No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.
Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com
Estamos sometidos al buenismo de la corrección política donde dejamos de hacer las cosas para no molestar, para no hacer ruido, para pasar desapercibidos en esta sociedad tan espectacular. Pero el buenismo no lleva a otra cosa que a la dictadura de la felicidad, de los mundos perfectos, irreales, donde sólo los modelos preestablecidos tienen cabida. Para cantar has de estar delgada, ser guapa, tener estilo y entrar dentro de una talla estrecha. Somos esclavos de la imagen, no del talento.
Hay algo que siempre me ha llamado la atención. Cuando hablamos de artistas con discapacidad la mayoría son ciegos y hay una multitud interminable de ejemplos. Recuerdo que los primeros artistas ciegos que recuerdo eran José Feliciano y Stevie Wonder. Más tarde llegó Serafín Zubiri y alguno que otro. Hay preguntas que me asaltan. ¿Por qué no hay músicos con diversidad funcional? Exceptuando el caso de El Langui, cantante de la Excepción no hay músicos en los medios que tengan alguna discapacidad y estoy seguro de que los hay. Estos suelen ser objetivo de visionados multitudinarios, videos vitales que llaman ahora, generalmente acompañados de una melodramática música de piano cuya historia te enternecerá y te reconciliará con la vida, después de ver en las noticias cuan malo puede ser el mundo en que vivimos.
Así que si miramos el panorama musical/televisivo no encontramos talento que se salga de lo estéticamente correcto. En cierto modo también para con algunas mujeres como Rosa “de España” o Adele, a las que visten de modo que no corresponde a su edad porque no puede ser que una chica se salga de los cánones de belleza y sea joven.
Así que repasando el mercado musical apenas se ven personas que salgan de los estereotipos previstos, artistas de una planta inmejorable y cierto talento musical, pero estoy seguro de que hay mucha gente con talento que posee esa imagen perfecta que nos venden los medios.
¿Es que acaso la sociedad ha de estar maquillada por una pátina de perfección? ¿Por qué tratar de ocultar el talento en pos de la belleza?
Los medios de comunicación no permiten la diversidad y cuando lo hacen es desde la pena, el heroísmo, la compasión, la parte emocional. No hay artistas retrones, o más bien, no nos enseñan que este mundo es diverso. Nos intentan imponer cánones de belleza ocultando a retrones y sólo usando su imágenes para conseguir visitas.
Estoy un poco cansado de que se nos trate como productos lacrimógenos para ablandar el corazón de la ciudadanía. Si queremos aspirar a una sociedad más justa e igualitaria deberíamos plantearnos el modelo televisivo/musical/espectáculo que estamos ofreciendo, que en realidad ofrecen una serie de personas con intereses en vender su mercancía.
Estamos sometidos al buenismo de la corrección política donde dejamos de hacer las cosas para no molestar, para no hacer ruido, para pasar desapercibidos en esta sociedad tan espectacular.
Pero el buenismo no lleva a otra cosa que a la dictadura de la felicidad, de los mundos perfectos, irreales, donde sólo los modelos preestablecidos tienen cabida. Para cantar has de estar delgada, ser guapa, tener estilo y entrar dentro de una talla estrecha. Somos esclavos de la imagen, no del talento.
Mientras obviemos que la belleza del arte no está en una cara bonita, sino en el talento y el trabajo de muchas horas de gente que tiene, o no, la suerte de ser agraciada físicamente.
Recuerdo que hace con mucho el cantautor Tontxu rompía con la imagen de perfección haciendo un homenaje a las cicatrices como forma de recordar la vida y es que las cicatrices que algunos tenemos no son más que parte de la vida, de esa parte que nos recuerda que es, que es jodida, que duele. Y los medios y la industria intentan hacer que nos olvidemos eso, de vivir y de saber que el dolor y el sufrimiento es parte de la vida.
Pero yo venía aquí a hablar de músicos con discapacidad.
Sobre este blog
No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.
Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com