Arte en las calles: siete barrios europeos donde disfrutar de la cultura urbana

'Achoo', mural de Bansky en Brístol (2020).

Jara B. Gavín

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Obras de arte en gran formato, grafitis reivindicativos, murales más o menos enmarañados… Las calles de estos barrios europeos son como un enorme museo al aire libre en el que el efímero arte urbano y una escena cultural vibrante han conseguido, en muchos casos, reinventar el vecindario y dotarlo de una voz y estilo propios.

Si eres amante del arte callejero, este artículo hará las veces de aperitivo para que planees con ganas una escapada a cualquiera de estas siete ciudades en las que este movimiento urbano se ha convertido ya en uno más de los motivos para visitarlas.

Christiania, en Copenhague

Christiania es más que un barrio, no lo decimos nosotros: los habitantes de este colorido vecindario, conocido como la Ciudad Libre de Christiania, se declararon independientes del gobierno danés en 1976, llegando a crear incluso su propia constitución, un conjunto de normas por el que se rigen todos sus habitantes y que el gobierno de Dinamarca decidió respetar como experimento social.

Toda Christiania está plagada de arte callejero, ya sea en pequeños grafitis a pie de calle o en enormes y coloridos murales que ocupan por completo las fachadas de muchos de sus edificios. Entre mural y mural, encontrarás también algunas manifestaciones artísticas en forma de escultura, como el famoso trol.

Exarchia, en Atenas

El barrio anarquista de Europa, Exarchia, es un conglomerado de callejuelas con bloques de edificios en los que el arte urbano es, sobre todo, una manera de expresión y reivindicación.

Atenas, la cuna de la civilización, la filosofía y las artes, es también el lugar en el que se inician muchos de los movimientos contraculturales de Europa. Concretamente, en este barrio rebosante de energía y aires de libertad.

El barrio ha sido conocido por sus protestas y actividades radicales, pero es seguro como para dedicarle un buen paseo y tratar de comprender, a través de sus manifestaciones artísticas, lo que ocupa y preocupa a una parte de la sociedad ateniense. Imperdible en tu próxima visita.

Ehrenfeld, en Colonia

Podríamos haber elegido Berlín y su famoso Muro, que en realidad es el mayor exponente mundial de este tipo de arte urbano y reivindicativo, pero esa es una visita que, seguro, no pasarás por alto en la capital alemana. ¡O al menos no deberías!

En su lugar, te recomendamos un paseo artístico por el barrio de Ehrenfeld, en Colonia, donde los enormes grafitis que lo decoran son el escenario perfecto para sacarle fuego a la cámara de fotos. Además, existe en el barrio una comunidad de artistas llamada Kolbhalle en la que es posible ver a los artistas trabajando en sus obras, que van desde la pintura, hasta el collage, la performance o las actuaciones musicales en directo.

El Carmen, en Valencia

Lo que la proliferación del arte urbano ha conseguido en el Barrio del Carmen, en Valencia, es un ejemplo más de cómo este tipo de movimientos culturales son capaces, por sí solos, de revitalizar lugares otrora degradados y sumidos en un cierto olvido.

En este caso concreto, la mezcla de estilos, manifestaciones artísticas y soportes —desde fachadas enteras hasta persianas de comercios— es tan extensa que no existe un hilo conductor más allá del que dicte tu paseo por el barrio que, a bien seguro, será más que sorprendente.

La Plaza del Tossal es el mejor punto de inicio para perderte por este barrio en el que la parte efímera que acompaña a este tipo de arte, debería ser el gatillo que te obligue a no tardar en dejarte caer por la capital del Turia.

Metelkova, en Liubliana

La capital de Eslovenia suele revelarse como una agradable sorpresa para cualquier viajero que llega por allí: Liubliana es una ciudad bonita, cuidada y acogedora. Sin embargo, si fijas la vista en algunos de sus rincones, enseguida comenzarás a observar pequeñas manifestaciones de arte urbano que alcanzan su punto álgido en Metelkova.

Metelkova es una pequeña ciudad dentro de Liubliana que se articula alrededor de los restos de un antiguo cuartel militar del ejército esloveno de la antigua Yugoslavia. Es el centro neurálgico de la contracultura del país y, por ello, los grafitis y manifestaciones artísticas de toda índole sorprenden a todo el que guarda unas horas para visitar esta caótica ciudad situada en el centro de una de las ciudades más ordenadas de Europa.

Le Cours Julien, en Marsella

En ocasiones definido como barrio hípster o bohemio, el de Le Cours Julien es el barrio más grande de Francia dedicado al arte urbano. Considerando lo reivindicativo de este tipo de arte, es lógico que este se encuentre en la ciudad mediterránea, históricamente conocida por su conglomerado social y población migrante.

Un barrio de lo más colorido en el que el arte urbano, más bien a pequeña escala —pero no por ello menos interesante o inspirador—, se mezcla con multitud de mercados, muchos de ellos enfocados en la producción manual o ecológica.

Una buena oferta de restaurantes y bares, a cada cual con una personalidad más propia, completan una visita imprescindible a este barrio marsellés.

Centro de Brístol

Pese a que el mundo entero sigue intentando desvelar la duda sobre la identidad de Banksy, es casi seguro que el famoso artista callejero proceda de esta ciudad inglesa, capital del street art inglés y uno de los mayores exponentes europeos del arte urbano.

Podrás ver cuatro de las obras de Baknsy si paseas por las calles del centro de Brístol y otras tantas en algunos de los museos de esta ciudad en la que el arte parece inundarlo todo. Sin embargo, Brístol es también hogar de otras miles de obras de arte efímero a gran escala que han convertido a la ciudad en uno de los destinos favoritos por los amantes de los viajes basados en el arte urbano.

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