Este agricultor trabaja 24 horas. Y no se queja del tiempo ni de la cosecha
Libres de las ataduras de edificios, infraestructura irregular, tráfico masivo y peatones con impredecibles comportamientos a su alrededor, los tractores autónomos parecen tener un futuro cercano ciertamente dulce. De hecho, la asistencia del GPS y cierto control automático de algunas funciones como la dirección han madurado en la última década en aquellas áreas donde el desperdicio o la falta de atención a un palmo de terreno pueden suponer una indeseable desviación del presupuesto: la construcción de carreteras, y las labores de grandes campos.
Claro que hasta ahora, nadie había dado el salto de la asistencia al servicio completo que ha presentado Case en la Feria del progreso agrícola de Iowa, donde el agricultor se queda en casa ordenando el trabajo del tractor o de una flota de ellos. Un desarrollo que pone la guinda a la colaboración que la multinacional viene desarrollando con la pequeña firma de ingeniería americana Autonomous Tractor.
Y bueno, que sean capaces de generar y ejecutar el mejor patrón de siembra de una parcela tampoco es que llame la atención. Lo hace, eso sí, el ecosistema que la división de CNH New Holland Precision Land Management ha pensado para arropar a flotillas de maquinas sin conductor. Por ejemplo, el tener información meteorológica en tiempo real hace no perder el tiempo ni el material (simiente, tratamientos fertilizantes o gasóil) cuando el tempero se pone feo: automáticamente el tractor en esa circunstancia, cambiaría de parcela u ocupación en cuestión de segundos.
De igual forma, la colaboración entre maquinaria parecida haría innecesaria la organización de turnos para la explotación de costosas cosechadoras, mandaría a paseo los tiempos muertos en la descarga de la cosecha y, en definitiva, conseguiría poner de acuerdo a los agricultores; un gremio que tiende a no ponerse jamás de acuerdo excepto para transmitir sus quejas cuando llega el pedrisco, la sequía, la enfermedad o las mangas de agua a destiempo.
Bromas aparte, un tractor que cambia automáticamente de aperos, que puede disponer del espacio dedicado normalmente al conductor para cargar más combustible y que se cuida a sí mismo de no averiarse, anticipa una época de productividad salvaje en el campo. Aquella que demanda una población cada vez mayor en el mundo, pero que, oh progreso, quizá se lleve por delante al agricultor tal y como lo conocemos.
Toda la historia, profusamente adornada en la web del fabricante: CNH Industrial.