9 destinos de la Costa Daurada para viajar en familia y en total relax

La Costa Daurada es un destino ideal para viajar en familia.

Elisabeth G. Iborra

La Costa Daurada se ha ganado su reputación como destino ideal para las familias porque, aprovechando sus kilométricas playas bañadas por el manso mediterráneo, cada población ha implementado alrededor toda una serie de recursos, actividades, parques, deportes acuáticos y establecimientos hosteleros para satisfacer la demanda de adultos con niños a los que entretener durante las vacaciones y los fines de semana. Te recomendamos los destinos más atractivos para hacerte una buena ruta.

Cambrils

Cambrils pasó de ser un pueblo de pescadores al emporio turístico más ‘cool’ y selecto de la Costa Dorada. Su pasado marinero salta a la vista en La Torre del Port, enclavada en el centro del barrio marítimo y del puerto; el Parc del Pescador y la calle Pau Casals. Con más de 300 restaurantes, entre los que destacan Can Bosch, Miramar, Acuamar, Casa Macarrilla, El Pósito, La Galera, Hermanos Miquel o Casa Gallau, tiene bien merecido el título de ‘Vila gastronómica’.

Pero como también hay que bajar la comida, qué mejor que un paseo por el El Parc Samà, un jardín con memoria, un huerto mediterráneo, un bosque poético, un palacio melancólico que se hizo construir en 1881 Salvador Samà i Torrents, Marqués de Marianao, entre Cambrils y Montbrió, rodeado de olivos, viñedos y almendros. Es un legado indiano, una fusión de estilos y un recreo para los sentidos.

Salou

Desde Cambrils se puede ir hasta Salou en bicicleta, y viceversa, siguiendo el paseo marítimo, que corre paralelo a las playas de Poniente y de Levante y se alarga todo lo que seas capaz de recorrer hacia el sur, como Ametlla del Mar, Tarragona o el Delta del Ebro. Hay otra ruta de monte en dirección a Maspujols, subiendo a La Mussara, un refugio que está cerca del pueblo abandonado homónimo, con unas vistas fantásticas sobre el Camp de Tarragona. Por el pueblo en sí, que se sitúa entre las dos playas, se ha de callejear, perderse, y buscar lo que a cada cual le motive, porque hay de todo, desde discotecas para los más jóvenes hasta restaurantes como La Taverna y el Mesón Segoviano.

Vila-Seca, La Pineda Playa

Éste es el paraíso infantil por excelencia, pues tienes a mano Aquópolis y Port Aventura, donde merece la pena ver el espectáculo nocturno; así como 3 km de playas calmas, payasos, marionetas, magia… Y los padres, mientras, disfrutando del sol, las fiestas con música y danza y la paz mental de dejarse acariciar por el mar. Sin más preocupación.

Calafell

Esta villa, con su Ciudadela ibérica y su Iglesia románica, conjuga su legado histórico con la tradición marinera de tal manera que te lleva de paseo por el medievo mientras respiras la brisa marina de sus 5 kilómetros de playas ricas en yodo. Unas orillas ideales para que los niños jueguen sin peligro, así como para realizar actividades acuáticas. Además, al estar situada en la comarca del Baix Penedès, siempre se puede organizar alguna visita a bodegas de esta Denominación de Origen, como la de Jane Ventura.

El Vendrell-Comarruga

Si tus hobbies son el senderismo y la fotografía, el Garraf va a ser tu lugar en el mundo, con sus acantilados perfilando la costa y la belleza de El Vendrell-Comarruga como epicentro. Se trata de una villa histórica con preciosas callejuelas, la Iglesia de San Salvador, un templo barroco del siglo XVIII con un órgano coetáneo... y la Vil·la Pau Casals, que hoy en día es el Museo que rinde homenaje al músico nacido en esta localidad certificada como Destino de Turismo Familiar.

Altafulla

La playa de Altafulla y La Punta de la Mora son maravillosas para relajarse en sus cristalinas aguas, así como para practicar deportes acuáticos o hacer submarinismo en sus fondos marinos. En Altafulla además puedes ir de la playa urbana a los bares de tapeo del frontal marítimo, donde no pueden faltarte los calçots con salsa romesco. Aparte, entorno a esta milenaria villa se mantienen como referentes el Castillo de Tamarit, los yacimientos romanos de Els Munts, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y la Vila Closa.

Torredembarra

Después del Delta del Ebro se abren las marismas y las dunas de Torredembarra, conocida por su Casco antiguo con sus callejuelas dieciochescas y sus edificios emblemáticos, con su Castillo renacentista de los Icart, la Torre de defensa y la Iglesia. Tras un día intenso por las playas naturales del espacio protegido de Els Muntayans y La Paella, el pueblo es un entorno idílico para pasear a la noche y probar sus “ranxets” a base de productos locales del mar y del campo.

L'Hospitalet de l’Infant i la Vall de Llors

L'Hospitalet de l’Infant toma su nombre del hospital gótico que actualmente es el Centro de visitantes. Pero lo realmente relevante es su fusión entre el mar y la montaña, con 12 km de playas para ver atardeceres épicos, como la Playa del Torn, y montañas con senderos cargadas de historia y de tradiciones de pueblecitos como Vandellòs, Masboquera o Masriudoms.

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