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The Guardian en español

Saturday Night Live, la vanguardia satírica de la oposición a Trump

Melissa McCarthy, como el portavoz de la Casa Blanca, en SNL.

David Smith

Washington —

Devastador. No volverá a levantar cabeza. Ha quedado fatal ante su jefe.

Estos son algunos de los veredictos emitidos la semana pasada en torno a Sean Spicer, el portavoz de la Casa Blanca. No se basan en reportajes de cadenas de televisión ni en artículos publicados en los periódicos. Se basan en la actuación de Melissa McCarthy.

“¿No te gusta, cretino?” preguntó el personaje de Spicer creado por la comediante. La actriz ha dado vida a un personaje malhumorado, un bravucón histérico, que informa a los periodistas desde el famoso atril de la sala de prensa de la Casa Blanca. El sketch del programa Saturday Night Live era divertido precisamente porque se parece bastante a la realidad. Para el cómico Andy Kindler, “es la parodia más brillante que he visto nunca”.

La presidencia de Donald Trump no solo supone un momento electrizante para el periodismo y el activismo político sino también para la sátira política. Su extraña mata de pelo, sus explosivos tuits y los pintorescos personajes que forman parte de su entorno convierten a Trump en una fuente inagotable de inspiración.

El material promocional del nuevo programa de John Oliver, que regresó el domingo a la cadena HBO, muestra a Trump escondido debajo de su escritorio, y el eslogan “tiempos terribles para un hombre aterrorizado”. Los presentadores de programas late night Samantha Bee, Stephen Colbert, Seth Meyers y Trevor Noah han convertido una Casa Blanca desbordada en su particular gallina de los huevos de oro. El humor y los chistes sobre Trump son una constante en Internet; desde The Onion, una página web con noticias satíricas, hasta cuentas en las redes sociales que son una parodia de Trump o infinidad de memes.

Pero es Saturday Night Live, de la cadena NBC, la que ha demostrado que el humor  han convertido en los imitadores oficiales de Trump y su equipo, y han demostrado que el ingenio puede convertirse en un arma muy poderosa. El presidente ve el programa y revela que tiene la piel muy fina al contraatacar desde Twitter.

Sidney Blumenthal, asesor de Bill Clinton durante su presidencia, señala que Saturday Night Live se ha convertido en “la vanguardia del partido de la oposición, es decir, los medios de comunicación, en un momento en el que el humor tiene que hacer muchos esfuerzos por superar la realidad o el surrealismo”.

Spicer es una buena muestra de ello. The Guardian siguió su primer encuentro con los medios que cubren la Casa Blanca. El portavoz despotricó contra los medios que habían informado sobre la baja asistencia a la toma de posesión de Trump, aseguró que la gente había acudido en masa, y se largó sin contestar a las preguntas de los periodistas. Han sido muchos los medios de comunicación que han publicado artículos sobre su estilo agresivo pero ninguno ha conseguido describirlo tan bien como McCarthy con su sátira política.

La actriz de Bridesmaids y Cazafantasmas, enfundada en un traje imposible, reflejó el estilo desafiante de Spicer, mascando chicle y su tendencia a la hipérbole al hablar de su jefe.

Cuando el personaje de Spicer describe una comparecencia pública reciente del presidente Trump no duda en afirmar: “Los asistentes lo vitorearon en pie durante quince minutos. Pueden ver las imágenes. Todo el mundo sonreía. Todos los hombres tuvieron erecciones y todas las mujeres ovularon a derecha e izquierda. Y nadie, absolutamente nadie, estaba triste. Estos son los hechos para siempre”.

La mordaz imitación de McCarthy cuenta con más de 20 millones de visualizaciones en Youtube. Preguntado por el sketch, Spicer dijo que le había parecido una interpretación un poco exagerada. En cambio, Trump optó por guardar un inusual silencio. La web Politico indicó que “según fuentes cercanas a Trump, lo que más ha sacudido al presidente no ha sido que su portavoz sea presentado como alguien que proporciona información que no es cierta sino que haya sido imitado por una mujer”. “A Trump no le gusta que los miembros de su equipo parezcan débiles”, ha indicado uno de los principales donantes de Trump.

De igual modo que la realeza y los políticos del Reino Unido se convirtieron en los protagonistas de las parodias del programa de televisión Spitting Image o John Major lucía sus calzoncillos por encima de los pantalones en las caricaturas de Steve Bell, a partir de ahora la imagen de Spicer estará unida para siempre al personaje que ha creado McCarthy.

