UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.
Maram, bordadora de alfombras y estudiante de odontología en Gaza
Los apagones de luz diarios a los que está acostumbrada la población gazatí y las altas tasas universitarias no frenaron a Maram Al Haj Ahmad. Con 22 años esta refugiada de Palestina lanzó su propio negocio de bordado de alfombras, al mismo tiempo que estudiaba odontología. Las horas de luz no eran las suficientes para sacar el negocio adelante, pero su ímpetu y determinación estaban de su parte.
“Estudiar odontología en Palestina es muy caro”, comenta Maram. Las tasas de la matrícula se disparan hasta los 3.000 dólares al año, sin incluir libros ni herramientas especializadas. Una cifra que pocas personas del enclave costero pueden permitirse gastar en estudios. “Mi familia apenas podía pagar la matrícula anual”, afirma la joven que proviene de un hogar de 7 miembros.
Los estudiantes universitarios de la franja de Gaza generalmente sufren situaciones difíciles que limitan su capacidad para matricularse en las universidades. Un informe emitido por la Comisión Independiente de Derechos Humanos indica que, para los estudiantes palestinos y palestinas, el coste medio anual de estudiar en la universidad constituye aproximadamente el 82% de los ingresos familiares, lo que muestra los desorbitados precios de la educación universitaria en una zona que sufre el bloqueo israelí desde hace 14 años.
El deterioro de las condiciones económicas en Gaza, más exacerbado aún tras la ofensiva de mayo, obliga al 35% del alumnado a posponer sus estudios universitarios ante la incapacidad de hacer frente al coste de las tasas.
“El tercer año de carrera necesitaba comprar unas herramientas dentales para las clases prácticas”. Estos equipos son extremadamente caros, unos 700 dólares al semestre. Su incapacidad para comprarlos supuso un punto de inflexión que le llevó a pensar que abandonar sus estudios era la única opción. Pero la población refugiada de Palestina siempre resiste. Su resiliencia está muy por encima de cualquier obstáculo.
Madejas de lana, tijeras y pegamento.
“Cuando era adolescente me enseñaron a realizar bordados palestinos en las lecciones de economía doméstica de las escuelas de UNRWA”, comenta emocionada la joven que encontró en estas clases la inspiración para comenzar un negocio artesanal de bordado de alfombras que cubriría los gastos de sus estudios.
Ella sola comenzó su proyecto. Compró algunas bolas de lana de colores, reglas, una tijera y una pistola de pegamento. “Practiqué viendo vídeos de Youtube, hice algunas muestras y se las mostré a mi familia y vecinos que me animaron a continuar”.
Desde entonces organiza su día en torno a sus dos pasiones. “El tiempo que invierto depende de cuánto tenga que estudiar…Una alfombra necesita entre tres días y una semana para hacerse bien. Necesito tiempo para hacerlas a mano, pero no quiero que sea a expensas de mis estudios”. Maram suele aprovechar las vacaciones de verano para formarse y hacer tantos pedidos como pueda mientras ahorra para el siguiente año escolar.
En lo que va de año, en Gaza hay apenas 13 horas de media de suministro eléctrico al día. Maram las exprime para confeccionar sus alfombras; pasa horas envolviendo la lana sobre reglas y pegándolas una al lado de la otra en una pieza de cuero para darle el diseño que tiene en mente. Luego recorta la lana de los bordes para hacer que la forma sea esponjosa.
Cuando obtuvo un volumen importante de pedidos lanzó su página de Instagram donde mostrar su trabajo y contactar con sus clientes. “De esta manera me comunico con los clientes y me pongo de acuerdo sobre el tamaño, los diseños, los colores y el precio”. Sus productos son un poco más caros que las alfombras normales, pero tal y como comenta, “son hechos a mano, duran más y necesitan más esfuerzo”.
Con este pequeño negocio y espíritu de lucha, ha logrado cubrir los gastos que necesitaba para perseguir su sueño. El proyecto se ha convertido en un negocio familiar en el que también ayudan su madre y su hermana. “Con el apoyo de mi madre y mi hermana, ahora podemos abarcar más pedidos y ganar más dinero que no solo usamos para cubrir mis estudios, sino también para cubrir algunos gastos familiares y de la casa”.
Maram quiere graduarse de la escuela de odontología y comenzar a construir su propia clínica, pero no pretende abandonar su negocio, que ahora es también una puerta de desahogo económico y esperanza para el resto de la familia.
Sobre este blog
UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.