El lado oscuro de los reformatorios para jóvenes: esta es la historia real en la que se basa 'Incontrolables', la miniserie que consiguió llegar al número uno de Netflix
En Estados Unidos, existe todo un negocio alrededor de lo que llaman “jóvenes problemáticos”. Hablamos de una serie de empresas privadas que ofrecen centros y programas de rehabilitación para adolescentes con problemas de conducta y comportamiento.
Ya en 2023, Netflix lanzó Campamento infernal: Pesadilla adolescente, un documental que abordaba la realidad que se escondía detrás de algunos de estos programas. La película mostró cómo un grupo de jóvenes sufrió condiciones extremas en un centro de reeducación y terapia ubicado en medio del desierto de Utah.
Ahora la plataforma de streaming vuelve a ahondar en este negocio millonario a través de su miniserie Incontrolables, que sigue en el top 10 de series más vistas en Netflix y que consiguió el primer puesto en su primera semana de estreno. A través de ocho episodios de alrededor de 40 minutos, la producción cuenta una historia ficticia pero inspirada en hechos reales.
Métodos cuestionables en reformatorios
Incontrolables parte de dos historias en paralelo. Por un lado, la serie sigue a Leila y Abbie, dos estudiantes muy rebeldes que acaban en la Academia Tall Pines, un internado para jóvenes problemáticos donde su responsable, Evelyn Ward, dirige un innovador programa de corrección de la conducta. En el otro lado encontramos a Alex, un policía local que se muda de Detroit a Tall Pines junto a su esposa Laura, quien también formó parte de esta institución cuando era joven.
La serie utiliza las historias de estos personajes para, a través del thriller, poner sobre las mesa las prácticas cuestionables que se llevaban a cabo en este tipo de centros. Para desarrollar la idea, su director Mae Martin, quien también participa en el reparto de la serie interpretando a Alex, tuvo en cuenta sus experiencias personales.
“Suelo hablar de la adolescencia o escribo personajes que la están procesando. Fue una época muy intensa para mí, y lo es para todos, pero siempre supe que quería profundizar más directamente en esa etapa y en todos los sentimientos viscerales de la adolescencia. Yo era un adolescente rebelde a principios de la década del 2000, y a mi mejor amiga la enviaron a uno de estos institutos para adolescentes con problemas cuando tenía 16 años. Regresó y me contó historias descabelladas sobre ello”, confesó el también guionista en una entrevista para Tudum.
Troubled Teen Industry es el nombre en inglés que recibe esta iniciativa dirigida a jóvenes problemáticos. A lo largo de los años, los testimonios de algunas de las personas que pasaron por algunas de sus instituciones han denunciado métodos abusivos, desde aislamiento extremo hasta castigos físicos o psicológicos. Lejos de resolver sus problemas, muchos denuncian que estos se agravaron, sufriendo importantes secuelas emocionales.
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