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Sánchez encara los indultos sin que el PP haya logrado abrir una brecha en el PSOE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, en un acto de la patronal catalana en Barcelona el lunes. EFE/Andreu Dalmau.

Irene Castro

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Pedro Sánchez está determinado a conceder el indulto parcial a los líderes independentistas condenados por el procés. Ni la llamada a la calle de PP, Ciudadanos y Vox ni el temor a un coste electoral frenan esa intención para la que el presidente ha allanado el camino –tanto dentro como fuera de su partido– y en la que Moncloa ha trabajado discretamente con ERC. Una vez preparado el terreno, el Gobierno quiere que el Consejo de Ministros apruebe los indultos en los próximos días, antes incluso de que se produzca la primera reunión oficial de Sánchez con el recién elegido presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

El Gobierno lleva varias semanas –desde poco antes de que el Tribunal Supremo se pronunciara sobre la medida de gracia– desplegando el argumentario sobre la idoneidad de concederla en el caso de los líderes independentistas en pro de la “concordia y la ”convivencia“. Tras los primeros pasos de Sánchez, Oriol Junqueras siguió la senda con una tribuna en la que renunciaba a la vía unilateral y hacía autocrítica del procés dando aire al Ejecutivo ante la guerra sin cuartel que le ha declarado la derecha y las reticencias que los indultos provocan en las filas socialistas ante el posible coste electoral.

Conscientes de esas resistencias en determinados territorios, el Gobierno trata de hacer pedagogía de la decisión. “Comprendo que pueda haber compatriotas que sientan reparos respecto a la posibilidad de dar indultos a los presos catalanes, pero les pido que tengan confianza, porque tenemos que hacer una apuesta por la convivencia, tenemos que hacer una apuesta por la reparación de esos errores que se cometieron en el año 2017”, expresó Sánchez este miércoles en una rueda de prensa en Argentina en la que pidió a los españoles “comprensión y magnanimidad”.

En ese argumentario también está la distancia con el Gobierno de Mariano Rajoy, al que culpan en buena medida del “desgarro” que se produjo con la declaración unilateral de independencia. Sánchez recuerda que ha “heredado” el conflicto de la anterior administración y que trata de poner los cimientos para reconstruir la relación entre Catalunya y el resto de España. “No nos ayudan, pero déjennos en esa responsabilidad con un poco de calma para la población de este país, a la que ustedes inquietan, con su corrupción y con su bronca”, pidió la vicepresidenta, Carmen Calvo, al PP durante el pleno del Congreso del pasado miércoles en el que también instó a los conservadores a incluir Catalunya en la recogida de firmas contra los indultos. “¡Valientes! Recojan firmas en Catalunya; ¡miren a la cara los catalanes, a los independentistas y a los no independentistas!, ¡mírenlos a la cara, y díganles que tienen alguna salida para este país! ¡Díganselo, porque no la tienen!”, exclamó.

El PSOE rechaza las mociones contra los indultos

Pablo Casado ha lanzado una ofensiva en varias direcciones que no está haciendo mella en los socialistas. De hecho, dirigentes consultados por elDiario.es [incluso los más reticentes a los indultos] admiten que precisamente esa reacción desmesurada del PP puede acabar beneficiando al PSOE. Los conservadores han amenazado con tres frentes: el judicial, que se producirá una vez que el Gobierno conceda el perdón gubernamental; la calle y las instituciones. El PP ha retomado la vieja idea de la recogida de firmas contra los indultos emulando la que llevó a cabo contra el Estatut [una estrategia que el PSOE sitúa en buena medida en el origen del aumento exponencial del independentismo catalán].

Pero la visualización de esa estrategia estará con la presencia de la cúpula del PP, encabezada por Casado, en la manifestación de la Plaza de Colón en la que coincidirá de nuevo con la extrema derecha de Vox y a la que acudirá esta vez Inés Arrimadas como líder de Ciudadanos. Esa estrategia de repetir la foto con la extrema derecha ha provocado división en el PP y son varios los barones que, con distintas excusas, han rechazado acudir. En un momento en el que las encuestas pronostican un gran crecimiento de Casado por el centro ante el derrumbe de Ciudadanos que en las filas socialistas temen, el PSOE ve en esa manifestación de nuevo una oportunidad para situar al PP en un extremo.

