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Urdangarin elige el destierro interior de Brieva que amenazó la salud mental de Roldán

Iñaki Urdangarin a punto de declarar ante el juez Castro

Pedro Águeda

Con cinco años y 10 meses de condena de la que no puede escapar, Iñaki Urdangarin solo podía escoger entre ruido y silencio. Y el cuñado del rey ha escogido el silencio. La cárcel de Brieva, en Ávila, el centro penitenciario por el que ha optado el exduque de Palma no cuenta con ningún otro interno en el módulo reservado a los hombres. Así es desde que su último ocupante, Luis Roldán, saliera en un furgón de la Guardia Civil un día de mayo de 2005, camino de una cárcel zaragozana.

Apenas cuatro celdas componen el módulo de hombres de Brieva, destinada a ser una cárcel de mujeres. Hace cuatro años se dio la última utilidad a ese módulo vacío, instalando allí temporalmente la enfermería de las reclusas mientras se realizaban unas obras. La elección de Urdangarin no es definitiva. La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias puede considerar en cualquier momento que no es el mejor destino, ni para el preso, ni para la Administración. Antes de ser trasladado de Brieva, Roldán, que pasó allí once años, escribió una carta a la dirección de Prisiones con pasajes “estremecedores” sobre sus técnicas para no perder la cabeza, relatan fuentes conocedoras de la misiva.

Fuentes penitenciarias consideran la elección de Urdangarin una ventaja para la Administración. Un recluso tan conocido como él podría suponer un problema de seguridad en otra cárcel, si bien la experiencia del ingreso de otros reclusos famosos en los últimos tiempos dice que la reacción de los presos de los módulos “suaves” en los que son ingresados es de curiosidad y aceptación por sus nuevos compañeros de perfil mediático.

En el caso de que Urdangarin permanezca en Brieva no supondrá un coste adicional para la Administración penitenciaria. Alrededor de ocho funcionarios se turnarán para vigilar y atender al preso. Con esos funcionarios, uno por turno, tendrá el único trato diario, además de las visitas semanales de amigos y familiares. Se hace complicado que Urdangarin esté acompañado en el futuro porque Prisiones evita enviar a una cárcel como Brieva a quien no lo pida expresamente. 

Las mismas fuentes aseguran que Urdangarin dispondrá de un televisor y que, con seguridad, los funcionarios le procurarán utensilios para que pueda hacer deporte, así como los libros que solicite de la biblioteca del módulo de mujeres. Pero su elección por Brieva le veta la participación en actividades grupales que hay en otros centros. Urdangarin habría sido internado en los módulos de respeto que se implantaron en tiempos de Mercedes Gallizo, donde los presos saben que originar problemas supone su salida hacia módulos que pueden ser más conflictivos. Pero Urdangarin ha elegido la soledad.

La ubicación de Brieva hace de esa cárcel un lugar con temperaturas muy acusadas, tanto de frío en invierno como de calor en verano. El patio al que saldrá Urdangarin tiene 25 pasos de largo y 7 de ancho. En tiempos de Roldán allí había una canasta de baloncesto. El exdirector de la Guardia Civil llegó a quejarse de que hasta el cura que acudía a prestar servicio religioso había dejado de ir. 

Las fuentes consultadas consideran que al menos hasta que pasen 18 ó 20 meses, Urdangarin no disfrutará de su primer permiso de seis noches fuera de la cárcel. Ahora se encuentra en situación de ingreso y ocuparía módulo dedicado a tal fin si existiera en esa cárcel. En un mes y medio debería recibir su primera clasificación, el segundo grado.

El Reglamento Penitenciario, en su artículo 100.2, establece que aún sin haber alcanzado el tercer grado –para lo que requiere al menos haber cumplido la mitad de la condena– el preso podría salir a diario a trabajar, regresar por las noches únicamente y disfrutar de permiso los fines de semana. Para ello debería contar con el informe favorable de la Junta de Tratamiento de la prisión y el acuerdo del juez de vigilancia penitenciaria. Con todo, la aplicación del 100.2 es muy excepcional y su aplicación a Urdangarin podría ser vista como un trato de favor al marido de la infanta, aseguran las mismas fuentes.

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