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La nueva embajada en Kabul tendrá tres perímetros de seguridad, portones blindados y tres 'habitaciones del pánico'

EUROPA PRESS

MADRID —

La nueva embajada de España en Afganistán, ubicada dentro de la llamada 'zona verde' de Kabul, contará con medidas de seguridad “extraordinarias”, incluido un perímetro de seguridad triple, muros de hormigón de seis metros y portones blindados fuera de los muros perimetrales y, en el interior, “tres cuartos seguros para a alojar a todo el personal en caso de alarma, dotados de todas las medidas de seguridad necesarias”.

Después de que la anterior embajada sufriera un atentado que acabó con la vida de dos policías, en diciembre de 2015, en la nueva sede, un edificio de nueva construcción, se atenderá a las visitas en una zona exterior al edificio principal y así se evitará el acceso de personas no autorizadas. En el exterior del edificio estará el servicio de seguridad privada local, formado por 12 vigilantes locales “pertenecientes a la región de Panshir”.

Así lo detalla el Gobierno en respuesta a una pregunta escrita planteada por el diputado de Ciudadanos Fernando Maura, que preguntó por las medidas de seguridad de las Embajadas después del ataque a la embajada española en Kabul en diciembre de 2015, en el que murieron dos policías nacionales, el agente Isidro Gabino Sanmartín Hernández y el subinspector Jorge García Tudela.

Los familiares de las víctimas se querellaron contra el entonces embajador y su número dos, Emilio Pérez de Agreda y Oriol Solá, por no atender las peticiones de más medidas de seguridad. A principios de septiembre, el juez de la Audiencia Nacional los exculpó a ambos, pero sí señaló que, al estar fuera de la 'zona verde', la embajada era “un objetivo especialmente vulnerable y por ello el ”Estado español debió mucho antes adecuar las correspondientes medidas de seguridad“.

Así las cosas, en los Presupuestos Generales del Estado para 2017 Exteriores reservó una partida de 1,5 millones de euros para mejorar la seguridad de la embajada, empezando por trasladarla dentro de la zona verde.

EL SISTEMA DE SEGURIDAD, REVISADO UN MES ANTES DEL ATAQUE

Con todo, el Ejecutivo recuerda que la embajada tenía ya “importantes medidas de seguridad físicas y electrónicas”, cuyo buen funcionamiento “había sido revisado un mes antes del ataque” por un “equipo especializado”. Además, dispone de un equipo especializado de la Policía Nacional, formado por ocho agentes y 21 agentes de seguridad privada.

Según la información que ha facilitado el Gobierno, en el interior de la nueva embajada se ubican también las residencias de los funcionarios administrativos y policiales. Tras los muros de hormigón y el perímetro triple, tendrá otra barrera con reja y planchas de acero y sus plantas están compartimentadas y cerradas en la zona de la escalera con rejas y puertas metálicas.

También se está reformando la residencia del embajador --que ya estaba en la 'zona verde' donde están el Ministerio del Interior afgano, el cuartel de la OTAN y otras embajadas--, construyendo un tercer círculo con barreras de hormigón y un control de vehículos en forma de esclusa.

Es más, el Ejecutivo asegura que otras embajadas, como las de Bagdad e Islamabad, también están siendo “reforzadas en sus estructuras físicas y electrónicas, con cambios en sus perímetros exteriores, creación de cuartos seguros y ampliación de su personal de seguridad”. Según explica, las representaciones españolas en el exterior se clasifican en cuatro niveles de riesgo (bajo, alto, muy alto y especial, como es el caso de Kabul).

NO CONTEMPLA PROTECCIÓN MILITAR

En su respuesta, el Gobierno no parece receptivo a la propuesta del diputado de encomendar la protección de las embajadas a personal militar español, que ya protege las bases militares españolas en el exterior.

De hecho, responde que las funciones del personal militar desplazado a estos países “son de otra naturaleza”, y en concreto de cooperación, adiestramiento o mantenimiento de la paz. La ley española, añade, establece que la protección de los edificios oficiales corresponde al Ministerio del Interior y a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Sólo pueden portar armas dentro del recinto de la misión y, cuando se les autoriza, en los desplazamientos.

En los países de alto riesgo o de riesgo especial, se trata de policías del Grupo Especial de Operaciones, los Grupos Operativos Especiales de Seguridad y las Unidades de Intervención Policial o de Grupos de Acción Rápida de la Guardia Civil.

Y asegura que todos ellos reciben formación especializada y, en el caso de las embajadas de más riesgo, se les requiere haber realizado cursos de protección de edificios, de conducción de seguridad o evasiva, de tiro aplicado a la protección, de protección de personalidades y otras actividades relacionadas con las embajadas, además de conocimientos de inglés o árabe.

INTERIOR FACILITA EL MATERIAL, EXTERIORES LOS TRANSPORTES

Su dotación policial, según explica, es la que facilita el Ministerio del Interior a través de sus respectivas unidades tras estudiar las necesidades. El material es individual y cada agente se desplaza hasta su embajada de destino “provisto del armamento, municiones, elementos de protección personal y de comunicaciones que le proporciona su Unidad respectiva”.

Exteriores es el encargado de facilitar los medios de transporte para los desplazamientos del personal, agentes incluidos, en concreto “vehículos blindados que han sido modificados en función de los requerimientos que los propios agentes han considerado más convenientes” para la protección de personas.

En todo caso, asegura que la Dirección General del Servicio Exterior estudia periódicamente las necesidades de todas las embajadas en lugares de riesgo y adopta “las medidas preventivas más convenientes” en las representaciones que se considera que pueden ser objeto de ataques. En esos casos, se contempla la repatriación de parte del personal o su cierre temporal o permanente “cuando la situación es insostenible”, como ha ocurrido en Yemen y en Libia.