Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

Nur Khan, la voz en Bangladesh contra el “genocidio” rohinyá

Nur Khan, la voz en Bangladesh contra el "genocidio" rohinyá

EFE

Dacca —

0

La historia de un rohinyá que perdió a su esposa, violada y asesinada, y después vio morir a su propio bebé en brazos de un disparo, marcó la mirada del activista bangladeshí Nur Khan, importante voz en la lucha contra el “genocidio” perpetrado contra esta comunidad musulmana en su natal Birmania (Myanmar).

“El bebé estaba en brazos de su padre. Les dispararon mientras cruzaban el río. El bebé murió y el padre, tras resultar herido, tuvo que dejar que el cadáver flotara debido a la fuerte corriente”, recuerda Khan en una entrevista con Efe en Dacca.

Conocido por su sobrenombre Liton, este activista ha dedicado el último año a trabajar por los rohinyás, primero como director de la organización de derechos humanos Ain o Salish Kendra (ASK) y ahora como asesor de la Sociedad de derechos Humanos de Bangladesh (HRSS).

La huida de ese padre rohinyá con su bebé de la violencia en Birmania, herido y cruzando la frontera sin probar alimento durante días, es la desgarradora historia que Khan rememora cuando se le pregunta por el testimonio que más le ha marcado en este año de trabajo, en el que ha entrevistado a unos 150 rohinyás.

Todo comenzó el 25 de agosto de 2017, cuando el Ejército de Birmania respondió de manera desproporcionada a los ataques de un grupo insurgente rohinyá, lanzando una campaña que empujó a más de 700.000 miembros de esta comunidad a Bangladesh, donde se instalaron en campamentos de refugiados cerca de la frontera birmana.

“Entre 10.000 y 12.000 fueron asesinados. Algunos de los cadáveres fueron lanzados al mar, otros quemados. Recibimos este tipo de denuncias. Se produjeron violaciones de manera indiscriminada. Se trata por un lado de genocidio, y por el otro de desplazamientos forzosos”, subraya el activista.

En su huida, los centenares de miles de rohinyás que llegaron a Bangladesh se instalaron en campamentos improvisados en el sureste del país, cerca de la frontera birmana, donde sólo se encontraba la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) para atenderlos, muchos de ellos heridos o enfermos, rememora Khan.

“Son pocos los incidentes de genocidio en la historia que puedan compararse con este. Tanta gente asesinada en tan poco tiempo, algo que además llevaba produciéndose durante un tiempo en esa área. Les apoyé por un sentido de humanidad y justicia”, afirma el activista.

Khan revela que con los 150 testimonios recopilados hasta ahora cree que es posible demostrar “genocidio, violación, ataques despiadados, detenciones”, en un trabajo de documentación que continúa en desarrollo, al que espera sumar pronto otro medio centenar de casos en su búsqueda de justicia.

Mi trabajo busca “elevar su voz en el marco democrático. Creo que nuestro trabajo les inspira. (Los rohinyás) están tomando conciencia de sus derechos, y eso creo que es positivo”, opina.

El asesor insiste en que la lucha por los derechos de los rohinyás no se limita a denunciar lo que vivieron en Birmania, sino también a reclamar una mejora de su situación en Bangladesh.

“En los campamentos el tipo de vida que viven es inhumano. Viven en refugios de unos tres metros, bajo bolsas de polietileno, que a veces comparten marido y mujer, sus hijos, y nueras”, retrata.

En estos espacios no hay lugar para la educación, añadió.

Tratando de resumir cuál sería su principal reclamación a la comunidad internacional, Khan lo tiene claro: “Por favor, permanezcan junto a ellos, denles ayuda”.

“No es solo brindar alivio, sino asegurarse de que obtengan una vida digna y puedan regresar a su propia tierra, elevar su voz para que los rohinyás obtengan justicia por los ataques bárbaros, el genocidio contra ellos”, enfatiza.

Además reclama “más presión sobre Myanmar para que garantice una seguridad que les permita regresar”, un proceso de retorno que comenzó oficialmente el mes pasado, pero al que ningún rohinyá se sumó de manera voluntaria por falta de garantías en Birmania.

Khan confía en que el retorno de los rohinyás a Birmania ocurra en 2019 basado en cuatro asuntos en los que, considera, hay que hacer énfasis: “Uno es la justicia, este es un proceso continuo, el otro es el retorno a su propia tierra y los otros son garantizar su ciudadanía -ya que se les considera apátridas- y seguridad”.

“Entre los muchos rohinyás con los que he hablado, todos quieren volver”, señala, a la vez que lamenta que “no existe un progreso visible en estos cuatro temas”.

Azad Majumder

Etiquetas
stats