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Dimite la vicepresidenta de la Junta de Castilla y León tras triplicar la tasa de alcoholemia en un control

La vicepresidenta de CyL admite el error y no decidirá su futuro hasta hablar con Herrera

Laura Cornejo

La vicepresidenta de Castilla y León, Rosa Valdeón, ha dimitido de su cargo tras triplicar la tasa de alcoholemia 

La decisión se produce tras la rueda de prensa ofrecida esta tarde y que consideró la “más difícil” de toda su vida. Apenas 24 horas antes la Guardia Civil la detuvo en un control en Morales de Toro (Zamora), y acabó dando una alcoholemia positiva de 0,77. Muchos kilómetros antes, en la provincia de Ávila, había golpeado a un camión y había proseguido su marcha. “Dentro de mi propia honestidad tengo que darles explicaciones con la máxima naturalidad y normalidad, quiero dar mi versión. Esto se debe a un error que tengo que asumir”, comenzó.

Pero el relato de Valdeón, que apelaba a su propia honestidad, viró en varias ocasiones. La antigua vicepresidenta explicó que está pasando por un momento muy difícil por motivos familiares y que además sufre bastante estrés laboral. Por ello, a las dos de la madrugada del viernes tomó un ansiolítico, alzaprolam, para conciliar el sueño. Tres horas después, emprendía un viaje de Toro (Zamora) a Madrid para llevar a sus hijos al aeropuerto. Emprendió el camino de vuelta sobre las 18,00 horas “sin comer”, por lo que paró en un área de servicio para tomar “una cerveza y un bocadillito”. Continuó su viaje sin ser consciente de nada, o de casi nada. “Sí que es verdad que algunos conductores me dieron las largas, pero pensé que es que las llevaba yo puestas. Desde luego no me di cuenta de que golpeaba a un camión. Adelantaría varios, pero no me doy cuenta. Es que si lo hago paro y ya está, para esos están los seguros”, relató.

Tampoco reconoce un exceso de velocidad que permitiese darle el alto antes de que llegase a la provincia de Zamora. “Mire, eso sí que no. Yo llevo puesto siempre el limitador de velocidad”, argumentó. Al llegar a la rotonda de entrada de Morales de Toro, la Guardia Civil le dio el alto. “Pensé que era un control, hasta que el agente me dijo si había visto el bollo que tenía detrás, creo que mi cara de sorpresa era evidente”, comentó. “Había un bollo sí, y como un rayón rojo, y el parachoques trasero estaba suelto. No oí nada, de verdad, y además ni la propia Guardia Civil se explica cómo el coche no giró con la fuerza del camión, pero eso es algo que habrá que estudiar”, dijo.

La vicepresidenta insistió en la mezcla fatal del alzaprolam con el alcohol, a pesar de que hubo 16 horas de diferencia entre la ingesta de la pastilla y lo que luego fueron “dos cervezas y una pulguita” (minutos antes habló de una). Valdeón, médico de profesión, aseguró que la alcoholemia se dio por eso, si bien este diario confirmó por fuentes policiales y judiciales que el alzaprolam, o cualquier otro ansiolítico sólo afecta a los reflejos, pero en ningún caso a la tasa de alcohol. “Sí que la sube, sí, sí”, insistió.

Sin embargo, aunque los agentes le ofrecieron trasladarla a un hospital para hacer la prueba mediante la extracción de sangre, rechazó esta opción. “No sé, me pareció que no tenía por qué desconfiar de los métodos de la Guardia Civil, aunque luego he pensado que igual sí que me debería haber hecho la prueba”, manifestó. Por el momento, desconoce qué delitos le imputa la Guardia Civil además de la alcoholemia.

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