Cospedal se apunta a la campaña de desprestigio de los políticos
El peor enemigo de un político suele ser otro político. Los que se empeñan en hundir la reputación de los políticos en España son otros políticos, y María Dolores de Cospedal ha hecho méritos de sobra para encabezar la ofensiva contra el valor de las instituciones democráticas y el trabajo de quienes han sido elegidos para gestionarlas. Su última idea, supuestamente de ahorro, es una ayuda insustituible para todas aquellas campañas y comentarios que sostienen que todos los políticos son iguales, unos ineptos y unos ladrones que han llevado a este país al agujero más profundo.
Cospedal ha propuesto reducir el Parlamento de Castilla La Mancha a 25 escaños --ahora tiene 49-- y eliminar todos los sueldos. La única remuneración que recibirían los diputados procedería de las dietas por asistir a plenos y comisiones. Quiere que “vivan de sus profesiones y no de la política”. Una medida perfecta para enviar a la gente el mensaje de que la política no es una auténtica profesión, que los diputados en general pierden el tiempo en el legislativo, y que hay que desconfiar de los que no tienen mucho dinero. Los diputados de clase media baja quedan como gente siempre dispuesta a poner la mano para que caiga un sobre con efectivo.
La presidenta del Gobierno castellanomanchego se une así a la alegre muchachada que ha dado por bueno el bulo de los 445.000 políticos, una invención de un medio ultra. No es una crisis del modelo productivo de la economía española. No es una crisis estructural de la eurozona. No es el producto de un país con una economía fosilizada y alimentada durante una década por el dinero fácil de la burbuja y el crédito. Todo ocurre porque hay demasiados políticos y cobran demasiado dinero. ¿Decenas de miles de millones de euros utilizados cada año en gasto social? Qué tontería. Elimina 49 sueldos y todo solucionado. more
¿Estaría pensando Cospedal en la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, profesional de la política desde su juventud? Igual había pasado por su cabeza todos aquellos políticos que nunca han trabajado en la empresa privada y que carecen del conocimiento necesario para saber cómo funciona la economía real. Políticos como... Cospedal, que aprobó unas oposiciones de abogada del Estado con 26 años. Nunca ha tenido que salir a buscar trabajo.
¿Es un problema que los políticos encadenen puestos electos o de designación gracias a los partidos políticos y que no tengan vida laboral fuera de la política? Sí, lo es, y no sólo en España. También lo es que aquellos que alcanzan los puestos más relevantes, como ministro o presidente de Comunidad Autónoma, tengan el futuro asegurado en consejos de administración donde se dedicarán a hacer tareas de lobby. Algo me dice que si algún día pierde las elecciones y no se hace fuerte en un escaño, Cospedal no volverá a su plaza de abogada del Estado ganada por oposición. Tendrá horizontes mucho más rentables.
Curiosamente, cuando Cospedal era diputada de la oposición cobraba el doble que el presidente de su comunidad y el triple que el presidente del Gobierno. En esa época el dinero no era un problema.
En democracia, un Gobierno necesita un Parlamento a tiempo completo que se ocupe de fiscalizar sus decisiones en todos los ámbitos. Imponer que los diputados lo sean solo a tiempo parcial obligaría, si se quiere ser coherente, a reformar el estatuto de autonomía y eliminar la mayor parte de sus competencias. Si la labor de esos diputados es tan prescindible, es mejor que Castilla La Mancha devuelva sus poderes al Estado central, donde hay profesionales de la política experimentados --en el Gobierno y en la oposición-- que pueden hacer mejor ese trabajo.
Claro que todo esto proviene de un Gobierno que anunció con grandes aspavientos que pondría a subasta 68 vehículos oficiales que no necesitaba. Vendió 52 y obtuvo 300.000 euros, 5.769 por coche. Qué raro que esos ingresos no hayan servido para solucionar la situación financiera de la tercera Comunidad Autónoma más endeudada de España.