El PP pincha en la recogida de firmas contra los indultos: de las 800.000 contra el Estatut en una semana a las 100.000 de ahora

El PP ha pinchado en la primera semana de recogida de firmas contra los indultos a los líderes del procés para los que Pedro Sánchez ha allanado el camino. El partido de Pablo Casado logró cerca de 100.000 rúbricas en los siete primeros días de su campaña –presencial en casetas diseminadas por los territorios y también online–. La cifra se aleja de las cerca de 800.000 que consiguió en el mismo periodo en 2006 cuando impulsó una ofensiva similar contra el Estatut de Catalunya mientras se tramitaba en el Congreso.

Génova se ha anticipado en esta ocasión a que el Gobierno haya concedido los indultos y ha reaccionado a lo que el presidente ha explicado como un intento por resolver el conflicto en Catalunya o una apuesta por la “concordia” con una recogida de firmas que pretende que sea masiva así como con su participación en la manifestación de la Plaza de Colón. En la movilización, convocada por la plataforma Unión 78 que encabeza Rosa Díaz para este domingo, Casado volverá a coincidir con la extrema derecha de Vox y con Ciudadanos –esta vez capitaneado por Inés Arrimadas, que en la convocatoria anterior contra la mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat se ausentó–, a pesar de que su participación divide al partido.

Los conservadores iniciaron la recogida de firmas el pasado martes 1 de junio con casetas en distintos puntos del país –Catalunya quedó en un principio fuera, aunque ahora pretenden instalar una carpa en la Plaza de España de Barcelona– así como una petición en Change.org. El pasado martes la vicesecretaria de Organización, Ana Beltrán, informó a sus compañeros del Comité de Dirección de que se habían recopilado cerca de 100.000 firmas, de las que 40.000 llegaron a través de Internet, según publicó ABC. El PP no ha respondido a las preguntas de elDiario.es sobre la cifra actualizada. En la plataforma Change.org ascienden a 48.000 las rúbricas en el momento de redactar esta información.

El PP de Mariano Rajoy tuvo mucho más éxito en la primera semana de recogida de firmas contra el Estatut al conseguir ocho veces más. Así lo recogió también el periódico de Vocento el 5 de febrero de 2006, cuando el entonces secretario general de la formación, Ángel Acebes, aseguró en una visita a una de las casetas en la ciudad madrileña de Pozuelo de Alarcón que en siete días habían logrado más de 800.000 rúbricas.

La misma estrategia que en 2006

“El éxito de esta campaña radica en que los españoles dicen que lo que hicimos entre todos si se quiere cambiar tiene que ser entre todos porque unos pocos no pueden tener capacidad de decisión y vincular lo que nos afecta a todos”, dijo el dirigente conservador sobre el texto que salió del Parlament con 120 votos a favor (los de CiU, PSC, ERC e ICV) y 15 en contra (del PP catalán) y que, posteriormente, se aprobó en el Congreso con 189 votos favorables y 154 en contra, entre ellos los del PP y los de ERC. Rajoy perdió las elecciones dos años más tarde, a pesar de haber recogido, en total, cuatro millones de firmas contra el Estatut.

Casado está siguiendo la misma estrategia que su antecesor contra José Luis Rodríguez Zapatero. El jefe de la oposición ha declarado la guerra a Pedro Sánchez en la calle –con su presencia en la manifestación de Colón y las mesas petitorias– y también ha anticipado que recurrirá a la vía judicial cuando el Consejo de Ministros dé luz verde a los indultos parciales a los condenados por el procés. En el caso del Estatut, el Tribunal Constitucional anuló una parte del texto al considerarla inconstitucional a instancias del PP. Dirigentes conservadores, como la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, el exministro José Manuel García Margallo, la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre o el exlíder catalán y actual alcalde de Badalona, Xavier García-Albiol, reconocieron posteriormente errores en la actuación de su partido contra el Estatut, que derivaron en la crisis abierta en Catalunya, donde el PP es en estos momentos un partido residual con solo tres escaños.