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El cambio climático ha multiplicado los huracanes como el que avivó los fuegos en Galicia y Asturias

Imagen del huracán Ofelia al llegar a las islas Británicas / OMM

Raúl Rejón

La cola del huracán Ofelia tuvo que ver en la propagación rapidísima de los centenares de incendios forestales de los últimos días en Galicia, Asturias y Portugal: provocó vientos de hasta 100 km/h. El aire se calentó hasta marcar 13ºC por encima de la temperatura habitual en octubre. Ofelia ha sido el peor huracán que ha tocado Europa desde que hay registros y se ha sumado a la inusual temporada en el Atlántico.

Vientos por encima de 30 km/h es ya considerado un factor de alto riesgo para el fuego. La parte exterior de Ofelia empujó las llamas en el noroeste de la península Ibérica hasta hacerlas incontrolables durante mucho tiempo. En Irlanda, este huracán, que llegó a ser de categoría 3, ha dejado tres muertos. Cuando este tipo de fenómenos meteorológicos llegan a latitudes tan al norte como las islas británicas ya no son llamadas huracanes. Ofelia era un ciclón pos-tropical. En todo caso, ninguno de estos fenómenos con esta fuerza había llegado nunca tan al este.

El doble de energía acumulada

La temporada de huracanes en el océano Atalántico ha resultado especialmente intensa y destructiva, según el análisis de la Orgnanización Meteorológica Mundial. Se llevan registrados 10 huracanes cuando la media del periodo 1981-2010 está en 6,5. Seis de ellos han estado por encima de la categoría 3, frente a los dos de promedio. Un 300% más. La OMM explica que el índice de energía ciclónica acumulada (que mide la actividad de los huracanes) ha estado en 222 frente a los 92 que promedia el periodo de referencia. Es decir, los huracanes han sido 2,4 veces más potentes en general.

La Administración Atmosférica y Oceánica de EEUU (NOAA) ha explicado que “la mayoría de los investigadores concuerdan en que es más que probable que el cambio climático esté provocando que los impactos de estos fenómenos sean mucho peores. El aumento de las temperaturas conduce a un aire más cálido que transporta más humedad lo que causa chubascos más intensos”.

En este sentido, en la zona del Atlántico donde se forman los huracanes las temperaturas durante 2017 han estado entre 0,5 y 1 ºC por encima de lo normal. Tras Harvey, Irma y María que golpearon el Caribe y EEUU, Ofelia viajó hasta el norte de Europa y su cola de fuerte viento y calor (tenía mil kilómetros de lado a lado) cebó el fin de semana los fuegos en España: más de 200 incendios, cuatro muertos y más de de 12.000 hectáreas de suelo abrasado.

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