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Condenada a casi dos años de cárcel por estafar a gente que quería aprender inglés en Australia

Imagen promocional de la academia 'Tu Futuro en Australia

Alberto Pozas

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La Justicia ha confirmado una condena de un año y nueve meses de cárcel a la dueña de una falsa academia de inglés, llamada 'Tu Futuro en Australia', por estafar 13.500 euros a tres alumnos que pagaron por unos cursos de inglés en aquel país que nunca existieron. La Audiencia de Madrid entiende que tanto ella como su pareja, que no ha podido ser juzgada por estar en paradero desconocido, captaron clientes para su centro mientras sabían que sus cuentas tenían un agujero de más de 100.000 dólares y que el estado de la empresa era “ruinoso”.

La estafa, según diversos medios extranjeros, se extendió a otros países como Colombia y desde las autoridades australianas apuntan a elDiario.es que, en total, recibieron 71 quejas sobre esta agencia. Desde la agencia pública de educación del ejecutivo de Australia apuntan a elDiario.es que no tienen un cálculo exacto del dinero total estafado pero que las estimaciones rondan el medio millón de dólares australianos.

Las tres víctimas que han llevado a esta falsa academia de idiomas hasta el banquillo describieron una situación similar ante la Justicia tras denunciar la estafa. Contactaron con ellos tras ver sus campañas publicitarias en Facebook y YouTube. “Somos especialistas en ayudar y asesorar a muchas personas que como nosotros desean viajar a Australia en busca de una oportunidad para estudiar, vivir y trabajar”, decía la pareja dueña de la empresa en su perfil. “Aventúrate, conoce Australia”, explicaban en sus fotografías.

Los tres contactaron con ellos y hablaron durante meses con la acusada a través de Skype y videollamadas. Ella fue quien les dio toda la información y les hizo ver que la empresa era fiable aunque, dice la sentencia, lo hizo “a sabiendas de que los servicios contratados nunca se iban a realizar”. Cuando el dinero de sus víctimas llegó a las cuentas de la empresa, desaparecieron. “No solo no realizaron el servicio contratado, sino que dejaron de mantener contacto, eliminado cualquier rastro de la mencionada empresa”, señala la resolución.

Las tres víctimas contactaron con 'Tu Futuro en Australia' entre enero y diciembre de 2016. Para entonces, según documentación recabada en la causa, el estado de la empresa era de ruina económica. La propia defensa de la acusada aportó un escrito dirigido por una contable que en junio de 2016 informaba de una pérdida de 59.000 dólares durante ese trimestre y una pérdida total superior a los 100.000 dólares en apenas un año. “Este aspecto no es muy beneficioso para su negocio”, les dijo.

Una de las víctimas pagó 4.711 euros, otra 4.353 euros y la última 4.491 euros, dejando una estafa total de 13.555 euros que la Justicia obliga a devolver. La sentencia de la Audiencia de Madrid, a la que ha tenido acceso elDiario.es, confirma la condena de un año y nueve meses de cárcel que le impuso un juzgado de lo penal de la capital por un delito de estafa, además de la obligación de devolver el dinero a las tres víctimas. Una condena que no implica su entrada obligatoria en prisión y que todavía es recurrible ante la sala de lo penal del Tribunal Supremo.

Fuentes del caso explican a este periódico que la pareja de la mujer condenada, que según la sentencia gestionaba 'Tu Futuro en Australia' a medias con ella, no ha podido ser juzgado al estar en paradero desconocido. Distintos medios colombianos y australianos han apuntado en los últimos años a una estafa mucho mayor que la que recoge esta sentencia de la Audiencia de Madrid. Este artículo del medio australiano ABC News habla, por ejemplo, de 100 estudiantes que habrían perdido cerca de un millón de dólares con esta empresa localizada en Brisbane. Más de la mitad de las víctimas, afirma, procedían de países como Colombia y Brasil.

Las autoridades españolas y australianas también se implicaron en el asunto. En marzo de 2017 el Ministerio de Exteriores emitió una nota en la que hablaba de un “posible caso de fraude” en esta agencia que, decía, “ha sido denunciada por numerosos perjudicados que alegan haber sido víctimas de un fraude habiendo perdido cantidades pagadas”. Ya en ese momento las autoridades españolas instaban a los potenciales afectados a contactar con la agencia pública de educación del gobierno australiano, la Overseas Students Ombudsman. Medios australianos explicaron que esta agencia había recibido más de 40 quejas para entonces.

“Tenía conocimiento de la situación ruinosa”

En el caso de los tres estafados en Madrid, la Justicia entiende que la mujer condenada sabía perfectamente que estaba vendiendo unos cursos de inglés en Australia que no existían y que todo su dinero iba a parar a la monumental deuda de la empresa. Ella fue quien, según los jueces, convenció a sus víctimas “proporcionándoles información equivocada y asegurándoles la fiabilidad de la empresa”. Una información que, según la sentencia, ella sabía que “no se ajustaba a la realidad en absoluto” ya que “tenía exacto conocimiento de la situación ruinosa de la empresa”.

La mujer condenada afirmó en su defensa que ella “era solo una trabajadora” que proporcionaba presupuestos para hacer ofertas a los alumnos, algo que los jueces no creen después de examinar todas las pruebas. “Sabía que los contratos que se celebraran no podrían cumplirse, pues las transferencias no se destinarían a la finalidad perseguida, sino a cubrir alguna de las múltiples deudas que pesaban sobre la sociedad”, explica la sentencia.

La Audiencia Provincial de Madrid tampoco pone en duda que se trate de un delito de estafa, rechazando la alegación de la acusada de que todo fue una consecuencia de la “falta de activo y liquidez” de la empresa. Ella era “cabal conocedora del estado ruinoso en que se encontraba la empresa”, pese a lo que siguió haciendo su trabajo “de captación de clientes, convenciéndoles para firmar y realizar las correspondientes transferencias pese a saber positivamente que los contratos no se cumplirían y que los contratantes nunca recuperarían su dinero”.

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