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Un retrón en Moncloa

1.-

En esta foto de familia hay un retrón (no, no es Mariano). Se llama Wolfgang Schaüble y es el ministro alemán de Finanzas. Hoy por hoy, uno de los que mandan en Europa.

Herr Schaüble se afilió a la CDU en 1965 y desde 1972 es miembro del Bundestag. No siempre utilizó una silla de ruedas; en 1990 sufrió un atentado, sobrevivió y se quedó así (la cara de felicidad ya la tenía de antes). Estuvo apunto de suceder a Helmut Kohl en la Cancillería, apoyó la guerra de Irak y la cárcel de Guantánamo y hoy defiende un sistema de vigilancia y contraterrorismo que sus críticos denominan Stasi 2.0. Es la cara del neoliberalismo en Europa, hasta tal punto que el Financial Times lo eligió mejor ministro de Economía de Europa en 2012.

¿Por qué hablo de este economista en este blog? Porque cuando pienso en él no pienso en “ejemplo de superación”, “coraje” o “canto a la vida”. Pienso en un señor con mucho poder cuyas ideas perjudican a la mayoría de los europeos.

Otro ejemplo: David Blunkett.

Mr Blunkett tenía un sueño: “Ser el primer jefe de Gobierno británico invidente”. No pudo ser. (Sí hubo un primer ministro tuerto, pero no es lo mismo).

Blunkett era ciego desde su nacimiento, consiguió un escaño en la Cámara de los Comunes en 1987 y llegó a ser ministro de Interior con Tony Blair. Dimitió por haber favorecido a la niñera de su ex amante para obtener un permiso de residencia. Al tiempo volvió al Gobierno como ministro de Trabajo... y volvió a dimitir. Esta vez por haber aceptado un puesto en una compañía de biociencia mientras estaba alejado de la política sin haber preguntado antes a un comité consultor.

La primera conclusión es que el Reino Unido los políticos dimiten por una cuestión ética, sin necesidad de haber cometido ningún delito. La segunda es parecida a la que sacamos de herr Schäuble: importaba poco si Mr Blunkett tenía rayos X en los ojos o veía 3 en un burro. Lo importante es si valía o no para el puesto.

2.-

Ahora, veamos lo que sucede en España:

Francisco Vañó se convirtió en 2004 en el primer diputado retrón en el Congreso. Entró en las listas del PP por Toledo. Como herr Schaüble, nació bípedo pero un accidente le obligó a usar una silla de ruedas de por vida. Recuerden: los accidentes son la segunda causa de retronez.

Vañó, según consta en su ficha del Congreso, se ha dirigido al pleno en 10 ocasiones. Salvo una, todas han estado relacionadas con la discapacidad. En 2011, declaró cobrar 40.653 euros por pensión de Gran Invalidez, que, entiendo, que se suma al sueldo de diputado.

De nuevo, 2 conclusiones. El señor Vañó considera que es ético compaginar una pensión de Gran Invalidez con un trabajo y sueldo de diputado. Sin embargo, yo, que como periodista de base no gano ni la mitad que Vañó, no tengo derecho a recibir ayudas para poner un motor en la puerta de mi casa porque supero el salario mínimo.

La segunda es que me produce cierto rechazo que un retrón sólo hable en el Congreso de cosas de retrones. (Aquí Pablo y yo lo hacemos; pero en nuestros trabajos, no). ¿Acaso no tiene nada interesante que decir sobre defensa, política territorial o economía? Alemania planta una silla de ruedas en cada cumbre europea; Tony Blair eligió a un ciego como ministro de Interior; y aquí tenemos un solo diputado retrón y sólo habla de “su libro”. A veces da la impresión de que los pocos que están en política han sido elegidos por las cúpulas para aparentar y ganar votos.

Vuelvo a lo que dije hace ya unas semanas. La verdadera integración es ver a los retrones haciendo cosas “impropias” de retrones.

Recuerdo una edición de Tengo una pregunta para usted. Una persona con síndrome de Down preguntó a Zapatero si contrataría a un retrón para trabajar en el Congreso. Zapatero le contestó de forma condescendiente (la expresión de Lorenzo Milá también es reveladora). Después, un traductor le preguntó sobre la venta de armas a Israel. Aquí Zapatero fue más político, menos paternalista. Me hubiera gustado que se intercambiaran las preguntas. A ver qué cara ponía el entonces presidente…

Un último apunte sobre el diputado Vañó. El día de los retrones de 2011 (bueno, lo llaman de otra forma), el diario ABC publicó este perfil. Allí se podía leer:

Paternalismo, paternalismo y paternalismo. El enemigo número 1 de este blog. No sé cómo se tomaría el señor Vañó este artículo, pero yo hubiera escrito una carta de protesta al periódico.

3.-

¿Llegará el día en que veamos a un retrón en el Consejo de Ministros? ¿Será hombre o mujer? ¿Qué cartera tendrá? ¿Y qué tipo de minusvalía? ¿Cómo será recibido? ¿Le atacarán, como hicieron con Chacón cuando asumió el ministerio de Defensa? ¿Soportarán los españoles que alguien dirija el país sin poder ver? ¿Que alguien viaje a Bruselas en coche adaptado y recorra los pasillos de la Comisión en silla de ruedas?

Recuerdo haber leído hace meses un artículo que hablaba sobre la influencia positiva de las mujeres en los gobiernos. ¿Influirá la presencia de un retrón en un gobierno? ¿Y si lo dirige? Me parece que tardaremos muchos años en averiguarlo.

1.-

En esta foto de familia hay un retrón (no, no es Mariano). Se llama Wolfgang Schaüble y es el ministro alemán de Finanzas. Hoy por hoy, uno de los que mandan en Europa.