En el plano institucional el PP también ha lanzado una ofensiva con la presentación de mociones contra los indultos en la mayoría de parlamentos autonómicos, pero también en algunos ayuntamientos y diputaciones. Lejos de abrir una brecha en aquellas federaciones socialistas más sensibles a la fractura por el acercamiento al independentismo, el PSOE ha rechazado las iniciativas allí donde ya se han votado. El último lugar fue Andalucía, donde sendas iniciativas de PP y Ciudadanos se debatieron en plena pelea de las primarias entre Susana Díaz y Juan Espadas, que han eludido todo lo posible el asunto. “Usan al Parlamento para sus intereses y pretenden incendiar los ánimos de la sociedad, pero (Juanma) Moreno no va a ir a Colón, o es por cobardía o porque en el fondo saben que el camino del Gobierno es el correcto”, reprochó a la derecha la parlamentaria socialista Araceli Maese.

El PSOE de Castilla y León también rechazó una iniciativa similar en los mismos términos, a pesar de que el secretario general, Luis Tudanca, reconoció sus “dudas” respecto a la concesión del perdón gubernamental. En el Parlamento aragonés la moción se debatirá la semana próxima, pero el PSOE de Javier Lambán ha rechazado ya sendas iniciativas similares en las diputaciones de Huesca y Zaragoza así como en el Ayuntamiento de la capital. En Cantabria, los socialistas rechazaron una proposición no de ley de Ciudadanos, informa Blanca Sáinz. El PP aprovecha cada ocasión en la que los socialistas votan en contra de la propuesta para salir al ataque: “Ha quedado retratado”.

En el caso de Castilla-La Mancha han acusado a Emiliano García-Page [el barón socialista que ha marcado más distancias con la decisión] de ponerles “bozales” porque la iniciativa no se ha discutido esta semana. Sin embargo, el Parlamento está siguiendo los plazos establecidos para la calificación de la propuesta, aunque los socialistas quieren que los servicios jurídicos se pronuncien sobre la idoneidad de debatirla dado que es un asunto que, a su juicio, excede la capacidad de las Cortes manchegas. Tampoco ha dado tiempo a que se debatieran iniciativas calcadas en numerosos parlamentos, como Extremadura, Asturias, La Rioja, Cantabria (de nuevo), Canarias, Comunidad Valenciana o Euskadi, entre otros. En la mayoría de territorios los socialistas no han tomado una decisión o ni siquiera han debatido el asunto pero se inclinan por votar en contra.

“Es estridente. Cuando se ponen soluciones sobre la mesa esta es la actitud del PP”, expresa a elDiario.es Nira Fierro, presidenta del Grupo Socialista en el Parlamento canario, donde votarán en contra de la moción y trasladan, como ha hecho el presidente, Ángel Víctor Torres, “el absoluto apoyo a la decisión valiente de Pedro Sánchez”. En el caso de Navarra, donde la presidenta, María Chivite, ha hecho también una defensa férrea de la estrategia del Gobierno, UPN ha registrado una proposición de ley con la que pretenden modificar la ley de 1870 que regula los indultos para excluir algunos delitos de la concesión de la medida de gracia, entre ellos la sedición, informa Rodrigo Saiz. Como el Parlamento foral no tiene capacidad legislativa al respecto, si fuera aprobada tendría que enviarse al Congreso, donde UPN tiene representación. Sin embargo, PSN, Podemos, Geroa Bai y EH Bildu ya han dejado claro que tumbarán la propuesta. “Están intentando confrontar y buscar réditos políticos. Manosear la política de Navarra”, lamenta el portavoz socialista, Ramón Alzórriz, en conversación con esta redacción.

Tampoco la 'vieja guardia' socialista está haciendo un casus belli en esta ocasión. El expresidente Felipe González señaló que “en estas condiciones” él no concedería el indulto, pero reconoció que tienen una “intención saludable de distender y recuperar una vía política” en Catalunya. José Luis Rodríguez Zapatero, por su parte, lo ha defendido firmemente y también se ha mostrado partidario, con matices, el expresidente manchego José Bono. “España no se va a hundir por que nos equivoquemos concediendo un indulto”, expresó en una entrevista en La Sexta en la que manifestó “dudas” de la eficacia de la medida por la desconfianza que tiene en los independentistas.

De poco han servido los “llamamientos” de PP y Ciudadanos a los socialistas desencantados o al menos con la dirigencia en su campaña contra los indultos. “No se preocupe de los militantes de mi partido, preocúpese de los compañeros suyos que no van a venir el domingo a acompañar al señor Casado a la segunda parte de la foto de Colón”, le dijo Calvo a la portavoz del PP, cuca Gamarra. “Me preocuparía más por cómo tiene su partido”, fue la respuesta de la número dos del PSOE, Adriana Lastra, a la advertencia de Inés Arrimadas de que en la manifestación habría socialistas y exsocialistas que “no están de acuerdo con la deriva sanchista”.

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