso nos quedó claro que en la Región estábamos solas si queríamos sacar el proyecto adelante. Es verdad que algunos concejales y personal técnico nos mostraron su apoyo desde el principio, pero nunca imaginábamos que fuera a ser tan complicado. Creemos que la ignorancia en cuanto a lo que nos enfrentábamos fue lo que nos hizo tirar para adelante.

¿Finalmente habéis recibido algún tipo de apoyo de las instituciones murcianas para sacar este proyecto adelante?

No, nada. No hemos recibido dinero ni cesión de espacio público, ni por parte de la Región ni por parte del Ayuntamiento de Murcia. Y eso que a nivel económico no pedíamos gran cosa, pero ninguna institución nos apoyó, así que tuvimos que posponer todo porque no teníamos dinero. Fue entonces cuando decidimos autofinanciarnos, y la verdad es que estamos flipando con el resultado del crowfunding y la respuesta de la gente: pusimos un tope de 3.000 euros que ahora mismo casi alcanza los 4.000.

Por otra parte, el espacio en el que celebramos el festival, la Biblioteca Regional de Murcia, es un espacio que puede solicitar cualquier ciudadano y que se nos ha asignado como ciudadanas que solicitan espacio para el desarrollo de un evento literario, pero no como un festival de cultura feminista. Así que todo ha salido adelante por nosotras mismas y por toda la gente que nos ha apoyado.  

Cuando una mujer no escribe sobre los temas tradicionalmente asociados a lo femenino, cuando hablan de sexo, de terror, o de guerra, los autores sienten que les están quitando un trozo del pastel

Una de vuestras invitadas estrella, Luna Miguel, dijo en una entrevista que no se dice ‘literatura femenina’, que se dice ‘literatura’, ¿qué opináis de que todavía se siga haciendo esta distinción?

Hay quien todavía piensa que los cuidados, la intimidad o las emociones son cosas de mujeres cuando realmente son temas de la vida. Por otro lado, cuando una mujer no escribe sobre los temas tradicionalmente asociados a lo femenino, cuando hablan de sexo, de terror, o de guerra, los autores sienten que les están quitando un trozo del pastel. Parece que no se acuerdan de quién escribió Frankestein. Las temáticas sobre las que escribir están en la vida, no en el género, y nos atraviesan a todos y a todas por igual, pero aun así algunos todavía creen que la mujer solo puede hablar de ciertas cosas.

Hace unos meses estalló la polémica por las declaraciones de algunos autores quejándose del ‘bum’ de autoras que publican y ganan relevancia últimamente, ¿cuál es vuestra respuesta a este tipo de posiciones?

Esos hombres tenían tan interiorizado que la literatura es un territorio masculino que no se dan cuenta de lo que realmente están diciendo cuando se quejan de que hayan mujeres que publican. Al principio pensábamos que lo decían de broma, pero cuando vimos que iban en serio nos sorprendimos mucho: es como si vivieran en otro mundo, en la vida cultural siempre ha habido mujeres.

Nos parece una actitud muy reaccionaria y también lógica de alguien al que le quitan el trozo de pastel que siempre ha tenido. A alguien que siempre ha tenido privilegios no le va a sentar bien que se los quiten. Una pataleta.

¿Qué problema hay con que haya mujeres que escriban? Era un hueco por completar y es de justicia que estén ahí. Y seguiremos presionando porque estén ahí porque ya hemos perdido mucho tiempo sin estarlo. El número de autoras que se estudian en las facultades es ínfimo en relación al de autores, no se trata solo de que las autoras estén popularizándose ahora, es que hay tantas mujeres a las que se ha censurado a lo largo de la historia que tenemos mucho déficit. Así que hasta que no se equilibre la balanza, lo que estamos haciendo al dar a conocer más autoras es una cuestión de justicia.