Las imágenes de la Capilla Sixtina, con los frescos de Miguel Ángel en primer plano, son las primeras postales del cónclave que comienza este miércoles. Pero pronto las puertas de la capilla mayor del Palacio Apostólico se cerrarán y la transmisión de las cámaras vaticanas se apagará. Solo quedarán en la sala los 133 cardenales que se encierran esta tarde y no saldrán hasta haber elegido un nuevo Papa.
Sobre las siete de la tarde, el humo de la chimenea colocada en la sala avisará si ha habido acuerdo en la primera votación. Si no lo hay, habrá fumata negra y mañana se reanudarán las rondas electorales: dos por la mañana y dos por la tarde.
Los cardenales se han reunido en la capilla Paulina, que se encuentra muy cerca de la Sixtina, para un rezo antes de su encierro total. Ya en la Capilla Sixtina, los cardenales electores deben escuchar el discurso de Raniero Cantalamessa, que ha sido por 40 años predicador de la Casa Pontificia. Esta intervención, en la que el cardenal puede sugerir un perfil de Papa a elegir y hablar de los desafíos que le esperan, no es pública. Después, Cantalamessa deja la sala junto al maestro de ceremonias, el arzobispo Diego Ravelli.
'Extra omnes', todos fuera salvo los 133 que decidirán quién es el futuro líder de la Iglesia católica.
Informa Natalia Chientaroli (enviada especial a Ciudad del Vaticano)