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“Cultura del fuego”, el germen de los incendios

"Cultura del fuego", el germen de los incendios

EFE

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Ganaderos y ecologistas coinciden en que la “cultura del fuego”, vinculada en Cantabria a las quemas de matorral para que sirvan de pasto, puede ser el origen de la ola de incendios que vive la región desde hace casi cinco días, aunque discrepan sobre los posibles daños ambientales, que para unos no existen, mientras que para otros se verán a largo plazo.

Los ganaderos, quienes reconocen que quizá entre el colectivo haya alguna responsabilidad en los fuegos, reducen su incidencia y ese posible daño de unas quemas, tradicionales en los inviernos cántabros, para preparar los pastos para el verano. Y, aunque admiten que son “ilegales”, piden a la Administración regional que “ordene” esa práctica.

Los ecologistas atribuyen “mayoritariamente” a los ganaderos el origen de unos fuegos que provocan cada año en Cantabria numerosos incendios con la llegada del tiempo seco y el viento sur entre diciembre y febrero, lo que favorece la propagación, y que advierten de que a largo plazo “empobrecen” las zonas quemadas que “acaban por no servir ni para pasto” y que achacan a motivos “culturales” contra los que piden luchar.

Desde el Gobierno de Cantabria no se quiere responsabilizar a ningún colectivo, porque los incendios los provocan “personas concretas” y se apunta a diversas causas, entre las que sí señalan que está la quema de rastrojos, pero también que pueden ser una reacción de respuesta ante “problemas” entre vecinos o con las administraciones.

Así lo han asegurado a Efe el director general de Medio Natural del Gobierno, Antonio Lucio, el representante de UGAM-COAG en Cantabria, Gaspar Anabitarte, y el portavoz de Ecologistas en Acción, Floren Enriquez.

La legislación penal para los autores de incendios forestales recoge penas que van desde los seis meses de cárcel, en caso de que el fuego no se propague, hasta los 20 años de prisión cuando afecta gravemente a la integridad física de las personas.

Desde el pasado jueves, en Cantabria se han registrado casi 200 incendios forestales, la inmensa mayoría provocados, según reconoce el Gobierno regional, que ayer tuvo que activar el nivel 2 de su plan especial de lucha contra el fuego y pedir el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias.

De momento, la Guardia Civil ha abierto diligencias judiciales como investigados contra dos hombres por su presunta relación con dos incendios, uno en El Tojo y, el otro, en San Roque de Riomiera, aunque mantiene abiertas más investigaciones gracias, en gran parte, a la colaboración ciudadana.

Aunque sin llegar al peor episodio de los últimos años, ocurrido en diciembre de 2015 con casi 400 incendios y 10.000 hectáreas de terreno quemadas en quince días, Cantabria vive desde el jueves mirando a sus montes, mientras su presidente, Miguel Ángel Revilla, ha pedido “solidaridad vecinal” para denunciar a los “desalmados” que prenden fuegos.

El director general de Medio Natural considera que los incendios de los últimos días no responden al perfil “clásico” de los que “tradicionalmente” se provocan para generar pasto, porque un porcentaje de ellos ha afectado a zonas arboladas que no cumplen esa función.

Sin embargo, los ecologistas no tienen dudas y achacan el incremento de las quemas desde 2014 al cambio en las ayudas europeas que ya no se conceden por cabeza de ganado, sino por hectárea de pasto, aunque también consideran que estos fuegos pueden buscar el “clareo” de las zonas arboladas para favorecer la caza o en las 'praderías' para evitar que los jabalíes se acerquen a los pueblos y provoquen daños.

El portavoz de UGAM-COAG advierte de que se trata de un asunto que ha dado “hasta para tesis doctorales” y pide que se “baje en mucho decibelios” la repercusión informativa porque “no hay daño ambiental”, frente a las olas de incendios de EEUU.

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