La llamada Financiación Colectiva aportará a los nuevos emprendedores la capacidad necesaria para regenerar el desgarrado tejido empresarial apostando por los proyectos y no por los avales. España ya posee, desde el pasado 3 de octubre, un nuevo marco regulador cuyas bases han suscitado tanta polémica como el propio apogeo del Crowdfunding.
En un tiempo en el que los emprendedores luchan por subsistir con mínimos recursos afloran las mejores ideas, que finalmente quedan en el cajón de sastre por no tener medios suficientes para llevarlas a cabo.
Con todos los problemas de financiación y refinanciación que están poniendo los bancos y la imposibilidad de apostar por ideas innovadoras y proyectos creativos si no van acompañados por un aval importante, han aparecido nuevas formas de poder financiar estos proyectos. Se llama Financiación Colectiva, también denominado por el anglicismo Crowdfunding. Tal es el apogeo que ha tenido en muy poco tiempo que el Gobierno español no ha tenido más remedio que regularlo de forma legislativa, con una ley que, pese a haber sido consensuada por todas las asociaciones de plataformas de Crowdfunding, finalmente tiene algunos techos inexplicables que merman la capacidad regenerativa de los proyectos.
El Crowdfunding consiste en obtener dinero de distintas personas para un fin concreto ofreciendo una contraprestación. Y como es de comprender, tampoco se utiliza en su mayor parte en los negocios, sino que el porcentaje más alto de utilización está enfocado a donaciones y ayudas desinteresadas, sobre todo a fundaciones o a empresas que realizan trabajos sin cobrar ni un euro por ello, como por ejemplo los creadores de Wikipedia.
En el canal mercantil, la forma más utilizada de financiación colectiva es el Crowdlending. Se trata de una capitalización por micro préstamos de multitud de personas. Es uno de los puntos más regulados por la nueva normativa aprobada en consejo de ministros el pasado 3 de octubre. Sin embargo el punto regulado que el que más controversia ha suscitado es el Crowdfunding de inversión o Equity Crowdfunding.
La reacción de las asociaciones a la nueva norma ha sido unánime, focalizando sus discrepancias en la discriminación que supone la clasificación de inversores en dos grupos distintos, aquellos que poseen un capital importante tras de sí (a los que no se les pone ninguna restricción) y los que no pueden demostrar tantos ingresos, cuyo límite de aportación se ha fijado en 3 mil euros, algo que va en contra de todas las normas de libre mercado y globalización.
En la actualidad son pocas las plataformas que operan en España pero se espera que sea uno de los sectores con mayor auge de los que se conocen. Pese a la nueva marginación legislatoria, cientos de miles de personas utilizarán servicios de Crowdfunding en 2015 y capitalizarán sus proyectos por medio de esta financiación colectiva, ya sea de inversión o de préstamos. La necesidad hace aflorar la creatividad, ya sea para poner en marcha un proyecto, para no dejar morir tu empresa o para librarte de la cárcel.
Antonio López Tomás es autor de www.elblogdelseo.com
0