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Por qué se han abstenido o votado en contra del objetivo de déficit los gobiernos autonómicos socialistas

Susana Díaz, Javier Fernández y Javier Lambán en una imagen de archivo.

Irene Castro

Primer gran acuerdo de PP y PSOE en esta legislatura: los socialistas, en principio con su abstención, permitirán aprobar en el Congreso el objetivo de déficit para las comunidades autónomas. El pacto se cerró este jueves tras negociaciones discretas de Pedro Saura y Valeriano Gómez con Cristóbal Montoro y Luis de Guindos.

Los socialistas quieren quitarse complejos por entenderse con los conservadores y presumen de haber sacado rédito a su negociación: se atribuyen como éxito la subida en un 8% del salario mínimo interprofesional –pasa de 655 euros a 707 en 2017– y una subida de impuestos que no afectará a la totalidad de los ciudadanos porque no se tocan ni el IVA ni el IRPF. 

Pero ese acuerdo no fue un apoyo cerrado de los socialistas en el paso previo a su aprobación en el Parlamento. El trato supone que el Grupo Socialista se abstendrá en la votación. Además, ese fue el comportamiento mayoritario de las comunidades presididas por los socialistas en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

Cinco de ellas votaron en blanco y dos, en contra, Baleares y Comunidad Valenciana. La negativa de estos dos gobiernos no supuso una sorpresa para la gestora, que había cerrado el acuerdo a cambio de la cesión de Mariano Rajoy en materia impositiva y de empleo. “Se esperaba”, confiesan fuentes de la dirección del PSOE. 

Si no se cumple todo lo solicitado, se plantearán incluso votar en contra, según fuentes de la gestora. Eso complicaría el trámite en el Parlamento porque por ahora con la abstención del PSOE es suficiente incluso si el resto de grupos vota en contra. A Ciudadanos le ha sentado mal el desplante del Gobierno y aún no ha decidido si apoyará el acuerdo. 

¿Por qué después de una negociación con órdago incluido se termina en una abstención y no en un voto favorable? En resumen, porque el Gobierno no atendió todas las exigencias de los socialistas, que todavía estudian la letra pequeña de los decretos aprobados por el Consejo de Ministros.

Los gobiernos socialistas consultados por eldiario.es recalcan que su posición responde en primer lugar a las comunidades y no al partido, aunque reconocen haber informado antes a Ferraz. Los consejeros de Hacienda mantuvieron una reunión en la sede del PSOE con carácter previo al Consejo de Política Fiscal y Financiera. Solo faltó Baleares. 

La decisión del Gobierno de destinar solo una de las dos décimas posibles para el desvío de gasto público para las comunidades es la principal razón que esgrimen los ejecutivos socialistas para no votar 'sí'. “Queríamos que las dos décimas fueran para las comunidades porque son las que hacen frente a las principales competencias –como la sanidad– y son, junto con los ayuntamientos, las que han influido principalmente en la reducción del déficit”, argumentan fuentes del Gobierno que preside Susana Díaz. 

Sin embargo, creen que el margen de una décima les da un respiro y por eso justifican la abstención. “El hecho de que se incremente [sobre el 0,5% que pretendía inicialmente el Ministerio] es una buena noticia”, responden desde Aragón. “Entiendan que como presidenta de Andalucía esa décima supone casi 150 millones para mi tierra que vamos a invertir en sanidad y educación”, ha dicho la presidenta andaluza.

Los socialistas tienen más reproches para justificar su abstención en vez de su voto a favor. “El Gobierno se niega a explicar cómo se reparten esos objetivos”, señalan desde Andalucía. Castilla-La Mancha critica, además,  el reparto “vertical” del déficit de 2017. “Las comunidades autónomas no podemos estar al albur de lo que suceda en la Administración del Estado”, ha expresado el consejero de Hacienda, Juan Alfonso Ruiz Molina.

“La fórmula en que se reparte el déficit de manera vertical es mala. Las comunidades están condenadas a hacer frente a la gran carga social, y la distribución del déficit no lo contempla –explican fuentes del Gobierno balear–. Es un reparto desigual entre el Gobierno y las comunidades y no está explicado”. 

La presión de los socios

A los reproches de los socialistas para dejar en una abstención su apoyo al objetivo de déficit, se suman fundamentalmente otros dos problemas específicos de Baleares y la Comunidad Valenciana que les han llevado a votar en contra: la infrafinanciación autonómica y los gobiernos en coalición. 

Fuentes de la gestora justifican el voto negativo por “la excepcionalidad de infrafinanciación que viven algunas comunidades, especialmente la valenciana”. “Los que tienen un déficit mayor es lógico que se opongan porque no llegan”, señalan fuentes de la dirección del PSOE. 

El consejero valenciano de Hacienda, Vicent Soler, reconoció la “imposibilidad” de la región para cumplir con el 0,6% y explicó que esa cifra “no resuelve en absoluto” el problema por el “maltrato” en materia de financiación. El Gobierno de Ximo Puig reclamaba un objetivo del 1,4% para la comunidad que preside con Compromís. 

Los gobiernos en coalición son para la gestora otro de los motivos por los que la Comunidad Valenciana y Baleares, donde el PSOE gobierna con Mès y el apoyo externo de Podemos, se desmarcaron de la abstención al 'no'. “Las comunidades con gobiernos de coalición tienen intereses y contrapesos que hay que tener en cuenta”, señalan fuentes socialistas.

En Baleares, comunidad presidida por Francina Armengol, muy próxima a Pedro Sánchez, admiten que desde la salida del secretario general del PSOE “Podemos está empujando a tomar determinadas decisiones que condicionan” a los socialistas que están en el Gobierno. 

¿Y los sindicatos?

Gobierno y PSOE se han saltado a los sindicatos en el pacto por el que han decidido la subida del 8% del salario mínimo. El proceso habitual y que respalda el Estatuto de los Trabajadores es que, a finales de año, el Gobierno habla con sindicatos y patronal antes de tomar una decisión sobre qué hacer con el suelo salarial. CCOO y UGT rechazarán el incremento pactado

Fuentes socialistas justifican en la necesidad de mantener una negociación discreta para que llegara a buen puerto el silencio del presidente de la gestora, Javier Fernández, ante los líderes sindicales el pasado lunes, cuando se reunieron en Ferraz. 

Además, los socialistas esperan que se les pase el malestar porque consideran que es beneficioso y que no se contrapone con los objetivos de las centrales. “Nunca vamos a decir que esto lo resuelve todo –expresa uno de los miembros del equipo económico del PSOE–. Evidentemente, los sindicatos tienen que seguir negociando sus convenios y sus condiciones salariales. Pero si el SMI sube un 8%, les ayuda bastante para negociar mejores salarios”. 

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