Nombres y fechas clave en el camino hacia unas elecciones históricas a rector en la Universidad de Sevilla

Togados al inicio del acto de apertura del curso académico de la Universidad de Sevilla.

Sara Rojas

22 de septiembre de 2025 20:17 h

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El curso 2025-2026 ha arrancado en la Universidad de Sevilla marcado por el ambiente electoral. No solo en el ámbito político se habla de urnas: el 30 de octubre la Hispalense celebrará unas elecciones rectorales históricas. Por primera vez en más de dos décadas, la comunidad universitaria en su conjunto votará directamente a su rector o rectora mediante sufragio universal ponderado, tal y como recogen los nuevos estatutos de la institución académica.

Este sistema de votación se considera el “más democrático” porque implica que la elección ya no está solo en manos de los 300 miembros que conforman el claustro universitario, sino del conjunto de la comunidad universitaria. El número exacto de votantes aún está por determinar, ya que dependerá del censo vigente en el momento de la convocatoria, que se publicará este jueves 25. Según datos oficiales, la comunidad universitaria de la US rondaba el curso pasado los 78.000 miembros, esto es, más del 11% de la población de la ciudad de Sevilla. A las urnas están llamados los cuatro sectores que integran la comunidad educativa (profesorado, estudiantes y personal de administración y servicios), cada uno con una ponderación de voto distinta (60 %, 30 % y 10 %, respectivamente). 

El calendario ya está fijado: el plazo para presentar candidaturas se abrirá del 26 al 30 de septiembre, la campaña electoral se desarrollará entre el 8 y el 29 de octubre y la primera votación será el jueves 30 de octubre. En caso de ser necesaria, la segunda vuelta tendrá lugar el 10 de noviembre. Por tanto, hasta finales de septiembre no se sabrá con certeza qué aspirantes concurren oficialmente a las elecciones. De momento, todo son conjeturas, pero ya se conocen algunos nombres de quienes se han postulado para suceder a Miguel Ángel Castro al frente del Rectorado hispalense.

Seis candidatos, dos posibles escenarios

El panorama electoral se puede resumir en dos líneas: continuismo o cambio. Aun así, son seis las candidaturas que están encima de la mesa, y se rumorea que podría haber alguna más en preparación. La sensación que se respira en los pasillos de la institución sevillana es que solo dos de ellas parten con opciones reales de alcanzar el Rectorado, mientras que el resto aspira a puestos de vicerrector, con la mirada puesta en negociar alianzas en las que reagruparse en la segunda vuelta.

Carmen Vargas. Voces internas señalan a la exvicerrectora de Proyección Institucional e Internacionalización como la “candidata oficial” del actual rector. Vargas se presenta como la aspirante que parte con ventaja gracias a su cercanía con el profesorado, que concentra el mayor peso en la votación (con un 60 % entre profesorado funcionario y laboral).

José Luis Gutiérrez. Actual decano de la Facultad de Odontología, se postula como la “única alternativa” al núcleo rectoral actual. Bajo el lema Cambiamos contigo, Gutiérrez ha lanzado su candidatura respaldada por decanos que aspiran a romper con la estructura tradicional de la universidad, dando voz a una comunidad más diversa y representativa en torno a un proyecto participativo, construido “de abajo hacia arriba”, es decir, desde la propia comunidad educativa.

Ana López. La candidatura de la exvicerrectora de Servicios Sociales, Campus Saludable, Igualdad y Cooperación se percibe como una alternativa interna al proyecto de Vargas, pues sigue vinculada al actual equipo rectoral.

Felipe Rosa. Exvicerrector de Transferencia del Conocimiento, ha lanzado su candidatura propia con la vista puesta en la segunda vuelta, acompañado por otros vicerrectores que no se han incluido en las listas de Vargas o López.

