Acordonada la casa del policía afectado en el caso del exespía Skripal

La policía británica acordonó hoy la casa del detective Nick Bailey, ingresado por haber estado en contacto con el agente nervioso que envenenó al exespía ruso Serguéi Skripal y a su hija Yulia, informan medios locales.

La investigación se ha extendido así a la localidad inglesa de Alderhort, una población de unos 3.000 habitantes situada a media hora en coche de Salisbury, donde se encontró a Skripal y a su hija el 4 de marzo tras el suceso.

La policía avisó anoche a los vecinos de Alderhort de que esta jornada extendería sus pesquisas por las calles de alrededor de la casa del detective y, esta mañana, comenzó a acordonar la zona y a restringir el acceso.

Según los vecinos, los agentes montaron tiendas frente a la entrada de la casa de Bailey y, después, se llevaron los coches del detective y de su mujer.

A pesar de ello, los expertos mantienen que no hay que alarmarse y que las recomendaciones de salud pública no han cambiado, por lo que sigue sin haber peligro para los ciudadanos.

Bailey fue uno de los primeros agentes en atender a Skripal, de 66 años, y a su hija Yulia, de 33, cuando fueron encontrados inconscientes en las calles de Salisbury.

Tras ocuparse de los dos afectados y aparentemente registrar su coche en busca de pruebas, el agente fue examinado por los profesionales sanitarios, quienes le dieron el alta.

Horas después y tras haber vuelto a su casa, Bailey regresó a urgencias por encontrarse extremadamente mal y fue ingresado en el hospital por envenenamiento, donde continúa “estable”, pese a la gravedad de su estado los pasados días.

El envenenamiento de Skripal con un agente nervioso ha causado una crisis diplomática internacional, ya que el Reino Unido, apoyado por Estados Unidos, Francia y Alemania, acusa a Rusia de estar detrás de este ataque, el primero con un agente nervioso en territorio europeo desde la II Guerra Mundial.

Moscú, por su parte, niega todas las denuncias y ha expresado en un comunicado oficial su “gran preocupación” por la posición “destructiva y provocativa” adoptada desde Londres ante el caso.

El Reino Unido ha exigido la salida del país de veintitrés diplomáticos de la embajada rusa, una medida ante la que el Kremlin ha anunciado que tomará represalias inminentes.