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La católica Filipinas avanza hacia la legalización del divorcio

La católica Filipinas avanza hacia la legalización del divorcio

EFE

Manila —

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El Parlamento de Filipinas aprobó un proyecto de ley para legalizar el divorcio, un primer paso para que este país de fuerte tradición católica deje de ser el único del mundo junto al Vaticano en el que no está permitido romper un matrimonio.

Tras horas de debate, la Cámara de Representantes (el Parlamento en el bicameral Congreso de Filipinas) aprobó anoche la moción por 134 votos a favor, 57 en contra y dos abstenciones.

Esta ley permitiría disolver un matrimonio “irremediablemente roto” si el juez da su visto bueno, lo que daría a los cónyuges la oportunidad de rehacer su vida casándose de nuevo con otra persona.

Asimismo, los tribunales tendrían la potestad de decidir sobre la custodia de los hijos menores según lo que consideren que beneficia los intereses de éstos.

Tras la luz verde en la Cámara Baja, para que la ley del divorcio salga adelante será necesario que el Senado -compuesto por 23 representantes- redacte otro proyecto de ley complementario y lo apruebe, algo que podría llevar meses o incluso más de un año y podría enfrentarse al veto del presidente, Rodrigo Duterte.

Aunque Duterte no ha expresado públicamente su postura sobre el divorcio, su portavoz, Harry Roque, reveló ayer que el mandatario está en contra de disolver el matrimonio.

Filipinas, un país de fuerte tradición católica por los más de tres siglos de colonización española, es junto al Vaticano el único país del mundo en el que divorciarse es ilegal.

Aún así, existe la opción de anular el matrimonio, un proceso largo y demasiado costoso para la mayoría de los filipinos, al que años atrás recurrió el propio presidente Duterte para separarse de su ex esposa.

La Iglesia Católica, que ostenta un fuerte poder político en el país, se ha posicionado en contra del divorcio y ha ejercido su influencia para tratar de bloquear todos los proyectos relacionados con su legalización desde 1999.

Según una encuesta realizada el año pasado, un 53 por ciento de los filipinos estarían de acuerdo con legalizar el divorcio.

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