En busca del sol de invierno: cinco destinos cercanos a los que viajar durante este tiempo

Hydra, Grecia.

Jara B. Gavín

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Sucede una cosa curiosa con las escapadas de invierno y es que, mientras en muchas de ellas buscamos enfrentarnos a la estación fría en su máximo esplendor, emprendiendo viajes a zonas polares como cualquiera de los países bálticos o a Islandia, el resto de escapadas suelen tener como objetivo precisamente lo contrario; olvidar, por unos días, las inclemencias típicas del invierno eligiendo destinos en los que el buen tiempo, las temperaturas suaves y los agradables rayos de sol estén prácticamente garantizados.

Para esto último no te hará falta cruzar el charco en dirección al Caribe ni cambiar de hemisferio: por suerte, existen algunos destinos algo más cercanos para los que no hará falta que metas la bufanda en la maleta. En este artículo te damos cinco ideas de lugares a los que viajar en invierno, algunos de ellos alejados de las grandes masas turísticas, especialmente en esta época del año.

Madeira, Portugal: un jardín flotante en el Atlántico

En el corazón del Atlántico, la portuguesa isla de Madeira es un paraíso subtropical con temperaturas suaves que raramente bajan de los 14°C, en un clima al que los locales se refieren como “la primavera eterna”.

Esta joya de la naturaleza ofrece una mezcla de exuberantes paisajes montañosos, bosques protegidos de laurisilva y acantilados impresionantes que harán las delicias de cualquier amante del turismo de naturaleza o la fotografía.

Rutas senderistas entre jardines botánicos, avistamientos de delfines y ballenas, una rica (y económica) gastronomía local y, como casi siempre pasa en Portugal, una herencia cultural de lo más genuina, pues la autenticidad de sus habitantes es en sí uno de los grandes atractivos de la isla, que hacen de Madeira un viaje perfecto para la época invernal.

Málaga: la escapada urbana perfecta para el invierno

En invierno, la ciudad de Málaga se aleja ligeramente del turismo de masas de la Costa del Sol y brilla como destino urbano propio para los meses más fríos, cuando los días de sol y temperaturas suaves invitan descaradamente a pasear por su cuidado casco antiguo o a saltar de museo en museo. Y eso, si hablamos de Málaga, son unos cuantos saltos.

No te pierdas el Museo Picasso, el Museo Carmen Thyssen de Málaga o el Centro Pompidou, ubicado en la zona del puerto.

No son museos, pero tampoco deberías dejar de visitar sus bares y chiringuitos, donde el arte de hacer espetos o gazpachuelo bien merecen la admiración del público en esta escapada malagueña.

Rovinj, Croacia: la gran belleza de la costa adriática

Rovinj, situada en la costa occidental de la península de Istria, en Croacia, emerge como un perfecto destino invernal que combina encanto histórico y belleza natural a raudales. Esta ciudad costera invita a perderse por sus calles adoquinadas, custodiadas por coloridas casas llenas de balcones y a explorar los rincones escondidos de su casco antiguo.

Además, si lo haces durante la época invernal, conseguirás disfrutar de esta curiosa ciudad sin tener que hacer frente a las hordas de turistas que la visitan cada verano, restándole algo de magia a la experiencia.

Pero Istria es mucho más que Rovinj. A pocos kilómetros se encuentra el peculiar pueblo medieval de Bale, del que se dice que tiene una atmósfera mística y extraña, motivo por el cual es hoy en día refugio de artistas y creadores locales. Y justo en la punta situada más sur de la península se encuentra Pula, ciudad en la que no deberías perderte uno de los anfiteatros romanos mejor conservados de Europa.

Kotor, Montenegro: la bahía mágica

Enclavada en la pintoresca bahía de Kotor, la ciudad medieval de Montenegro se presenta como un escape perfecto, exótico y no tan lejano al invierno europeo.

Kotor ofrece una combinación única de arquitectura histórica, calles empedradas, encantadores mercados locales y vistas impresionantes a la bahía del mismo nombre, en la que sus aguas tranquilas funcionan como espejo de las luces de la ciudad al caer la noche. Es precisamente el ocaso el momento perfecto para pasear por lo alto de sus murallas, desde donde obtendrás increíbles panorámicas de la bahía.

La otra gran panorámica del conjunto de Kotor se obtiene recorriendo la Serpentine, una sinuosa carretera en la que una sucesión de curvas de 180 grados te llevará hasta un mirador cuyas vistas tardarás en olvidar.

Hydra, en Grecia: en busca del sosiego invernal

Podríamos haber elegido cualquiera de las islas más conocidas de Grecia para recomendarte un soleado retiro invernal pero creemos que, de todos los listados que encontrarás en la red, pocos incluirán la bonita y peculiar Hydra.

Hydra es una pequeña isla situada a poco más de media hora en ferry de Atenas, lo que hace que combinar ambos destinos sea un plan de escapada invernal realmente tentador. En este pedazo de tierra flotante no hay coches ni motos ni ningún vehículo a motor, y la única manera de desplazarse, además de a pie, es en bicicleta —existe una tradición local de desplazarse a lomos de un burro—.

Sin duda, la isla que enamoró a Leonard Cohen y sirvió de telón de fondo para su épico romance con Marianne, en la época en la que Hydra era sinónimo de libertad, es un destino muy a tener en cuenta si se quiere ir en busca de tranquilidad, paz interior y, por supuesto, soleados días invernales.

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