El Gobierno de Sri Lanka lanza una campaña contra la violencia religiosa

El Gobierno de Sri Lanka ha lanzado una campaña contra la violencia religiosa que salpica la isla desde abril, con el anuncio de una investigación exhaustiva sobre los recientes ataques contra musulmanes y la creación de “comités de reconciliación” en todos los distritos del país.

“Se ha encargado a la Policía que lleve a cabo una investigación completa de los ataques en varios mezquitas y tiendas pertenecientes a musulmanes”, dijo hoy en rueda de prensa el primer ministro del país, Ranil Wickremesinghe, después de al menos 16 incidentes violentos de tinte religioso en las últimas semanas.

El primer ministro se mostró incluso dispuesto a promulgar una nueva ley al respecto si fuese necesario, al tiempo que prometió “acciones” contra quienes atenten “contra cualquier comunidad religiosa o étnica”.

El Ejecutivo ha aprobado la creación de comités de reconciliación, que estarán liderados por funcionarios del Gobierno e incluirán a líderes de todas la religiones presentes en el pas, en cada uno de los 25 distritos del país.

También el Consejo de Ministros salió hoy a condenar la destrucción de propiedad y el miedo infligido por los ataques de los últimos dos meses.

“Aprovechamos esta oportunidad para urgir la participación activa y liderazgo de todos los ciudadanos de Sri Lanka en los esfuerzos para la reconciliación y el fomento de una coexistencia pacífica en el país”, pidieron los ministros en un comunicado conjunto.

Tras varias semanas de incidentes, la Policía realizó el pasado domingo el primer arresto contra un miembro de los sectores extremistas budistas en el país en relación a los ataques contra musulmanes.

El grupo ultranacionalista Bodu Bala Sena (BBS), liderado por el monje Galagoda Atthe Gnanasara, que se encuentra en paradero desconocido y que es buscado por las autoridades por su supuesta implicación en cuatro ataques contra sitios con valor religioso para la comunidad musulmana.

BBS despuntó en 2014, cuando la violencia incendió las calles de dos ciudades del sur de la isla, una de ellas Aluthgama, con un saldo de cuatro muertos y 16 heridos en enfrentamientos de budistas con musulmanes.

Pese a que el líder de BBS niega estas acusaciones, Gnanasara mantiene un discurso antimusulmán con el argumento de que el extremismo fundamentalista se extiende en Sri Lanka y que los musulmanes amenazan a la mayoría sinalesa de la isla.

En Sri Lanka la población budista representa cerca del 70 % del total, mientras que los hinduistas son el 15 %, los musulmanes el 11 % y los cristianos un 7 %.