Un día sin la otra mitad en eldiario.es
Zoe no da los buenos días tras el mostrador como cada mañana. No está ella ni su eficacia nórdica a la entrada de eldiario.es. Tampoco Ana, que por un día ha dejado desatendido el teléfono de captación de socios. Ni Esther, frente a ella repasando gráficas. Ninguna trabajadora de ningún departamento ha venido en el día de la huelga feminista. Sus treinta pantallas están temporalmente clausuradas con un cartel, el del micrófono violeta que se ha hecho famoso durante los últimos días en que el movimiento #lasperiodistasparamos ha agitado las redacciones.
En la portada de la web, donde tenían que estar sus crónicas hay un recuadro violeta: “8M, este es el espacio que ocuparía una información elaborada por una de nuestros periodistas en huelga”. Si uno pincha ahí, la página le lleva a los motivos: “Por qué las trabajadoras de eldiario.es paramos este 8M”.
Tampoco hay micromachismos hoy, porque Ana Requena está en la plaza de Callao leyendo un manifiesto. Este mediodía su denuncia #lasperiodistasparamos baja a la calle y va sobre la discriminación en las redacciones. Ayer ellas mismas leyeron aquí lo que se debe mejorar puertas adentro y nos han dejado al resto de la redacción pensando. Machistas no siempre son los otros.
Ha parado toda la tropa y también las jefas. Así que a la hora de enfocar nuestro trabajo, monográfico sobre la huelga hoy, debemos subir la guardia: las gafas lilas que todas llevan permanentemente pueden caérsenos en el peor día posible.
Como la mitad de eldiario.es ha parado este 8M y está en las plazas, sus fuentes y sus lectores se quedan huérfanas por un día y el resto de la plantilla trabaja no para suplirlas sino para contar una movilización histórica. La jornada se dedicará únicamente a cubrir informaciones sobre la huelga y la movilización feminista: cómo se sigue en hospitales, colegios, mercados o juzgados, qué pasa en el Congreso y, por supuesto las manifestaciones convocadas por la tarde en todo el país.
En números falta la mitad, pero todos tenemos la sensación de que falta bastante más. Y la sensación de un cierto regreso a aquellas clases de EGB sin niñas que algunos vivimos donde los profesores nos veían más brutos, más incompletos, más solos.
Es 8M en eldiario.es y el periódico pierde sin ellas, sin sus fuentes, sin sus enfoques, sin su actitud. Queda la esperanza de que mañana sea algo más que el 9M, el comienzo de un tiempo mejor.
