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El reto de Polígono Sur: contener la pandemia en uno de los barrios más pobres de España

Mujeres guardan cola para ser atendidas durante un reparto de alimentos en el Polígono Sur en el primer confinamiento

Carmen Ibáñez

Sevilla —

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Las circunstancias de gran parte de los más de 37.000 vecinos censados en el Polígono Sur dificultan enormemente el cumplimiento de las medidas de seguridad necesarias para contener la pandemia. ¿Cómo se frenan los contagios entre una población con una economía de subsistencia que se desarrolla en plena calle? ¿Cómo se aísla a un positivo en una habitación de una vivienda en la que residen hasta 12 personas? ¿Cómo se enfrenta uno de los barrios con menor renta al reto de la pandemia? Agilizar el acceso al Ingreso Mínimo Vital (IMV) y facilitar una solución habitacional de forma urgente para aquellas personas que han de guardar cuarentena son dos de las medidas necesarias más urgentes, según las personas expertas y entidades que conocen y trabajan en esta zona de la ciudad de Sevilla. Sensibilizar a la población y aumentar la vigilancia, también. 

En pleno repunte de rebrotes por COVID19 en España y en Andalucía, en Sevilla solo conocemos en detalle los datos que afectan los barrios que integran el Polígono Sur (no han trascendido las cifras del resto de barrios). Este distrito registra un porcentaje de 344 contagios por cada 100.000 habitantes, muy por encima de la media de la ciudad, que está en 80 por cada 100.000 habitantes, según los datos revelados por el Comisionado del Polígono Sur, Jaime Bretón, a principios de esta semana. Bretón llegó a hablar de la posibilidad de que fuese necesario un nuevo confinamiento en los barrios afectados y a las pocas horas fue desautorizado por el portavoz del Gobierno Andaluz, Elías Bendodo. Tampoco el Ayuntamiento de Sevilla arropó a Bretón. 

Sin embargo, varias entidades sociales que trabajan en la zona, con las que ha hablado este periódico, coinciden en la necesidad de tomar algunas de las medidas esbozadas por Bretón en sus manifestaciones para contener la pandemia, y consideran que la advertencia pública del Comisionado “ha servido para ver a mucha menos gente por la calle, y para ver a mucha más gente que antes usando mascarilla, para que la gente esté alerta”. De hecho, destacan el trabajo conjunto y el papel del Comisionado como coordinador con el resto de administraciones a la hora de detectar situaciones de riesgo y aplicar medidas concretas.

El mayor problema de muchos de los habitantes del Polígono Sur, señalan todas las entidades consultadas, es que viven al día de vender chatarra, de la venta ambulante -reglada y no reglada-, de trabajos domésticos sin contrato-. “Un chaval que vende melones en las Tres Mil, con cuatro hijos, si da positivo por coronavirus, nada le va a impedir que salga de su casa, porque si no, su familia no come al día siguiente”, describe gráficamente Daniel Ramos, de la Oficina Técnica del Ayuntamiento Hispalnet, directivo de la Asociación Familiar La Oliva y colaborador del centro Guadalinfo en el distrito. 

Ramos asegura que hay personas que llevan ya más de tres meses esperando a cobrar el Ingreso Mínimo Vital que aprobó el Gobierno a finales del pasado mes de mayo. Y que este ingreso mejoraría en gran medida la situación de muchas familias que se ven obligadas a salir y exponerse a nuevos contagios o, en el peor de los casos, expandir el virus. 

Otras personas conocedoras de la realidad del Polígono Sur coinciden en la necesidad de agilizar el acceso al IMV y, en todos los casos, facilitar el acceso a ayudas de emergencia mientras llega la concesión del Ingreso Mínimo Vital. A pesar del “ímprobo esfuerzo” que se está realizando desde el área de Servicios Sociales del Ayuntamiento, sostienen estos expertos, no es suficiente porque la demanda es ingente y se trata de personas que necesitan un colchón económico que no tienen para poder subsistir.

Aislarse en un piso con 12 habitantes

También es urgente, opinan, habilitar opciones de confinamiento seguro fuera del hogar familiar por parte de las administraciones públicas. Todas las personas consultadas para esta información apuntan al hecho de que en muchos barrios del Polígono Sur es normal que convivan varias generaciones en un mismo piso, o familias con 6 y más hijos. De manera que en caso de contagio, es materialmente imposible que la persona enferma se aísle en una habitación, pues comparten el espacio 10 y 12 personas. 

Las entidades de proximidad -asociaciones vecinales, entidades y ONG que vienen trabajando en el distrito desde hace años- desarrollan en la actualidad campañas de concienciación a la población al tratarse de agentes pegados al terreno y con trato directo y frecuente con los vecinos. En este sentido, inciden en la necesidad de esta labor porque no siempre los mensajes de las autoridades llegan a la población. Esta labor tiene especial relevancia en el caso de las personas que integran los servicios públicos, como maestros o médicos, figuras que generan una gran confianza entre los vecinos de estos barrios. 

La necesidad de vigilancia por parte de la Policía Local sobre las personas que se salten las normas de seguridad impuestas por las autoridades es otra de las demandas de las entidades. “En la Oliva todas las noches hay entre 20 y 30 personas haciendo botellón, los vecinos llaman a la policía pero no vienen. Lo mismo ocurre con un campo de fútbol, en el que se reúnen personas a jugar, sin mantener distancia de seguridad y sin mascarilla”, explica Daniel Ramos. En todo caso, recuerda, son circunstancias que ocurren también en otras partes de la ciudad, no solo en Polígono Sur.

Un distrito ejemplar en el primer confinamiento

La pequeña tormenta originada por la revelación de los datos de contagios en el Polígono Sur amenaza con borrar “el comportamiento ejemplar”, según las palabras de J.Carlos León, de la Asociación Abre Caminos, de los vecinos de esta zona de Sevilla durante las semanas duras de confinamiento, la pasada primavera. León recuerda en este sentido, cómo los residentes en estos barrios se confinaron en sus domicilios a pesar de las duras consecuencias que tenía para sus economías domésticas este encierro. Además, destaca que a lo largo de este verano, la Asociación Abre Caminos ha dirigido un campamento de verano para niños de estos barrios por los que han pasado más de 2.000 menores sin ningún tipo de incidencia. 

“Es verdad que hay casos en los que no guardan la cuarentena en sus casas -explica J.Carlos León- pero conozco casos iguales en Triana, Los Remedios o Felipe II. No guardan la cuarentena porque se tienen que buscar la vida”, remacha. Y sin embargo, hay familias que están asustadas y con miedo de lo que pueda pasar, destacan las fuentes consultadas. 

Este jueves está prevista la celebración de una reunión de seguimiento entre el Comisionado y diez entidades sociales con larga trayectoria de trabajo en el distrito para coordinar las campañas de información a trasladar a los vecinos. El próximo lunes volverá a reunirse la comisión técnica formada por representantes de la Delegación provincial de la Consejería de Salud, técnicos del Ayuntamiento y técnicos del Comisionado del Polígono Sur, en la que se analizará la evolución de los contagios. Bretón no tiene intención de asistir a esta última. 

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