Frank Luntz, consultor y encuestador republicano, dijo que la imitación ha tenido unos efectos “devastadores” para Spicer. “A partir de ahora, las personas que lo conocen o que trabajan con él lo verán bajo una perspectiva completamente distinta. Cada vez que lo miren pensarán en Melissa McCarthy. Se le parecía muchísimo y el hecho de que fuera imitado por una mujer hace que el impacto sea mayor”.

En el otro lado del espectro político, Bob Shrum, un consultor y estratega demócrata, pronunció la misma palabra, “devastador”. “A partir de ahora siempre será Melissa McCarthy. Si sigues sus ruedas de prensa en la Casa Blanca, veras a Melissa McCarthy”.

Otros miembros destacados del equipo de Trump son Kellyanne Conway, famosa por haber acuñado la expresión “hechos alternativos” o Steve Bannon, un supremacista blanco que ha expresado su admiración por Darth Vader y Satán, y que en el programa Saturday Night Live es representado como La Muerte. La actriz Rosie O’Donnell, gran rival de Trump, cambió la fotografía en su perfil de Twitter y ahora tiene una en la que se puede apreciar un notable parecido con Bannon y se ha postulado para este papel.

“Hay mucho de lo que burlarse”, dice Shrum. “Sería imposible mofarse de este modo de la Administración de Obama. Los espectadores se reirían pero no lograrían crear esta imagen imborrable del presidente y su equipo. Trump brinda unas posibilidades a los comediantes como ningún otro presidente lo ha hecho, ni siquiera Nixon”.

También ha indicado que “Saturday Night Live tiene mucho poder. De repente, se ha convertido en un fenómeno cultural. Consigue mostrar a nuestros políticos desde un prisma completamente distinto”. Según Variety, la audiencia del programa ha subido un 22%, su mejor inicio de temporada en más de dos décadas.

Creado en 1975, el programa es una institución en Estados Unidos y por su plató han pasado cómicos de la talla de Dan Aykroyd, John Belushi, Chevy Chase, Will Ferrell, Tina Fey, Bill Murray, Eddie Murphy, Mike Myers, Amy Poehler y Kristen Wiig.

Tras unos años de vacas flacas, desde las elecciones ha vuelto a florecer. Trump presentó un programa, generando muchas protestas, y más tarde fue reemplazado por el actor Alec Baldwin. Kate McKinnon imitó a Hillary Clinton y su interpretación en un “debate presidencial” ha sido muy aplaudida por el público.

Tras la sorprendente victoria electoral de Trump, el personaje de Clinton interpretado por McKinnon se presentó en la puerta de la casa de un miembro del colegio electoral, y le mostró, una a una, unas tarjetas escritas a mano, en una imitación perfecta de una escena de la película Love Actually.

El Trump de Baldwin fue confrontado en una rueda de prensa por un presidente Putin luciendo pectorales y enseñando una cinta de vídeo “de orines” [en referencia a informaciones publicadas sobre una posible grabación de Trump en una habitación de hotel], una muestra de cómo el humor puede atravesar una niebla de rumores, desmentidos e insinuaciones con un mensaje simple.

“Saturday Night Live cumple la misma función que los autores satíricos del imperio romano”, dice Jon Meacham, historiador y autor de una biografía sobre Thomas Jefferson. “Una y otra vez dan en el clavo. Recuerden la interpretación de Tina Fey como Sarah Palin [la ex candidata republicana a la vicepresidencia]. Parece que está es su edad de oro”.

“La presidencia de Trump es la mejor Ley de Empleo para los comediantes, tanto profesionales como aficionados. Si ya no aprueba ninguna otra ley para estimular el empleo siempre podrá presumir de haber creado muchos puestos de trabajo en los programas y publicaciones satíricas”.

Los tuits de Trump evidencian que sigue todas las cadenas de televisión de noticias. A veces incluso reacciona a un comentario que se emitió minutos antes en Fox News o en la CNN. Con frecuencia carga contra “el fracasado The New York Times”. Sus arrebatos demuestran que, a pesar de la grave responsabilidad que tiene como presidente, el hombre más poderoso del mundo tiene tiempo para seguir el programa Saturday Night Live.

