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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

El pito y el sereno

Suso de Toro

Van unos catalanes y unos vascos a ver un partido de fútbol presidido por el rey y cuando suena la Marcha Real, el himno nacional español, se ponen a pitar. Entonces, va el Gobierno y decide llamar a los guardias. En fin, parece un chiste. Y realmente lo es pero el Gobierno aprovechó para ponerse grave, solemne y amenazador. Les encanta.

Este Gobierno cuando las cosas no le van bien suele acordarse de que hay monos, piratas e ingleses en Gibraltar o de que tiene vascos y catalanes al norte. O, como hizo el ministro del Interior cuando les imputaron a otros cuantos de los suyos en vísperas de las elecciones, recuerda que aún queda en Francia algún zulo de ETA. Cortinas de humo.

Aun así, no les salen siempre bien esas prestidigitaciones y perdieron las elecciones municipales.En parte perdieron por culpa es de sus propios votantes, lo explicó bien Núñez Feijóo: muchos van viejos y se mueren entre una elección y otra. Culpa también de otra parte de sus votantes que ya no consiguen tragar más dosis de corrupción y de memez, esos se quedaron en casa o votaron a ese chico catalán que lucha contra los catalanes malvados ahora desde Madrid.

Las cortinas de humo acaban por disiparse, aunque el humo sea narcótico, y al final el emperador se muestra desnudo. En este caso, el Rey y su marcha musical. Efectivamente, esa gente, que un portavoz con cara de desprecio del PP llamado Hernando considera “enfermos”, toma a la jefatura del estado por el “pito del sereno”. Es decir, no le tiene respeto. Ésa es una realidad que pretenden ocultar con el teatrillo dramático y el amenazar con los guardias: una parte de la población del estado español, muy localizada en el País Vasco y Catalunya no solo no se considera representada en esos símbolos sino que los considera hostiles. Eso es lo que hay y las caras compungidas o torvas del PP son tan falsas y ñoñas que dan pena.

No veo bien hacer gestos despectivos hacia símbolos que otras personas respetan porque realmente no se ofende a los símbolos, que se quedan tan campantes, sino a las personas que los veneran. Incluso si esos símbolos representan la negación de otros símbolos con los que me puedo identificar. Somos monos simbólicos, de un tipo o de otro todos tenemos nuestros fetiches.

Por lo mismo no me parece bien tampoco que se quemen, arranquen o les disparen a estelades, como veo que ocurre repetidamente en Catalunya, en varias ocasiones por parte de militares destinados allí. Ni me parece bien en absoluto que las cabeceras de prensa madrileñas no informen a sus lectores de hechos tan ofensivos.

Sí, los símbolos son un lenguaje que nos permite representar una parte de nuestras identidades y también son instrumentos para combatir simbólicamente por nuestra existencia. Lo que expresa la lucha de símbolos en España es que hay gente que se siente identificada con esta España y gente que no, hay quien con la monarquía y quien no, etc. Y me parece de franquistas descarados pretender una ley para mandar a los guardias y meter preso a quien exprese simbólicamente su opinión al respecto, sea partidario del rey, la marcha real y la rojo y gualda o de otra cualquiera.

Faltan unos meses, habrá elecciones y puede que las nuevas cortes tengan que tratar de lo que hay detrás y debajo de todos esos símbolos. Si hay diputados que plantean la jefatura y la estructura del estado y los símbolos consiguientes, ¿les van a mandar a los guardias? En fin, cuando la estupidez llega a su extremo ya llega a la memez.

En España se da un fenómeno político extraordinario nos gobiernan desde la maldad pero con cursilería. Y aún me dicen que exagero cuando digo que son franquistas.

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