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El Tribunal de Cuentas cambiará las normas sobre contrataciones ante los casos destapados de “nepotismo”

El Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de Miranda, en la Comisión Mixta del Congreso-Senado

Carmen Moraga

El presidente del Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de Miranda, ha admitido veladamente irregularidades y falta de control en las contrataciones de personal de esta institución fiscalizadora al anunciar un paquete de medidas para hacerlas más “rigurosas y transparentes”. En su comparecencia en la Comisión Mixta Congreso-Senado, Álvarez de Miranda se ha comprometido a que el Tribunal de Cuentas se someta a partir de ahora a la auditoría de un organismo externo superior y ha anunciado que se eliminarán los puestos de libre designación ante los escándalos aparecidos en diversos medios de comunicación, sobre numerosos casos de “nepotismo”, o favoritismo en la contratación de familiares de miembros del Tribunal.

Además, ha adelantado cambios en los criterios de selección de los miembros de los tribunales que evalúan las oposiciones, medidas de racionalización del gasto, fomento del control de los concursos públicos para obras de mantenimiento -incluso “menores”- y mayor publicidad a las RPT (Relación de Puestos de Trabajo). En definitiva, a dotar de “mayor transparencia y credibilidad” para “recuperar la confianza de la sociedad” en una institucion cuya imagen está muy dañada.

Pese a este amplio paquete de reformas, el presidente de Tribunal de Cuentas ha rechazado que haya habido “enchufismo” y ha insistido en que todo el personal de plantilla ha sido contratado sometiéndose a “la legalidad vigente”. “Es cierto que los parentescos existen”, ha reconocido, aunque matizando que la entrada de estas personas -más de un centenar- ha tenido lugar o bien antes que la de sus familiares o bien después de abandonar éstos el tribunal.

Lo que no ha podido rebatir Álvarez de Miranda son las informaciones sobre la adjudicación de reformas a la misma empresa que realizó obras en las viviendas particulares de varios consejeros o cargos de la institución, práctica que ha repudiado dando a entender que ha habido un “abuso” de confianza. En su larga intervención inicial, el presidente del Tribunal de Cuentas ha lamentado que haya quien quiera “proyectar la imagen de un tribunal ineficiente, falto de independencia y de imparcialidad”.

Varios portavoces de la oposición, entre ellos Ricardo Sixto de la Izquierda Plural, han pedido la creación de una subcomisión dentro de la propia Comisión Mixta Congreso-Senado para analizar la gestión de la institución y estudiar las reforma anunciadas. Sixto cree incluso que debe haber dimisones por parte de los consejeros salpicados en los caso de las obras.

El portavoz del PSOE, Cipriá Ciscar, ha salido en defensa de la deteriorada imagen del tribunal fiscalizador y ha dicho que su partido está dispuesto a estudiar las reformas planteadas por Álvarez de Miranda.

El portavoz del PP, Eloy Suárez, ha hecho una cerrada defensa del buen nombre del tribunal y de su trabajo. En su intervención, plagada de reproches hacia los portavoces que han criticado a la institución, ha llegado a asegurar que “en ninguna parte está escrito que los hijos de los políticos no puedan presentarse a unas oposiciones” en estas instituciones, y ha achacado las informaciones filtradas a la prensa a “una lucha de poderes entre funcionarios” más que entre consejeros.

En su réplica, Álvarez de Miranda ha insistido en que la composición del Consejo del Tribunal no tiene por qué empañar su trabajo aunque se ha mostrado abierto a cambiar su designación a petición de los grupos parlamentarios. “No tengo ninguna vinculación política, me debo al Tribunal de Cuentas y mi mayor aspiración es que el Tribunal de Cuentas tenga el reconocimiento que se merece”, ha concluido.

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