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El pueblo medieval de Madrid que es perfecto para visitar en un día de otoño

Castillo de los Mendoza, en Manzanares El Real.

Elena Segura

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En pleno Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama se esconde Manzanares El Real, un pueblo medieval de Madrid que es perfecto para visitar en otoño. Este municipio es un lugar perfecto para disfrutar de la naturaleza, la historia y el deporte al aire libre a menos de 60 kilómetros de Madrid.

Quienes visiten Manzanares El Real serán testigos de una estampa propia del medievo: en el municipio se alza el Castillo de Los Mendoza. Este monumento del siglo XV es uno de los últimos ejemplares de la arquitectura militar castellana y una visita por el interior de sus muros –ya que se puede recorrer íntegramente– nunca defrauda. Aunque su función inicial era de fortaleza, acabó convirtiéndose en el palacio residencial de los Mendoza y en su interior alberga tapices y mobiliario del siglo XVII.

Su silueta recortada sobre la colina y rodeada por los paisajes rocosos de La Pedriza y por las aguas del embalse de Santillana despierta las ganas de sacar la cámara de fotos e inmortalizar el momento.

Existe una manera original de conocer este castillo: a través de las visitas teatralizadas de 45 minutos que se organizan de mano de actores que representan a Don Íñigo López de Mendoza y su hija Brianda, y que guían a los visitantes por las estancias de esta joya medieval con grandes salones y una iglesia de tres naves. En el exterior está además el jardín de los sentidos, con plantas que se han seleccionado a partir de documentación histórica y que cuenta con plantas medicinales, un guiño al jardín de los frailes que tuvo el Duque, un laberinto y un palenque que recuerda a los lugares de juego y escenario de torneos del pasado. Además, en varias ocasiones se celebran jornadas de esgrima, muestras de cine y música coral, entre otros.

El Castillo Viejo, bastión de Manzanares El Real

El Castillo Viejo de Manzanares El Real es el gran desconocido de los castillos madrileños, del que no consta su promotor ni su fecha de construcción. Se erige como un nuevo proyecto de arqueología social, promovido por el Ayuntamiento de Manzanares El Real y con el apoyo de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, con la implementación de un plan de investigación que permita desvelar sus misterios y crear un nuevo enclave cultural y científico que favorezca el desarrollo local. 

Situado sobre un altozano que domina La Pedriza, el curso del río Manzanares y la Cañada Real Segoviana, se encuentran los restos de una fortaleza conocida como Castillo Viejo, del que se conservan sus muros hasta una altura de tres metros aproximadamente. Construido con mampostería de granito y encintados de ladrillo, su planta es rectangular y posee tres torres cilíndricas, además de la Torre del Homenaje, que tiene planta cuadrada y casi catorce metros de lado. La puerta de acceso a la fortaleza se encontraba en el centro de la fachada oriental, aunque hoy está perdida. Esta construcción presenta similitudes con algunos castillos de la Comunidad de Madrid como los de Buitrago (siglos XIV-XV) Santorcaz (XIV) o Villafranca (mediados del siglo XV). 

Una ruta por La Pedriza

La Pedriza, La Pedriza de Manzanares o simple y cariñosamente “La Pedri”, como la conocen los vecinos, no es solamente un brutal conjunto granítico sino mas bien un espacio magnífico donde se une la roca, bosques, ríos y arroyos.

Situada al sur del Parque Nacional Sierra de Guadarrama, al abrigo de las cumbres de Cuerdalarga, con Manzanares El Real a sus pies y a pocos kilómetros de Madrid, es una irresistible tentación para escaladores, senderistas y amantes de la naturaleza.

Adentrarse por cualquiera de sus múltiples senderos y rutas es toda una experiencia para los sentidos que siempre es diferente de tal manera que se podría decir que existen mil y una Pedrizas dentro de la propia Pedriza.

Alcanzar sus cumbres, recorrer sus senderos, pararse a contemplar a las cabras desplazándose por sus rocas, el olor de las jaras al atardecer, observar al río tallando las rocas, escuchar el viento jugando con los árboles y el canto de los pájaros, contemplar la piedra a la luz de la luna y dormir en vivac es algo realmente inolvidable.

Embalse de Santillana, el favorito de Madrid

Estamos sin duda ante uno de los espacios verdes más populares de la Comunidad de Madrid, ya que a sus orillas acuden cientos de amantes de la pesca, deportistas, senderistas o simplemente familias que deciden desconectar de sus quehaceres diarios y cargar las pilas con un poco de aire puro y un precioso entorno natural.

El embalse de Santillana, también conocido como embalse de Manzanares El Real (ya que se emplaza en dicho municipio y el de Soto del Real) yace inalterable a los pies de la Sierra de Guadarrama. Supone uno de los referentes de las obras de ingeniería hidroeléctrica de Madrid, en el año 1908 fue inaugurado por Alfonso XIII.

Su construcción fue impulsada por Joaquín Arteaga y Echagüe (marqués de Santillana, de quien tomaría su nombre popular) con la intención de desarrollar la entonces incipiente e insuficiente red hidroeléctrica en Madrid.

El Embalse de Santillana cuenta con una distancia aproximada de 30 km de orilla a orilla, y se construye fundamentalmente con pantalla asfáltica de planta mixta y materiales sueltos. La visita al embalse de Santillana en Madrid resulta muy recomendable, ya que nos permitirá disfrutar de varios elementos muy interesantes. Uno de ellos, sin duda, es la torre de estilo neogótico erigida en una altura de unos 35 metros, y que fue prácticamente la única construcción del primer proyecto que no quedó cubierta por las aguas en la renovación de la década de los 60.

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