La comarca catalana que creció sobre volcanes y hoy tiene uno de los paisajes más singulares de la Península

Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa.

Laura Cuesta

11 de noviembre de 2025 11:00 h

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En el interior de la provincia de Girona, encontramos un lugar único en la península Ibérica. Una zona que se ha convertido en una atracción imprescindible de Catalunya para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Hablamos de La Garrotxa, una comarca que destaca por tener uno de los paisajes volcánicos más espectaculares de nuestro país.

En La Garrotxa se pueden observar dos tipos de paisajes totalmente diferentes. En el norte, el paisaje es abrupto y escarpado, con relieves montañosos. Se trata de la Alta Garrotxa, área declarada Espacio de Interés Nacional. En la mitad sur, el paisaje cambia por completo. En ella se extienden más de 40 conos volcánicos y 20 coladas de lava que forman lo que se conoce como el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Se trata de la zona más popular de la comarca.

“El Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa está formado por once municipios y tiene una extensión de unas 15 mil hectáreas. Su orografía, el suelo y su clima le proporcionan una variada vegetación, a menudo exuberante, con encinares, robledos y hayedos de excepcional valor paisajístico”, señala la página web dedicada al turismo de la comarca. 

Qué ver en el Parque Natural de la Garrotxa

Aunque los volcanes llevan miles de años inactivos, estos han configurado el paisaje tal como se puede visitar hoy. De hecho, el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa es el mayor exponente de paisaje volcánico de la península Ibérica. Este ofrece decenas de rutas de senderismo, aptas tanto para familias como para excursionistas experimentados.

Uno de los lugares emblemáticos de la zona es el volcán de Santa Margarita, en el municipio de Santa Pau. Este entró en erupción hace 11.000 años y su cráter se ha convertido en un gran prado con una extensión de 2.000 metros de perímetro. Una vez se llega al centro de la llanura, se encuentra la iglesia de Santa Margarita, de origen románico.

Ubicado entre los municipios de Santa Pau y Olot está el Croscat, el volcán más joven de la zona volcánica de La Garrotxa. Tuvo dos erupciones, la primera hace 17.000 años, y la segunda hace 11.500, y hoy se puede ver su interior. La mejor manera de visitarlo es haciendo una excursión a pie de unos tres kilómetros. Junto a este, merece la pena visitar La Fageda d'en Jordà, un bosque de hayas que crece sobre la colada de lava del volcán.

Más allá del paisaje, la zona también conserva un patrimonio histórico y cultural de gran valor. Un lugar destacado es Castellfollit de la Roca, un pueblo situado a 296 metros de altitud que se levanta sobre una pared basáltica formada por dos coladas de lava superpuestas. 

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