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Alegría, bailes y un San Pancracio en la celebración del PSC: “Catalunya ha abierto una nueva etapa”

Salvador Illa, a su llegada a la sede electoral del PSC

Sandra Vicente

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La canción 'Celebration' ha sido la elección del PSC para cerrar su noche electoral. No por previsible ha causado menos efecto entre el centenar de militantes que han acudido a la sede del partido en Barcelona para festejar que, por primera vez en la historia, los socialistas han ganado unas elecciones en escaños y en porcentaje de voto.

La ocasión ha merecido que los líderes del partido subieran al escenario aclamados por los suyos. Al grito de “visca, visca, visca, Catalunya socialista”, Miquel Iceta no ha podido evitar moverse al ritmo de la música, mientras otras caras del partido como la número dos, Lluïsa Moret, y la alcaldesa de Santa Coloma, Núria Parlón, sonreían y daban palmas animadamente. Incluso el expresident José Montilla ha hecho algún amago de baile. Pero Illa no se ha desmelenado.

Ha subido, sobrio y comedido, al escenario a agradecer a los votantes los resultados y a afirmar que “Catalunya ha decidido abrir una nueva etapa”. Alguna sonrisa y algún saludo a sus militantes, pero sin despeinarse ni abandonarse a la euforia. Al contrario, se ha mantenido fiel a su lema de “unir y servir”.

“Pruedencia” ha sido la palabra que más se ha oído en la sede electoral socialista. La primera en pronunciarla ha sido Lluïsa Moret cuando ha salido a valorar los resultados de la encuesta a pie de urna. Unos resultados que les daban una horquilla de entre 37 y 40 escaños y que les dejaban lejos de los ansiados 45, con los que Salvador Illa se hubiera atrevido a gobernar en solitario.

Pero, mientras miembros del partido socialista abogaban por la prudencia, el ambiente en la sala en que la ejecutiva del partido ha seguido el escrutinio ha sido muy distinto. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni; Lluïsa Moret; la alcaldesa de Cornellà, Núria Parlon o el exministro de Universidades, Manuel Castells sí se mostraban eufóricos. Con algunos platos de tortilla y croquetas -la misma cena que han ofrecido a la prensa- los líderes socialistas han seguido el recuento entre risas y caras de alegría, tal como se ha visto en unas fotografías que el mismo partido ha publicado.

En esas imágenes, además de líderes socialistas, también se podía ver un San Pancracio. Salvador Illa es un hombre religioso y supersticioso. Asegura que lleva un puñado de clips en el bolsillo del pantalón para que le den suerte. También reza cada día. Y este domingo electoral no ha sido una excepción. Cuando se conoció la fecha de los comicios, se alegró de que coincidiera con San Pancracio. Tanto, que hasta regaló una estampita suya a los periodistas que le siguieron durante la campaña electoral. Este domingo se le ha visto poniendo perejil -a falta de las ya extintas monedas de duro- a una figurita del santo en cuestión, que ha colocado en la sala en la que ha seguido el recuento.

Pancracio ha sido motivo de comentarios jocosos en la sede electoral que han salido a colación cuando se comentaba, con miembros del partido, que a pesar de haber ganado las elecciones, Illa no tiene todavía la presidencia asegurada. “Es muy complicado. Va a ser muy complicado”, han resumido fuentes socialistas, que se muestran contentas con los resultados de los suyos, pero se confiesan preocupados por cómo le ha ido a ERC y a los Comuns, sus potenciales socios de gobierno que han perdido, entre ambos, 15 escaños.

Los catalanes han dado 42 escaños al PSC, 9 más que en los comicios del 2021.Los socialistas no conseguían este resultado desde la segunda legislatura del tripartito, en 2006, precisamente la última vez que el PSC gobernó. En aquella ocasión, lo hizo acompañado de ERC e ICV. Los de Illa, previsiblemente, intentarán repetir esta suma. Pero no se antoja fácil, sobre todo porque ahora Pere Aragonès debe decidir si facilitará un de Illa o se mantendrá fiel al acuerdo independentista y apostará por Puigdemont. Ninguno de ellos será plato de buen gusto para el futuro expresident.

Unos pocos afiliados del PSC han empezado a llegar a la sede del partido en Barcelona justo cuando han cerrado los colegios electorales. Algunos fieles han querido conocer los resultados del sondeo a pie de urna ya 'in situ' y coger una silla para seguir la noche electoral. Los resultados preliminares, que otorgaban a los socialistas una horquilla de entre 37 y 40 escaños, no han sentado del todo bien en el Casal Socialista, donde la victoria se daba por asegurada, pero se esperaba una ventaja más holgada.

Gloria es una de las militantes que ha acudido al Casal para seguir la noche electoral y se ha confesado muy nerviosa. “Que no nos vuelvan a quitar la presidencia”, ha pedido, en referencia a los comicios de 2021, en los que el PSC fue el partido que más votos recibió, pero el pacto entre Junts y ERC hizo president a Pere Aragonès. “Yo venía aquí a celebrar, pero vete a saber”, ha lamentado.

Los militantes socialistas se reconocían contentos, “pero no eufóricos” hacia eso de las diez de la noche. Pero todo ha cambiado cuando el resultado se ha cerrado y los presentes en la sede del partido se han empezado a agrupar, formando un pasillo para recibir a Illa. En ese tiempo, mientras no llegaba, los presentes se han dedicado a bailar a ritmo de Sidonie y a abuchear a líderes de otros partidos cuando han salido a valorar resultados. El que se ha llevado más silbidos ha sido, con diferencia, Carles Puigdemont. En cambio, cuando ha comparecido Pere Aragonès, se ha hecho el silencio.

En términos generales, la alegría ha reinado en la sede del PSC. “Esto es histórico”, ha dicho Antonio. Tiene unos 50 años y ha acudido a la sede del PSC acompañado de sus dos hijos adolescentes. Los pequeños han grabado con el teléfono a los líderes socialistas, con una cara mucho menos eufórica que la de su padre. Él confía en que Comuns y ERC “serán razonables” y apoyarán a Savador Illa en su carrera hacia la presidencia.

Pero en el PSC no lo tienen tan claro como Antonio. Se abre un camino empinado en el que habrá que estudiar y compensar mayorías. Los de Pere Aragonès tendrán un papel importante a la hora de decidir si permiten el paso a Illa o apuestan por una repetición electoral, un escenario que no queda descartado. “Mañana más”, se han despedido algunos militantes y miembros del partido. A todo eso, San Pancracio quizás se quede algunas semanas más en la sede del PSC.

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