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El Gobierno tiene con quien jugar

El Gobierno tiene con quien jugar
Madrid —

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Madrid, 11 nov (EFE).- El primer debate presupuestario se ha saldado como estaba previsto, con una primera victoria parcial para el Gobierno avalada además por una mayoría sin precedentes, la de los 198 votos tumbando las enmiendas a la totalidad de las cuentas del Estado para 2021.

Un resultado que deja clara una cosa a pesar de los vetos cruzados entre partidos y de las amenazas de unos y otros de romper la baraja: Que el Gobierno tiene con quien jugar.

Y mucho -muchísimo- se tendría que torcer la cosa para que los primeros presupuestos generales del Estado del Gobierno de coalición no se acaben aprobando.

Cuando Arnaldo Otegi anunció ayer que Bildu acabará apoyando los presupuestos parecía claro que la balanza se inclinaba definitivamente hacia los socios de investidura, tal y como quiere Podemos, y ya se encargó el líder de esta formación y vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, de ser el primero en celebrarlo.

Porque la idea del partido morado ha sido, es y seguirá siendo que Ciudadanos no esté en esta ecuación.

Pero el ala socialista del Gobierno insiste en defender públicamente la concurrencia del partido naranja en esta negociación. Al menos así lo subraya públicamente una y otra vez.

Lo ha hecho por activa y por pasiva en esta segunda jornada del debate de totalidad la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Y lo ha hecho también la portavoz socialista, Adriana Lastra. Ambas han coincidido al pedir todos los apoyos posibles, sin excepción.

Además, Ciudadanos no piensa salirse de este tablero de juego. Es verdad que Inés Arrimadas ha puesto más condiciones sobre la mesa, como también lo es que ha advertido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez -que no ha estado en el debate este jueves- que tendrá que acabar eligiendo, entre su partido o los “chantajes” del separatismo.

Pero no será ella, lo ha dejado bien claro, quien se levante de la mesa.

Lo cierto es que al final pasará lo que dice Arrimadas, que el Ejecutivo tendrá que elegir, y en este momento parece más posible -y además suma más votos- la combinación de los socios de investidura, que si algo han dejado claro es que quieren saber poco o nada del partido naranja.

El portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián, reprochaba en el debate al Ejecutivo que siga diciendo que es posible pactar con ellos y con Cs a la vez. “Es mentira”, ha sentenciado.

Además ha mandado a Podemos un mensaje que no es la primera vez que se escucha en esta Cámara. El del riesgo que corre el partido de Iglesias si le da alas a Ciudadanos. Porque si en un futuro Sánchez tiene que elegir entre unos y otros, Rufián está seguro de que se inclinará por los naranjas.

Y desde Podemos, Pablo Echenique ha armado su discurso con una idea cristalina, la de alejarse lo más posible de Cs, subrayar que ese partido no ha conseguido “nada” de este Gobierno y dejar clara su apuesta por los socios habituales.

Curiosamente, ha sido Bildu el partido que no hablaba de vetos cruzados sino de apoyar las cuentas por lo que contienen, y no por quién más las vota.

Mientras, el PNV ha optado por apartarse de cualquiera de estas discusiones y abordar el debate presupuestario, sin adornos.

Al final, María Jesús Montero cerraba el debate agradeciendo a estos partidos sin distinción por “arrimar el hombro por España” y asegurando que el Gobierno pondrá todo el empeño para “encontrar encaje” de las enmiendas parciales que reclamen.

Va a ser un encaje de bolillos, porque hay que contentar a muchos.

Pero es que además los socialistas van a tener que escuchar a muchos críticos propios con la estrategia elegida por Sánchez. Dirigentes muy incómodos, por ejemplo, con la presencia de Bildu en esta foto.

Entre los primeros en alzar la voz, el presidente extremeño Guillermo Fernández Vara, admitiendo lo “doloroso” ver que Otegi puede decidir los presupuestos, y después la líder del partido en Andalucía, Susana Díaz, decía no querer nada con Bildu y le reclamaba que pida perdón a los españoles.

Doloroso o no, parece que el apoyo de la formación abertzale es irreversible.

Un hecho con el que el Gobierno tendrá que lidiar no solo frente a los suyos sino también frente al principal partido de la oposición, que no va a dejar de recordarlo.

El líder del PP, Pablo Casado, ya lo ha ligado al acercamiento de presos mientras habla de Bildu como el nuevo “socio prioritario” del Ejecutivo.

Quedan, en cualquier caso, varias semanas hasta que las cuentas del Estado se aprueben definitivamente. Y ahora toca un encaje que apurará cifras y condiciones para conseguir que estas cuentas vean la luz pronto, muy probablemente nada más comenzar el año.

Para lograrlo al Gobierno no le queda otra que seguir jugando. Y tiene con quien.

Patricia de Arce

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