Un hallazgo fortuito en los Alpes italianos destapa una de las mayores concentraciones de huellas de dinosaurio de Europa

Ada Sanuy

18 de diciembre de 2025 10:30 h

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Un hallazgo fortuito en los Alpes italianos ha sacado a la luz una de las concentraciones de huellas de dinosaurio más extensas documentadas hasta ahora, con un notable valor científico por su antigüedad, su escala y el contexto geográfico en el que se han conservado. Las pisadas, localizadas en el Parque Nacional del Stelvio, en el norte de Italia, se remontan a hace unos 210 millones de años, en pleno Triásico tardío, una etapa clave para comprender la expansión temprana de los dinosaurios.

El descubrimiento se produjo en septiembre de 2025, cuando el fotógrafo de fauna Elio Della Ferrera recorría la zona con el objetivo de documentar ciervos y buitres. Al observar una pared rocosa casi vertical, situada a más de 2.400 metros de altitud, detectó una serie de marcas que no encajaban con formaciones geológicas habituales. Tras escalar hasta el lugar, confirmó que se trataba de huellas fósiles y alertó a los expertos del Museo de Historia Natural de Milán.

Hasta 20.000 huellas

Los estudios preliminares estiman que el yacimiento podría albergar hasta 20.000 huellas distribuidas a lo largo de unos cinco kilómetros, lo que lo sitúa entre los más extensos conocidos de su tipo. Las marcas aparecen sobre laderas orientadas al norte, hoy cubiertas de nieve durante gran parte del año, en un entorno que durante el Triásico formaba parte de una antigua zona costera, muy diferente del paisaje alpino actual.

Según explicó el paleontólogo Cristiano Dal Sasso, responsable del análisis científico, las huellas corresponden a dinosaurios herbívoros bípedos de cuello largo, similares al Plateosaurus. Estos animales podían alcanzar hasta diez metros de longitud y un peso de alrededor de cuatro toneladas. Algunas pisadas miden cerca de 40 centímetros de ancho y conservan incluso marcas de las garras, un nivel de detalle poco habitual en registros tan antiguos.

Más allá de su tamaño, el interés del conjunto reside en los patrones de desplazamiento que revelan las huellas. Las trazas indican que los animales se movían en grupo y a un ritmo lento y constante, sin señales de carrera. En determinados puntos, las pisadas forman disposiciones circulares que los investigadores interpretan como posibles comportamientos defensivos o de organización colectiva, siempre planteados como hipótesis a partir del registro conservado.

Cerca de una de las sedes de los JJOO de Invierno de 2026

El lugar del hallazgo añade un valor adicional al descubrimiento. El yacimiento se encuentra cerca de Bormio, una localidad alpina próxima a la frontera con Suiza y a pocos kilómetros de las sedes de los Juegos Olímpicos de Invierno de Milán-Cortina 2026. Hasta ahora, esta región no había aportado evidencias directas de presencia de dinosaurios, lo que amplía de forma significativa el mapa conocido de su distribución en Europa durante el Triásico.

Las condiciones de conservación han sido determinantes. La pared rocosa se sitúa a unos 600 metros por encima de la carretera más cercana y permanece gran parte del año en sombra, lo que ha reducido la erosión. Al mismo tiempo, su localización extrema ha dificultado su detección y ha contribuido a que las huellas permanecieran ocultas durante millones de años.

Las autoridades de Lombardía han subrayado la necesidad de documentar y proteger el yacimiento antes de cualquier posible apertura al público, dadas las condiciones climáticas y la peligrosidad del acceso. Para los investigadores, el valor del hallazgo va más allá de su espectacularidad: permite reconstruir con un nivel de detalle poco habitual cómo se desplazaban estos dinosaurios y cómo interactuaban entre sí en una fase temprana de su evolución.