El corazón urbanístico de Sevilla se moderniza aplicándole un baño retro a su Plaza Nueva
La Plaza Nueva es el principal espacio urbanístico de Sevilla, a la que da la fachada principal del ayuntamiento. En su centro está desde 1924 la estatua ecuestre del patrón de la ciudad, Fernando III, y suele ser salida o llegada de manifestaciones de todo pelaje, aunque últimamente las Setas le están quitando esa función. Ahora, cuando todo este enclave cumple 170 años (año arriba, año abajo) se va a volver a someter a un profundo lavado de cara, una modernización del espacio que curiosamente le acabará dando un aire retro.
Porque la intención del alcalde, José Luis Sanz (PP), es que en la Plaza Nueva se respire un cierto aire historicista, con guiños a elementos de hace un siglo y alejados de la imagen más funcional que adquirió hace menos de dos décadas, cuando sufrió una intensa cirugía para encajarle el tranvía y que dejase de ser una enorme estación de autobuses. El resultado no gustó a muchos (demasiado moderno o centroeuropeo, se criticó) y ahora se va a revertir esa operación estética.
El punto de partida para esta remodelación fue un pavimento demasiado deslizante, lo que provocó más de un resbalón que en un caso llegó a ser mortal. Para evitar el problema, en 2022 se rayó con maquinaria el suelo para que así resbalase menos, pero aquello no dio la mejor imagen y encima se ensucia con facilidad, por lo que el gobierno local ha aprovechado para meterle mano al conjunto y acometer un cambio bastante sustancial. Las obras para ello arrancarán a mediados de octubre y se prolongarán 18 meses, con un presupuesto de 4,5 millones de euros.
Recuperar valores “históricos y originales”
El mensaje es que se va a proceder a una remodelación integral para “devolverle su imagen histórica”, recuperando sus “valores más históricos y originales”. ¿Y cómo se va a hacer eso? Pues se quiere hacer más grande el espacio central (de 88 x 48 metros a 107 x 59,45), “poner orden” en el mobiliario urbano, colocar bancos de corte más clásico, instalar suelo de mármol blanco de Macael y granito gris de Quintana y mejorar la jardinería, lo que incluye la colocación de 15 nuevos árboles –11 plátanos y cuatro naranjos– y el trasplante de cuatro palmeras “que no mantienen la simetría de la composición”.
Se va a quitar una de las dos estaciones del tranvía, la más cercana al corazón de la plaza, que en realidad casi ni se usa. Y la segunda se desmontará para levantar otra con un cierto aire vintage, que también tendrán dos de los laterales del conjunto con la colocación –en una fase posterior– de dos pérgolas que recordarían en su diseño a los quioscos de música que antaño tuvo la plaza. La idea es que funcionen como lugar de estancia.
En cuanto al mobiliario, se considera que el actual “genera gran distorsión en el paisaje urbano de la plaza”, de ahí la puesta por instalar elementos que tengan una unidad de estilo “para recuperar la imagen historicista que tuvo en su día la Plaza Nueva”. Esto incluye dimensionar y trasladar la estación de bicicletas de alquiler, que acabará en un lateral porque “no tiene sentido” que ahora se ubique frente por frente de la fachada consistorial.
No afectará a la Semana Santa
En cambio, el espacio que hay frente al hotel Inglaterra (en el extremo contrario de la plaza en la que se levante el ayuntamiento) se convertirá en un aparcamiento de motos, manteniéndose la actual parada de taxis. Se sustituirán las actuales fuentes de agua potable por otras nuevas y el espacio de carga y descarga se saca de este espacio, lo que se completará con una nueva instalación para el alumbrado monumental del consistorio y para la escultura ecuestre de San Fernando, que ahora mismo carece del mismo.
Los trabajos arrancarán en dos semanas, y suponen la segunda fase tras la que se puso en marcha hace un año para arreglar sobre todo el adoquinado de chinos del espacio central. La obra se irá acometiendo por fases con el compromiso de no interferir en el desarrollo de la Semana Santa, cuestión que siempre es la primera en ponerse sobre la mesa en cuando se anuncia un proyecto en el casco histórico. Además, por las fechas lo más probable es que afecte a dos celebraciones, ya que no se acabará hasta la primavera de 2027.
Para el alcalde, el resultado va a ser un lugar que funcionará como punto de encuentro y que será “más cómodo, seguro y atractivo”, además de “mucho más accesible”. El objetivo es que “invite a participar de él como lugar de estancia y relación”, y en esa línea camina también la exposición Plaza Nueva, el centro de todo, que ha inaugurado este lunes el regidor con imágenes históricas y detalles de la nueva actuación, “una muestra para entender la importancia de devolver a este espacio su imagen original”.
La Plaza Nueva y todo su entorno surgen en 1848, cuando se derribó el convento Casa Grande de San Francisco, de la orden franciscana, y sus anexos. Se concluyó en 1853, aunque no se inauguró hasta 1857. El aspecto primitivo de la plaza era de un caserío de dos plantas, uniforme en las tres caras frente al ayuntamiento, y en el centro hubo un gran quiosco para música que desapareció para levantar el actual monumento a San Fernando, inaugurado en 1924.
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