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Sanz reniega ahora de la pasarela de Altadis prohibida en el río en Sevilla pese a que en su programa prometía una igual

Recreación de cómo quedará el nuevo paseo fluvial en Los Remedios.

Antonio Morente

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El reconocimiento por parte del alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, de que los cortes de luz en los barrios obreros no tienen como causa principal los cultivos de droga, como reitera una y otra vez la Junta de Andalucía en la que gobiernan sus compañeros del PP, no ha sido la única confesión que ha dejado el regidor en la sesión plenaria de este jueves. A ella ha añadido otra revelación imprevista: la pasarela peatonal del proyecto de Altadis, la antigua Fábrica de Tabacos en el barrio de Los Remedios, que ahora ha tumbado la Comisión de Patrimonio, en realidad no le genera entusiasmo, una afirmación que contrasta con el hecho de que en su programa electoral prometió un puente exactamente igual.

“A mí no me gusta”, ha apuntado lacónicamente Sanz cuando el PSOE le ha reprochado que no está moviendo un dedo en esta cuestión, y considera el alcalde que en esto coincide con más de uno porque “la pasarela no ha creado unanimidad”. No obstante, cuando la necesaria modificación del PGOU se llevó al pleno del pasado mes de abril, votaron a favor del viaducto PSOE (entonces en el gobierno local), PP, Ciudadanos y Vox, posicionándose en contra los tres concejales de Podemos-IU y la edil no adscrita.

Con lo que también choca frontalmente la afirmación del regidor es con lo que él mismo prometió en precampaña y en su programa, que fue nada más y nada menos que la construcción de cuatro nuevos puentes, incluido uno entre San Telmo y Altadis que es precisamente el que ahora ha tumbado la Comisión de Patrimonio. Este órgano, cuya criterio es vinculante, justifica su negativa con que el paso peatonal “supone una alteración a la percepción histórica del palacio de San Telmo desde el río”, a lo que añade que “genera una continuidad urbana injustificada del eje conformado por la Avenida de la Constitución más allá del cauce histórico”. El mismo efecto que, de hecho, generaría el puente que prometió el por entonces candidato justo una semana antes de que la cuestión llegara al pleno, ya que la ubicación y orientación que dibujó sobre el papel eran exactamente iguales.

A Zoido ya le pasó lo mismo

Sanz, no obstante, ha subrayado que él “no se ha cargado” la pasarela, como denuncia el grupo municipal socialista, que ha venido a sugerir que la oposición de la Comisión de Patrimonio (un organismo adscrito a la Junta de Andalucía, pero que está conformado por profesionales que actúan de manera independiente) es precisamente la respuesta que se da en connivencia con el escaso entusiasmo del alcalde por el proyecto. Por cierto, que al último regidor hispalense del PP, Juan Ignacio Zoido, Patrimonio también le tumbó una pasarela que iba a conectar con la Cartuja cerca de Torre Sevilla. Aquello fue en 2014 y en el Gobierno andaluz estaba Susana Díaz, a la que llegó a reclamarle “lealtad institucional” un Zoido que consideró “intolerable” el “bloqueo” del proyecto. El motivo que se esgrimió entonces fue el impacto que iba a tener en el monasterio de Santa María de las Cuevas y el pabellón de la Navegación.

La pasarela que ha puesto en entredicho la Comisión de Patrimonio era uno de los elementos más singulares del que es el principal proyecto urbanístico ahora en marcha en Sevilla, el que va a dar nueva vida a la antigua fábrica que cerró en 2007. La iniciativa la impulsa el grupo KKH Property Investors, que calcula en 500 los puestos de trabajo que generará y en 200 millones de euros el coste total. De esta cantidad, 4,5 millones eran para este paso peatonal, que se le había encargado al ingeniero Michel Virlogeux, que firmó junto a Norman Foster el viaducto de Millau (Francia), el más alto del mundo, además de otros puentes de referencia como el de Normandía, el tercero del estrecho del Bósforo en Estambul o el cuarto sobre el Canal de Panamá.

Durante la tramitación urbanística, el anterior gobierno socialista garantizó que los pasos se estaban dando de la mano de la Comisión de Patrimonio para evitar sorpresas como la que precisamente ahora ha surgido. De hecho, este órgano no había expresado una negativa tajante a la pasarela, limitándose a solicitar que se desarrollase “un estudio paisajístico de integración” y otro sobre los posibles “efectos” en las cabeceras. El nuevo viaducto se iba a situar entre otros dos puentes (el de San Telmo y el de Los Remedios) separados por apenas 700 metros.

Una vez que se ha sabido el bloqueo del paso peatonal, el gobierno municipal ha incidido sobre todo en respetar el criterio de la Comisión de Patrimonio y no ha expresado mayor preocupación por su decisión. Durante el pleno, desde las filas del PP se ha venido a decir que la pasarela sólo es un elemento más en el proyecto para Altadis, pero no determinante. Para el PSOE, principal impulsor de la iniciativa cuando estaba en el gobierno, lo que va a ocurrir con este paso peatonal, unido a los planes del Consistorio en Tablada y Santa Justa, hacen de Sevilla “una ciudad poco atractiva”.

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