Bill Burton, que trabajó como portavoz adjunto y que en ocasiones respondió las preguntas de los periodistas desde el atril indica: “Lo más sorprendente es el modo en que ha reaccionado la Administración Trump cuando Saturday Night Live los ha imitado. Se sienten ofendidos, cuando no deberían. Cuando llegas a la Casa Blanca, te conviertes en la persona más poderosa del mundo y llama la atención que pierdas el tiempo contraatacando un programa de televisión”.

En un programa de humor se pueden decir más verdades que en un informativo. The Onion, un periódico satírico fundado por dos estudiantes en 1988 y que ahora solo se publica por Internet, ha visto pasar a muchos presidentes por la Casa Blanca pero nunca a uno como el actual.

“Steve Bannon mezcla saliva con un informe desechado sobre cambio climático para construir el muro final de su nido”, era uno de los titulares de la semana pasada, acompañado de la imagen de un nido que parecía alienígena en la Casa Blanca. En cambio, “Donald, el poco preparado”, una cuenta de Twitter que presenta al presidente como a un rey medieval ya lleva un tiempo de rodaje: “Canuto el Grande [rey de Dinamarca e Inglaterra]. Menudo perdedor. Ni siquiera puede detener el mar. Nosotros seremos duros con el mar. Canuto era un blandengue. Patético”.

Y cuando Spicer afirmó esta semana que “no cree que el presidente tenga un albornoz y puedo asegurar que no lleva uno”, proliferaron fotografías de Trump con esta prenda en las redes sociales.

También se han podido ver muestras de humor negro en las pancartas de manifestantes en Washington y en otras ciudades, con tags como #FreeMelania“ (liberad a Melania) y ”Super Callous Fragile Ego, Trump You Are Atrocious“ (súper frágil y cruel ego, Trump eres monstruoso) [como la canción de Mary Poppins].

Durante años, el programa The Daily Show with Jon Stewart, de la cadena Comedy Central, un programa de noticias falsas antes de que este término adquiriera connotaciones negativas, se burló de los más poderosos y diseccionó en clave de humor todas las noticias del día.

Stewart dejo el programa pocos días después de que Trump presentara su candidatura a la presidencia. No podría haber elegido un momento menos oportuno. “Gracias Donald Trump por haber hecho que mis últimas seis semanas en el programa sean las mejores”, dijo Stewart al despedirse de su audiencia.

La corte perdió a su bufón preferido. El comediante sudafricano Trevor Noah tomó el relevo y comparó a Trump con los dictadores africanos Idi Amin y Muamar Gaddafi. En uno de los programas de The Daily Show, el “corresponsal” Hasan Minhaj, que es musulmán, reflexionó sobre cómo le afecta la actitud de Trump hacia la religión musulmana, en una de las muestras más evidentes de que a través del humor se puede penetrar en la esencia de la verdad.

Los excorresponsales de The Daily Show Bee, Colbert y Oliver, y el expresentador de Saturday Night Live, Seth Meyers, también se han pronunciado en contra del presidente. Recientemente, Bee anunció un plan para organizar una cena alternativa para todos aquellos periodistas que este año no quieran asistir a la famosa cena que anualmente organiza la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca y a la que asiste el presidente, muchos altos cargos de la Administración y famosos.

Mientras que Obama era un orador excelente y sabía cuándo introducir algunas notas de humor, todo hace prever que esta primera cena con Trump será algo incómoda. Michael Steele, expresidente del Comité Nacional Republicano, afirma que la cena “es una prueba de fuego. Cuando asisten por primera vez a la Cena de Corresponsales los presidentes tienen que ser capaces de reírse de sí mismos. Será interesante ver cómo reacciona Trump”.

Junto con los tribunales, la sociedad civil y los medios de comunicación, los humoristas son una muestra de que la democracia de un país goza de buena salud y sirven para medir las tendencias autoritarias de sus políticos.

Steele, que en su día se convirtió en una marioneta en el Daily Show, afirma que “Estados Unidos tiene una larga tradición de programas satíricos. Lo hemos heredado del Reino Unido. He aprendido más acerca de los parlamentarios británicos mirando a Monty Python que en ningún otro sitio. Son respetuosos y, al mismo tiempo, no lo son, y esta es la clave de su éxito”.

“Nadie está intentando derrocar el Gobierno pero sí te estamos observando y conocemos tus puntos débiles y te estamos demostrando que te escuchamos. Te tomamos en serio pero cuando te equivocas, te lo decimos a la cara… y también se lo decimos al resto de la humanidad”, indica Steele.

Traducido por Emma Reverter

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