Ángeles Gallego. Como directora del Centro de Formación Permanente de la US, ha formado parte del equipo de gobierno encabezado por el retor Miguel Ángel Castro. Al presentarse como candidata a dirigir la Hispalense, ha abogado por una “transformación” que, en su opinión, ha sido “frenada por inercias y estructuras ineficientes”.

Pastora Moreno. Esta catedrática de Redacción Periodística encabeza una candidatura que muchos identifican con Manuel Marchena. El catedrático de Análisis Geográfico Regional tuvo que renunciar a su aspiración de convertirse en rector al no cumplir los requisitos, y ahora se percibe un intento de impulsar su proyecto desde detrás de la candidatura de Moreno.

En manos del profesorado

En este escenario, la tónica general de los aspirantes es apelar a la renovación, aunque muchos de ellos provengan de equipos que llevan tres o cuatro legislaturas en el poder. De todas ellas, Carmen Vargas y José Luis Gutiérrez se perfilan como las únicas opciones con posibilidades reales de alcanzar el Rectorado, mientras que el resto –la mayoría salientes del actual equipo de gobierno– aspiran a puestos de vicerrector, representando continuidad y la intención de integrarse en los equipos de gobierno más fuertes en una posible segunda vuelta.

Fuentes universitarias señalan que la división del voto afín a la rama oficialista ante la variedad de candidaturas podría beneficiar al aspirante que representa “la alternancia”, José Luis Gutiérrez, quien se presenta como una opción independiente y ajena a la actual cúpula. No obstante, si el bloque institucional se reagrupara en la segunda vuelta, podrían ganar mayor peso frente al decano de Odontología.

Por eso, las miradas están puestas en el colectivo docente: si se presenta unido detrás de una candidatura, su voto concentrará gran parte del resultado y los demás sectores —estudiantes, personal técnico y de administración— tendrán poca influencia. Sin embargo, si el voto del profesorado se divide, los colectivos minoritarios podrán convertirse en decisivos, funcionando como una “llave” que puede inclinar la balanza en el resultado final.

Eso es lo que ocurrió en las elecciones de 2004, la primera y única vez en sus cinco siglos de historia que la US celebró unas elecciones mediante sufragio universal ponderado. Fuentes universitarias recuerdan que en aquellos comicios, envueltos en polémica, el voto del estudiantado resultó determinante y aunque no lograron consolidar un cambio estructural, sí sacudieron por primera vez los cimientos de esa lógica continuista asentada en la dinámica de sucesión interna que ha marcado el rumbo de la Hispalense durante décadas.

Cómo se elegirá al rector de la US

Más de 20 años después, forzada por el marco legislativo estatal, la Universidad de Sevilla recupera aquel sistema más abierto y participativo, con la posibilidad de romper con el continuismo tradicional. Por eso, estas elecciones son vistas por muchos académicos como una “oportunidad de cambio real”, que podría llevar a designar a un rector o rectora que represente al conjunto de la comunidad universitaria y no solo a una élite (los 300 miembros del claustro apenas representan al 0,4% del total de la institución, integrada hoy por unas 70.000 personas).

De acuerdo con los porcentajes establecidos en los nuevos estatutos, el personal docente e investigador (PDI) funcionario –que incluye figuras como catedráticos, profesores titulares y contratados doctores– representa el bloque con más peso en los resultados: el 53% del total del voto emitido. El PDI laboral no incluido en el grupo anterior –como profesores asociados, sustitutos o ayudantes doctores– representa un 7%. El estudiantado cuenta con un 30% de peso, mientras que el personal técnico, de gestión, administración y servicios (PTGAS) aporta el 10% restante.

Más allá de nombres y quinielas, las elecciones rectorales de este otoño marcarán un punto de inflexión en la Universidad de Sevilla. El (re)estreno del sufragio universal ponderado abre una etapa que pondrá a prueba hasta qué punto la participación de toda la comunidad académica puede transformar —o no— el rumbo de una institución cinco veces centenaria.

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