El Opus Dei repliega velas y baraja aceptar al nuevo rector para Torreciudad propuesto por el obispo

El Opus Dei parece acusar el golpe vaticano. La Obra ha recogido un poco velas y ha decidido cambiar de estrategia, al menos, en el asunto del santuario oscense de Torreciudad tras el último Motu proprio del Papa que degradaba un poco más a la organización. Ha pasado de sostener que el nuevo rector del santuario será “ilegítimo” a anunciar que asistirá a un acto del obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, quién arrebató el control de Torreciudad al Opus Dei en julio en una batalla en la que se mezclan el dinero, el poder y los engaños.

El litigio por el santuario soñado por Escrivá de Balaguer saltó después de que Pérez Pueyo nombrara nuevo rector, el primero que no será designado por la Obra, que tomará posesión el 1 de septiembre. Hasta el momento, la respuesta oficial del Opus Dei ha sido declarar “ilegítimo” el nombramiento del sacerdote diocesano José Marila Vilellas y anunciar que “estudiará este asunto con detenimiento y espíritu de comunión eclesial”.

Sin embargo, ahora la Obra apuesta por no tensar más la cuerda. Especialmente tras la última decisión del Papa, que asimila al Opus Dei con las “asociaciones clericales públicas de derecho pontificio con facultad de incardinar clérigos” y pone en riesgo la pertenencia de los laicos a la Obra.

Un primer gesto

La primera prueba de este cambio de actitud vino la semana pasada cuando el todavía rector de Torreciudad, Ángel Lasheras –quien había hablado de que el obispo no tenía jurisdicción– pidió en una carta abierta a los fieles que no boicotearan a Pérez Pueyo ante las campañas llevadas a cabo por algunas instituciones llamando a vetar cualquier acto en el que participara el obispo. Lasheras solicitaba que “manifestéis vuestra cercanía de un modo sereno, sin concentraciones, actos o firmas”. El primer acto tendrá lugar el 20 de agosto, festividad de la Virgen de Torreciudad.

Con todo, la prueba más evidente de la intención –al menos sobre el papel– del Opus de relajar la polémica vendrá con el anuncio de la participación del vicario del Opus Dei en España, Ignacio Barrera, en dicha celebración, que estará presidida por el obispo Pérez Pueyo. Una celebración de la que, por cierto, se ha borrado el Nuncio de Su Santidad en España, Bernardito Auza, muy criticado desde la diócesis y desde el Vaticano por su falta de mediación en el conflicto.

Pese a que su presencia estaba anunciada en los carteles oficiales, este 9 de agosto (el día después del nuevo Motu proprio papal) el santuario anunciaba la presencia de Barrera secundando al obispo, obviando cualquier referencia al Nuncio.

Enfado en Roma con el nuncio

Distintas fuentes han apuntado a elDiario.es que Auza, a quien se supone la representación del Papa en España, habría querido dar la razón desde el primer momento a las pretensiones de la Obra respecto a Torreciudad, intentando convencer al obispo para que no impusiera su autoridad en el conflicto. Sin embargo, Pérez Pueyo, con el aval del Vaticano, siguió adelante con la decisión, especialmente después de que el propio Barrera se negara a presentar la terna de nombres solicitada por el obispo para proceder al nombramiento de nuevo rector del santuario

Nada dice Torreciudad de la ausencia del Nuncio. Tampoco de la presencia de Barrera, quien en principio no tenía previsto acudir. La evolución del 'caso Torreciudad', en el que la actuación de la Nunciatura ha causado enfado en Roma, ha pesado en esta ausencia de Auza, que no ha sido explicada de manera oficial.

En cuanto a la presencia de Barrera, se barajan varias hipótesis, sin descartar que la Obra quiera tener un gesto hacia Pérez Pueyo, y pueda acabar aceptando la presencia del equipo rectoral comandado por José Mairal y en el que también se encontraría el todavía rector, Ángel Lasheras, acompañado de Pedro J. García de Jalón y de la Fuente (actual vicerrector) y Eduardo Martínez Ruipérez, todos ellos miembros del Opus Dei.

Más que un cambio de rector

Más allá del nombramiento de la persona encargada de regir el santuario, la decisión del obispo destapó una disputa en la que el dinero y los engaños han jugado un papel relevante. En el marco de las negociaciones para modificar los estatutos del santuario tras el primer Motu proprio del Papa que ya limitaba el año pasado el poder de la Obra, la diócesis de Barbastro se encontró con que la aportación simbólica que hacía el Opus Dei por este santuario –acordada a perpetuidad en un convenio suscrito en 1962– no se correspondía, ni de cerca, con los ingresos obtenidos únicamente por la presencia de peregrinos (190.000 en 2022, según datos de la Memoria, que habla de 1,2 millones de euros de recaudación). A ello se sumaron informaciones que apuntaban a que la fundación que gestionaba el recinto había adquirido terrenos colindantes con la intención de construir un macrocomplejo que pondría al santuario al nivel de los grandes santuarios europeos, como Lourdes o Fátima. Algo que la diócesis desconocía.

Otra de las cuestiones sin resolver está en la propiedad del recinto, que según la primera nota del Opus Dei pertenece a la fundación canónica Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad, una institución de la que no hay registros actualizados y que, según algunas fuentes, está extinta. También existe debate sobre la propiedad de la antigua ermita con su imagen, que fueron cedidas en 1962 por el obispo a la Obra, en un contrato a perpetuidad que, en opinión de la diócesis, no se está cumpliendo en todos sus extremos.

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