Unas para picoteo y otras para aceite: estas son las variedades de aceituna española que debes conocer

Aceitunas de un campo de olivos en Fuerte del Rey, Jaén. El descontento por la propuesta para la nueva Política Agraria Común (PAC) ha unido a todo el sector agrario andaluz, que teme un recorte del 22 % en las ayudas al campo que han sido de más de 1.400 millones anuales en el actual marco comunitario. EFE/José Manuel Pedrosa

Adrián Roque

26 de octubre de 2025 08:00 h

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España no solo es el mayor productor de aceite de oliva del mundo: también es un país que vive y respira aceituna. En sus campos se cultivan más de 200 variedades distintas, cada una con matices únicos en sabor, aroma, forma y textura. Algunas están pensadas para elaborar el mejor aceite virgen extra; otras, para acompañar un vermut o una cerveza. Y todas, sin excepción, forman parte del ADN gastronómico nacional.

Aceitunas verdes, negras o cambiantes: el color también importa

No todas las aceitunas son iguales, ni mucho menos. Su sabor, textura y uso dependen del momento en el que se recolectan:

  • Aceitunas verdes, recogidas antes de madurar, con un punto amargo y picante que las hace irresistibles para el aperitivo.
  • Aceitunas de color cambiante, que se encuentran en transición entre el verde y el morado, y que concentran un sabor equilibrado y suave.
  • Aceitunas negras, las más maduras, con una pulpa carnosa y un gusto intenso que las convierte en la base ideal para aceites de gran calidad.

En España, la recolección se adapta al clima, al tipo de suelo y a la tradición de cada región. No es lo mismo una aceituna cultivada bajo el sol de Jaén que una que crece junto al mar en Tarragona o en los montes de Toledo. Cada territorio imprime su carácter al fruto.

Las reinas del aperitivo: las variedades más populares para mesa

No hay bar sin aceitunas. Ya sea solas, rellenas, aliñadas o machacadas, son el aperitivo más emblemático del país. Estas son algunas de las variedades más apreciadas:

  • Gordal: conocida como la Bella de España, es grande, carnosa y suave. Procede principalmente de Sevilla y se disfruta tanto en ensalada como directamente del bote. Su tamaño la hace perfecta para rellenar con anchoas, pimientos o almendras.
  • Manzanilla: originaria de Dos Hermanas (Sevilla), es la más exportada del mundo. Su pulpa firme y su sabor equilibrado la convierten en la aceituna de mesa por excelencia.
  • Hojiblanca: de color oscuro y hoja plateada, destaca por su versatilidad. Es la única variedad que se utiliza tanto para aceite como para mesa, con una pulpa firme y un sabor ligeramente dulce.

Estas aceitunas, más grandes y con una proporción ideal entre pulpa y hueso, son las protagonistas del tapeo español. Pero más allá de su función social, esconden una riqueza biológica y cultural que se remonta siglos atrás.

Las que dan oro líquido: las variedades clave para hacer aceite

España produce casi la mitad del aceite de oliva del mundo, y gran parte del mérito es de sus aceitunas más emblemáticas. Cuatro variedades dominan el panorama oleícola:

  • Picual: la más extendida, sobre todo en Andalucía. Su aceite es intenso, con notas amargas y picantes que realzan cualquier plato. Ideal para cocinar, freír o aliñar.
  • Arbequina: pequeña y delicada, crece en Cataluña y Aragón. Su aceite es suave, afrutado y con toques de almendra y manzana. Perfecto para repostería o ensaladas.
  • Hojiblanca: también presente en el mundo del aceite, ofrece un resultado aromático, con matices herbáceos y una textura equilibrada.
  • Cornicabra: originaria de Castilla-La Mancha, produce aceites con sabor a fruta madura, un punto picante y un característico toque a manzana verde.

Cada una de ellas da lugar a aceites monovarietales (de una sola aceituna) o coupage, en los que se mezclan distintas variedades para conseguir el equilibrio perfecto entre aroma, cuerpo y acidez.

Un cultivo sostenible que aprovecha hasta el hueso

En la industria olivarera, nada se desperdicia. Tras la extracción del aceite, el resto de la aceituna —piel, hueso y pulpa— se transforma en biomasa, compost o incluso energía eléctrica. El llamado alpeorujo se utiliza para producir Aceite de Orujo de Oliva, un ejemplo de economía circular que da una segunda vida a los subproductos del olivo.

El hueso de aceituna, por ejemplo, es una biomasa con gran poder calorífico y bajo impacto ambiental, mientras que las hojas y ramas finas (el hojín) se aprovechan para alimentar ganado o fabricar compost. Incluso se extraen compuestos bioactivos con aplicaciones en cosmética y nutrición, como el hidroxitirosol, un potente antioxidante natural.

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