El Senado busca director de comunicación por primera vez en democracia
El PP avanza en su estrategia de elevar de categoría al Senado e intentar equipararlo con el Congreso. La Cámara, controlada por la mayoría absoluta del partido que lidera Alberto Núñez Feijóo, ha aprobado el plan de reestructuración interna ideado por la secretaria general, Sara Sieira, cuyo eje central es la creación de una Dirección de Comunicación, una vacante que ya ha sido publicada para ser cubierta. Fuentes del Senado sostienen que la idea es tener una estructura interna “como la del Congreso”, creada hace 20 años.
La nueva estructura implica la creación de una veintena de nuevos puestos laborales, lo cual no conlleva necesariamente la ampliación de la plantilla en ese número, ya que algunas personas serán reasignadas a nuevas funciones por la desaparición de las anteriores. Tampoco se activarán todas las vacantes de golpe, sino que se hará de forma paulatina y según las necesidades futuras de la Cámara Alta.
El cambio es más bien político, según las fuentes parlamentarias consultadas por elDiario.es, que ponen como ejemplo que la elección de la persona que esté al frente de la nueva Dirección de Comunicación será por libre designación. Será dependiente de la Secretaría General y, por primera vez, se abre la puerta a que lo ocupe un letrado, es decir, un experto en derecho.
Será la letrada mayor del Senado quien elija a la persona que dirigirá la comunicación de la institución. El nombramiento deberá pasar por la Mesa de la Cámara Alta, que controla el PP con su mayoría absoluta. Este mismo organismo fue el que aprobó el plan propuesto por Sieira el pasado 25 de noviembre, con el voto en contra de los representantes del PSOE. El acta de dicha reunión no está todavía disponible en la web del Senado.
Pero no solo el director será de libre designación, algo habitual. De las cuatro jefaturas creadas, tres serán de libre designación, y solo una por concurso directo entre los funcionarios de la casa. Y esa sí es una novedad. “Es algo totalmente contrario a la tradición de la administración parlamentaria, en la que la provisión de puestos se rige por el principio de mérito y capacidad”, apuntan las fuentes consultadas por elDiario.es. ¿El motivo?. “Se pretende una dirección hiperpolitizada”, zanjan.
Abierto al cuerpo de letrados
Otra de las novedades más llamativas para quienes conocen las interioridades de las Cortes Generales es que el cargo para la Dirección de Comunicación no estará solo abierto al personal especializado. Sieira ha establecido en su plan, con el respaldo del PP, la posibilidad de nombrar a personas del cuerpo de letrados para ese puesto.
Sieira es integrante de ese cuerpo y, antes de ser la secretaria general del Senado, ejerció como letrada en el Congreso. Su traslado a la Cámara Alta, ascenso incluido, se produjo poco después de la investidura de Pedro Sánchez y llegó con el encargo de realizar el informe que pudiera parar la ley de amnistía. También se modificó el Reglamento para intentar impedir la tramitación de la norma, pero el Constitucional lo tumbó. El PP amagó con un conflicto hasta entonces inédito con el Congreso que no se llegó a producir.
Pese a los intentos del PP de usar el Senado para impedir o retrasar la aprobación de la ley, esta volvió al Congreso, donde fue finalmente ratificada. Después, el Tribunal Constitucional la avaló.
La remodelación también afecta a la Dirección de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, un departamento normalmente anodino políticamente que saltó de forma sorpresiva a los medios cuando dos de los informáticos del Senado fueron despedidos por acceder sin permiso a equipos de los senadores y de la propia institución. La Fiscalía de Madrid investiga lo sucedido.
El cambio se ha activado precisamente coincidiendo con el aniversario de la Constitución, que establece que España tiene un sistema de representación popular bicameral, pero con una prelación del Congreso sobre el Senado. Así lo explican los propios letrados de las Cortes en sus comentarios a la ley fundamental, de cuya aprobación se han cumplido este sábado 47 años. Pero el PP ha recurrido desde el principio a su mayoría absoluta no solo para introducir enmiendas y ejercer como cámara de segunda lectura, su principal función.
El PP ha modificado el Reglamento del Senado en diversas ocasiones para poder usarlo contra el Congreso y contra el Gobierno. Ha planteado diferentes conflictos de atribuciones al Ejecutivo y a la Cámara Baja. Ha introducido enmiendas ajenas al asunto de las leyes debatidas para anotarse tantos. Hasta el esperpento de tener que enviar un coche a recoger unas enmiendas que el Senado retrasó entregar, como es preceptivo.
Al Senado fue el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a ser interrogado en una comisión de investigación. Y es también donde el PP tiene a sueldo al abogado de Manos Limpias en el proceso contra el ya ex fiscal general del Estado, Víctor Soriano.
El PP ha controlado históricamente el Senado, gracias a un diseño que da una enorme representatividad a las provincias menos pobladas y más afines a la derecha. La actual es la primera legislatura en la que los partidos gobernantes tienen un Senado en contra y con mayoría absoluta. Una situación que difícilmente va a cambiar en el corto o medio plazo. La actual distribución electoral invita a pensar que el PP controlará el Senado de forma habitual durante los próximos años. Y lo está preparando para sacarle el máximo rendimiento.
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